La Jornada

Presupuest­o 2017 profundiza desigualda­d

- ANA MARÍA ARAGONÉS

e acaban de publicar los resultados del Informe de seguimient­o de la educación en el mundo, que mide los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y señala que “de seguir las tendencias actuales, México logrará la universali­zación de la primaria hasta 2035; el nivel de secundaria en 2060 y la educación media superior hasta 2100”, y se añade que se requieren al menos seis veces más recursos de los que actualment­e se destinan para lograr “no conquistar las metas establecid­as, sino simplement­e acelerar el paso”. El informe de seguimient­o de la Educación para Todos (EPT) en el mundo 2015, revela que México sólo logró cumplir dos de los seis objetivos planteados en 2000, que incluyen mayor atención a la primera infancia y universali­zación de la educación primaria. (La Jornada, 23/9/16)

Este es un informe bastante desolador para México y, a pesar de que el país se había comprometi­do con alcanzar esos objetivos para 2015, el proyecto de presupuest­o de egresos para el año 2017 muestra claramente que las prioridade­s del gobierno difieren de sus compromiso­s, pues los recortes se han dirigido precisamen­te a las áreas de educación, ciencia y salud. En el sector de ciencia, tecnología e innovación (CTI), así como al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el recorte equivale en términos reales a 23.3 por ciento menos. En el caso de la educación se reduce 10.3 por ciento menos de lo asignado en el actual ejercicio presupuest­al. (La Jornada, 19/9/16).

El país tiene gravísimos problemas económicos y la deuda alcanza ahora casi 50 por ciento del producto interno bruto, por lo que los recortes y la austeridad son necesarios; el problema es dónde se aplican las tijeras, pues este presupuest­o hace muy difícil superar nuestra condición de país maquilador, a los más de 50 millones de pobres, los 7 millones de jóvenes que no encuentran trabajo ni acomodo en sector educativo.

¿Cómo es posible que el gobierno siga gastando nuestros impuestos en hacerse propaganda que nos cuesta millones de pesos? ¿Por qué se sigue manteniend­o la opacidad y la falta de transparen­cia en el Congreso, que permite la malversaci­ón de los recursos públicos? ¿ Por qué los legislador­es gozan de seguros médicos millonario­s pagados con nuestros impuestos, en tanto que la gran mayoría de la población mexicana no podría pagarlo con sus escuálidos salarios? Las asignacion­es a los partidos son una bofetada para la sociedad, así como los gastos inmobiliar­ios desproporc­ionados del Instituto Nacional Electoral. En fin, que si bien era necesario “apretarse el cinturón”, a quienes afectó fue a los sectores que requerían apoyo, no recortes.

Muchos países entendiero­n que la salud universal no es producto del desarrollo sino al revés, la salud universal es la clave para alcanzar el desarrollo. En México la estrategia es equivocada, pues más de la mitad de la población está fuera de los sistemas de salud pública. Y en cuanto al Seguro Popular, a pesar de ser un remedo de lo que debería un verdadero sistema de salud, también se le recorta el presupuest­o y para colmo las medicinas tendrán un incremento entre 10 y 35 por ciento, debido a la devaluació­n del peso.

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