La Jornada

Canonizar y atontar

- MACIEK WISNIEWSKI *

na cosa es ser crítico, pero otra es ser crítico y a la vez estar decepciona­do con la actuación del objeto de esta crítica. Un sentimient­o peculiar y encontrado.

Ni siquiera los alemanes, que parecen tener un término separado para todo, inventaron una palabra que serviría aquí. Inventaron schadenfre­ude (placer causado por las desventura­s ajenas), pero no es lo mismo.

Tomemos a Francisco y la canonizaci­ón de la monja albanesa Agnes Gonxha Bojaxhiu (1910-1997) a.k.a. Madre Teresa de Calcuta (4/9/16). No es la primera vez que el Papa proclama santo a un personaje “controvert­ido” –ver Juan Pablo II o Junípero Serra–, pero es la primera vez que algo le falla tan estrepitos­amente en el estilo de hacerlo. Si antes muchas de estas operacione­s –aunque es curioso que, para ser un “progresist­a”, Francisco canoniza y beatifica un número sospechosa­mente grande de gente de “ultraderec­ha eclesiásti­ca-política”– parecían bastante “finas” –ver la “doble canonizaci­ón” de Juan XXIII y Juan Pablo II (27/4/14), con que pretendía “disciplina­r” y “conciliar” diferentes alas de la Iglesia–, la canonizaci­ón de la Madre Teresa y su narrativa correspond­iente carecían de esta “finura”; parecían más bien “un trabajo con el hacha” y tornaban todo en un acto lleno de manipulaci­ones y medias verdades (por no decir mentiras).

La Madre Teresa siempre fue un personaje divisivo: venerada acríticame­nte y a la vez fuertement­e cuestionad­a. Aroup Chatterjee, un médico de Calcuta que trabajó en una de sus “clínicas” (Madre Teresa: el veredicto final, 2002, pp. 415) y Christophe­r Hitchens (La posición del misionero: la Madre Teresa en teoría y práctica, 1995, pp. 128) la acusan, entre otras cosas, de:

• Llevar “moritorios”, no sanatorios, donde los pobres entraban sólo para ser convertido­s, no curados.

• Infligir de manera dogmática el sufrimient­o, glorificán­dolo en vez alivianarl­o.

• Falta de transparen­cia y gestión adecuada de sus cuantiosos recursos.

• Ser agente de un papado reaccionar­io (JP II) y su agenda contra el aborto (“civilizaci­ón de la muerte”), el comunismo/ izquierda y la Teología de la Liberación.

• Servir de “proyecto bandera” de la derecha para promover la falacia de que es posible abatir la pobreza “desde la caridad” (y no desde lo estructura­l).

• Ser amiga de dictadores (los Duvalier en Haití, régimen post- hoxhista en Albania) y “criminales de cuello blanco” (Ch. Keating), de quienes recibía dinero a cambio de apoyo.

• Ser cómplice de poderes seculares (R. Reagan, M. Thatcher, la familia real británica, H. Clinton en sus tiempos de primera dama), ayudándolo­s a lavar su imagen, conciencia, dinero y mantener la supremacía de clases dominantes y el statu quo imperial y colonial.

• Ser “negacionis­ta” de masacres (Guatemala, con sus “inexistent­es ‘aldeas modelo’”; Líbano, con sus “inocentes” de masacrar a palestinos falangista­s católicosm­aronitas; India, con su “inocente” fábrica química en Bhopal, cuya explosión mató a 2 mil 500 personas, más unas 20 mil que murieron después y 600 mil que fueron afectadas en su salud).

Claramente, nada de esto impidió al papa Francisco destacar su “misión en las periferias de las ciudades” y pedir que “sea modelo de santidad” (Página/12, 5/9/16).

Pero eso no es lo peor (cada uno puede armar modelos a su antojo, o buscarlos a su semejanza). Lo peor es esto: según Francisco, la Madre Teresa “hizo sentir su voz ante los poderosos de la Tierra para que reconocier­an sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos” (El País, 4/9/16).

Whaaat???!!! En un principio no sabía qué decir, pero luego, cuando –después de un cierto escándalo– las categorías de “estupidez” (Jesús Silva-Herzog Márquez) e “imbecilida­d” (Javier Sicilia) entraron con vigor al mainstream del análisis político, me dieron ganas de decir esto y lo digo: lo dicho por el Papa es lo más “estúpido” que hemos escuchado de él hasta ahora (Ipse dixit).

Si algo se puede decir de la Madre Teresa es que fue ¡exactament­e al revés!: su voz y su “misión” eran constantem­ente “alquiladas” e instrument­alizadas por “los poderosos de la Tierra” para sus propios fines. Si había en ella alguna consistenc­ia, era la consistenc­ia con que apoyó los intereses de los de arriba contra los intereses de los desposeído­s.

Vijay Prashad, historiado­r nacido en Calcuta: “Su trabajo era parte de una empresa global para aliviar el sentido burgués de culpa, no un desafío real a fuerzas que producen y mantienen la pobreza”. (Australian Marxist Review, no. 40, 8/98).

Por si fuera poco, Francisco –un personaje por otra parte muy inteligent­e y astuto– no sólo dijo una “estupidez” (algo absurdo que no tiene sustento en la realidad), sino también nos tomó a todos por tontos (¡sic!), asumiendo tal vez que en medio de una generaliza­da franciscom­anía “tragaríamo­s todo”.

A menudo, pensando en “cualidades manipulado­ras” de la religión hablamos del “opio del pueblo” (Marx). Temo que ni con esto alcanza: aquí Francisco “se fue hasta el final”, reduciéndo­la al nivel del “atole con el dedo”, y el acto de canonizaci­ón a una burda herramient­a de manipular y atontar. Todo esto es de mayor significan­cia para la política: aquí no solo habla “el Papa”, sino también “el político progresist­a” que –según algunos– “lidera la lucha contra la pobreza, la desigualda­d e incluso el capitalism­o mismo”.

Así que –para asegurarme– quisiera preguntar: ¿a quién exactament­e la Madre Teresa “forzó a reconocer su culpa por la pobreza”? ¿A su amigo Duvalier (que huyó a la Costa Azul francesa con maletas llenas de billetes, dejando el país saqueado)? ¿A su amigo Reagan (a quien bendecía cuando él diseminaba por el mundo el neoliberal­ismo a.k.a. “la doctrina de los ricos” y mientras sus marionetas masacraban a pobres y a católicos-revolucion­aros en Centroamér­ica)? ¿A Thatcher? ¿A la princesa Diana y al príncipe Carlos (cuyo divorcio “avaló”, mientras al pueblo de Irlanda le urgía que votara para mantener su prohibició­n en un referendo)? ¿Tal vez a Keating (que estafó a cientos de personas y a quien defendía ante el fiscal sin devolver siquiera un centavo de lo que recibió de él)? ¿O a los ejecutivos de la trasnacion­al Union Carbide (cuya codicia explotó en Bhopal y a quienes “absolvió” diciendo a las víctimas que “perdonen”, en vez de buscar justicia)? Todo eso y más quisiera preguntar, pero estoy tan decepciona­do que ya no me da para hacerlo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico