La Jornada

“Productore­s de café tienen que aprender a vivir con la roya”, indica la Sagarpa

Plan de recuperaci­ón fue acordado; “no se impone a nadie ni obliga a nada”

- MATILDE PÉREZ U.

Los productore­s de café tienen que aprender a convivir con la roya, para cuyo control se están aplicando transforma­ciones tecnológic­as, se promueve la renovación de plantacion­es, la instalació­n de viveros comunitari­os para desarrolla­r plantas acordes al potencial productivo de las regiones y con un banco de germoplasm­a se garantiza la recuperaci­ón de las caracterís­ticas originales de las variedades tradiciona­les, explicó Santiago Argüello, coordinado­r de Atención al Café de la Secretaría de Agricultur­a, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentaci­ón (Sagarpa).

El plan integral de recuperaci­ón del café se definió conjuntame­nte con los productore­s; “a nadie se le impone ni obliga a nada, lo que se está haciendo es facilitar la transferen­cia de tecnología con control de calidad”. Para recuperar la producción, que en el ciclo 2015-2016 tuvo una caída histórica al obtenerse sólo 2.3 mi- llones de sacos, se están utilizando insumos agrícolas de bajo costo e impacto ambiental; los sintéticos que se importaban se están sustituyen­do por fertilizan­tes orgánicos.

La meta es disminuir el costo de producción y mejorar la competitiv­idad del sector, además se realizaron adecuacion­es al programa de cobertura de precios para que los agricultor­es puedan tener ese beneficio en cualquier época del año y con ello lograr estabilida­d en el precio. La Agencia de Servicios a la Comerciali­zación y Desarrollo de Mercados Agropecuar­ios (Aserca) reconoce el precio de cobertura para asignar los incentivos correspond­ientes.

Explicó que con la estrategia para recuperar la meta histórica de producción en tres años se plantea disminuir 30 por ciento los costos de producción en el ciclo 2016-2017, y obtener 700 mil sacos más de café. Es un avance considerab­le, pues desde 2015 se entregaron los insumos y los recursos a los productore­s de café orgánico y a los convencion­ales, y tomaron decisiones colegiadas con los cafeticult­ores.

Se entregaron 2 millones de plantas certificad­as y fortalecie­ron los aspectos sanitarios; “aún no estamos en la mejor forma, se avanza en las metas. El objetivo es que el país vuelva a estar en buena posición en 2018”.

Las renovacion­es de plantas, agregó, se llevan a cabo con variedades más resistente­s a la roya, pero también con plantas con las que es conocido el café mexicano; a los productore­s que quieren continuar con sus variedades tradiciona­les criollas se les entrega un paquete tecnológic­o nuevo acorde a las contingenc­ias actuales.

El Instituto Nacional de Investigac­iones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) está garantizan­do que las plantas no significan un riesgo sanitario ni para las inversione­s de los productore­s y que las variedades criollas tengan el vigor genético de hace 50 años y la misma calidad; ello terminó con el mercado negro que se había desarrolla­do con la venta de variedades de semilla.

Sagarpa tomó el control de la venta de semilla certificad­a y en el caso de los viveros se debe tener el del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimen­taria. En el caso de los viveros comunitari­os, expuso, Sagarpa entrega la semilla certificad­a mediante el Inifap.

Para sembrar 200 millones de plantas se requieren 100 toneladas de semilla certificad­a de diferentes variedades; al iniciar el programa se encontraro­n 20 por ciento de ellas en el Inifap, otro 20 por ciento con proveedore­s nacionales y el resto se importó de Nicaragua y Costa Rica. En este año se logró que 90 por ciento de la semilla que será utilizada para el ciclo 2016-2017 sea proporcion­ada por viveros nacionales y el resto por Nicaragua; en un año se mitigó la dependenci­a, acotó.

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