Gloria Sánchez, la primera mujer en gobernar Juchitán en más de un siglo
Después de más de un siglo de gobiernos de varones, la zapoteca Gloria Sánchez López será la primera alcaldesa de este municipio, el más grande de población indígena en América Latina, con los retos de enfrentar en dos años, violencia, inseguridad y pobreza ancestral.
En su mandato, que se iniciará el primero de enero de 2017, Sánchez López se propone impulsar la igualdad social, combatir la violencia y hacer valer la participación ciudadana.
Esta ciudad es la más violenta de Oaxaca, con al menos 70 asesinatos este año presuntamente vinculados con la delincuencia, según la Fiscalía General del Estado.
Gloria Sánchez reconoce que no será sencilla su gestión, especialmente en materia de seguridad, pues la labor de la policía municipal solamente es preventiva, por lo que solicitará la intervención de los gobiernos estatal y federal para que ‘‘asuman su responsabilidad’’.
Asegura que está lista para encabezar un gobierno incluyente y transparente, que combata la corrupción, como prometió en campaña. Otro de sus retos es la regulación del transporte público.
Sánchez López sostiene que Juchitán es un municipio ‘‘rico en cultura y tradición, aunque pobre en seguridad’’, por lo cual se debe promover el crecimiento económico.
Recuerda que en su infancia padeció carencias y marginación. Es la menor de seis hermanos. Su padre era intendente en la Comisión Federal de Electricidad, y todos los hijos se graduaron de escuelas de nivel superior.
De tez morena y cabello oscuro, en su infancia fue discriminada por ser pobre, no hablar el castellano y ‘‘no parecerse’’ a otras niñas del colegio, de mejor posición económica. Sin embargo, a su familia no le faltó para comprarle un par de tenis para que practicara basquetbol, su deporte favorito.
A los 15 años ingresó a la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (Cocei), junto con sus hermanos Héctor y Carlos Sánchez. Desde entonces le atrajo la política, y aunque afirma que jamás pasó por su mente gobernar un municipio, a principios de este año se animó a participar en las elecciones, cuando le hicieron la propuesta.
El proceso interno en la Cocei no fue fácil. Dirigentes de uno y otro sexo le negaron o le regatearon apoyo en la elección del 5 de junio pasado, que ganó con una diferencia de apenas 300 votos sobre Daniel Gurrión Matías.
La próxima presidenta municipal de Juchitán es casada, madre de dos hijos y egresada de la licenciatura en matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha cursado varios diplomados en gestión empresarial.
Su experiencia como luchadora social y política –apunta– le llevó a promover la participación ciudadana para impulsar cambios en su localidad.
Destaca que como presidenta de la Asociación de Mujeres Indígenas por el Desarrollo ha cono- cido de cerca uno de los mayores problemas de sus paisanas: la violencia en todas sus modalidades, principalmente física y económica, y sostiene que el comercio, los negocios y otras actividades económicas pueden ser una vía para fortalecerlas y ayudarlas a que incursionen en diversos ámbitos.
Acude constantemente a cursos, dice tener ‘‘hambre de conocimiento’’ y sabe que, aunque ha participado en la gestión municipal, gobernar no es fácil. Especialmente cuando los recursos son escasos.
Juchitán recibió este año del gobierno federal 99 millones de pesos por participaciones a entidades federativas (ramo 28), 66 millones 286 mil pesos por aportaciones federales a municipios (ramo 33) y 51 millones 529 mil pesos del fondo 4 para seguridad pública.
Se le pregunta cuál será la función de Héctor Sánchez, su hermano, ex alcalde, ex candidato a gobernador y fundador de la Cocei, pues se ha afirmado que él será quien gobierne tras bambalinas.
Después de una sonora carcajada, responde: ‘‘A Héctor, mi hermano, lo respeto y quiero mucho. Sabe bastante de gestión municipal; por supuesto, estará a mi lado, pero no tomará las decisiones. Las tomaré yo. Es momento de que los juchitecos crean en las mujeres. Las mujeres tenemos capacidad para gobernar.
‘‘La intención es que como cabildo dejemos huella. Por lo pronto, seremos mayoría las mujeres y eso es ganancia. El pueblo de Juchitán merece un cambio: un cambio racional, con decisión e igualdad’’, concluyó.