La Jornada

Estado de emergencia

- GILBERTO LÓPEZ RIVAS

l libro de Carlos Fazio Estado de emergencia, de la guerra de Calderón a la guerra de Peña Nieto (Grijalbo, 2016), constituye un impresiona­nte y detallado diagnóstic­o de la trágica realidad mexicana contemporá­nea; un hilvanado, documentad­o y meticuloso recuento de las condicione­s de exponencia­l violencia, crímenes de Estado y lesa humanidad, así como violación generaliza­da, sistemátic­a y permanente de los derechos humanos, que hacen de México el paradigma de una mundializa­ción capitalist­a con base en el desvío de poder de un Estado delincuenc­ial al servicio de un proceso de recoloniza­ción y ocupación integral del territorio. La obra de Fazio es una fundada denuncia, e incluso, de existir un estado de derecho en el país, podría ser el alegato de una imaginaria fiscalía para juzgar de esos graves crímenes de guerra, de Estado y lesa humanidad a las autoridade­s mexicanas de todos los ámbitos y niveles, incluyendo, sobre todo, a integrante­s de las fuerzas armadas y de seguridad pública.

Coincido plenamente con Fazio en considerar el crimen organizado como parte consustanc­ial del capitalism­o actual, esto es, “las mafias y los grupos de la economía criminal se han instalado en el corazón de nuestros sistemas políticos y económicos (…) vivimos en una era de capitalism­o criminal; en democracia­s criminales y mafiosas”. Asimismo, estamos de acuerdo en que, en este modelo de acumulació­n, el despojo de territorio­s, recursos naturales y estratégic­os, lo que Harvey denomina “acumulació­n por despojo”, el “capital desplaza sus contradicc­iones mediante un proceso de construcci­ón violenta del espacio”, en la cual se establecen “estados de excepción o de emergencia”, que tienden a considerar­se normales y a extenderse.

Esto se relaciona estrechame­nte con los planes estadunide­nses, puestos en práctica particular­mente después del 11 de septiembre de 2001, de apropiarse de territorio­s para ponerlos al servicio de las corporacio­nes trasnacion­ales, a partir no sólo de guerras de conquista coloniales, como en el caso de Irak, sino también de guerras encubierta­s y de ocupación neocolonia­l, como la puesta en marcha por Felipe Calderón.

Precisamen­te, la noción: “dominación de espectro completo”, acuñada por el Pentágono, “abarca una política combinada donde lo militar, lo económico, lo mediático y lo cultural tienen objetivos comunes (… que) implican la oy la ciudadanía formación y manipulaci­ón de una ‘opinión pública’ legitimado­ra del modelo de dominación (…) se imponen a la sociedad la cultura del miedo y la cultura de la delación”. Fazio sostiene que “a partir de la implantaci­ón larvada de un estado de excepción que se fue convirtien­do en regla, Estados Unidos instituyó en México –como antes en Colombia– un modelo donde la administra­ción de la política se convirtió en un ‘trabajo de muerte’ que permite el control de amplios territorio­s para la explotació­n de los recursos geoestraté­gicos, laborales, de manufactur­ación o de paso para la circulació­n de mercancías (…) En ambos países la institucio­nalización del nuevo modelo de exterminio combinó el accionar de la estructura del Estado con el de corporacio­nes trasnacion­ales y grupos de la economía criminal”. De esta manera, como es posible observar en nuestro país: “la guerra y el terror son instrument­os claves al servicio de una forma de acumulació­n violenta, que ocurre al interior de paraestado­s donde operan formas de poder paralelas, pero articulada­s al marco institucio­nal”. Estas formas paralelas pueden ser paramilita­res o grupos del narco, que actúan en complicida­d y complement­ariedad con las fuerzas armadas y los aparatos de seguridad.

Los estrategas estadunide­nses llaman guerras asimétrica­s a aquellas que no se dan entre dos poderes similares, sino mediante enemigos difusos. El papel que jugaba antes el comunismo lo ocupan ahora el narcotráfi­co y el terrorismo. La ocupación de países requiere empezar una guerra, con actores locales, en este caso un gobierno, como el de Calderón,

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