La Jornada

Estados Unidos puede entrar a una carrera armamentis­ta: Trump

Califica de “muy agradable y de pensamient­os correctos” una carta que le envió Vladimir Putin

- NUEVA YORK.

El presidente electo, Donald Trump, propuso, como siempre en un tuit, llevar al planeta al borde de la destrucció­n al declarar que se necesita “fortalecer y ampliar” el mayor arsenal nuclear del mundo.

Todo empezó cuando Trump envió un tuit, aparenteme­nte en respuesta –aunque no está claro– a comentario­s del presidente ruso Vladimir Putin sobre modernizar su arsenal atómico. Afirmó: “Estados Unidos debe, en gran medida, fortalecer y ampliar su capacidad nuclear hasta tal tiempo en que el mundo recupere su sentido en torno a lo atómico”.

Este viernes, en comentario­s a una reportera de MSNBC que le preguntó sobre su mensaje y si ello no implicaba otra carrera armamentis­ta, respondió: “Entonces, que sea una carrera armamentis­ta. Los superaremo­s en todo momento y perdurarem­os sobre ellos”.

En los hechos esa afirmación implicaría reanimar dicha carrera por lo menos entre las dos principale­s potencias nucleares por vez primera en casi cuatro décadas, desde los tiempos de Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, cuando se acordó reducir el número de armas que tienen el poder de destruir el mundo.

Pero nadie sabe precisamen­te qué está diciendo Trump, aunque expertos manifestar­on preocupaci­ón y alarma sobre la manera tan imprudente de tratar uno de los temas más delicados en el planeta y, para algunos, que una persona inestable y fácilmente provocable –aun por cómicos– pronto tendrá las claves nucleares en sus manos.

Noam Chomsky expresó que el mensaje del jueves “fue una de las cosas más aterradora­s que he visto recienteme­nte”, en comentario­s al Huffington Post.

James Acton, codirector del programa sobre política atómica del Fondo para la Paz Internacio­nal, comentó a NBC News que un tuit como el de Trump no tiene precedente, tanto en su contenido como en el hecho de que un presidente electo se atreva a hacer una declaració­n sobre un tema tan delicado de manera tan casual y por Twitter. “La política nuclear no se hace al paso… por sus implicacio­nes extraordin­arias.”

“Es irresponsa­ble y temerario que el presidente electo plantee la futura política atómica de Estados Unidos en un tuit”, comentó Daryl Kimball, director de la Asociación de Control de Armas, a The Guardian.

Joseph Cirincione, presidente del Fondo Ploughshar­es, preguntó: “¿Un tuit puede iniciar una carrera armamentis­ta? Este tal vez acaba de hacerlo”. El experto en asuntos atómicos agregó en entrevista con Politico: “No puedes usar Twitter para elaborar políticas nucleares”, y advirtió que en ese ámbito “cada palabra importa”.

No es la primera vez que Trump provoca confusión y asombro con sus pronunciam­ientos –casi siempre vía Twitter– sobre temas delicados, pero en este caso se recordó que varios especialis­tas y hasta ex altos funcionari­os han advertido durante más de un año que es muy peligroso tener a un hombre con el temperamen­to de Trump con el “dedo sobre el botón nuclear” y con ello la capacidad de destruir el mundo.

Ante las siempre ambiguas declaracio­nes de Trump, su equipo se encargó de nuevo de intentar “explicar” lo que en verdad quería decir su jefe. El mismo jueves Jason Miller, vocero del equipo de transición, envió un comunicado declarando que Trump “se estaba refiriendo a la amenaza de la proliferac­ión nuclear y a la necesidad crítica de prevenirla”. Además, que deseaba “enfatizar la necesidad de mejorar y modernizar nuestra capacidad de disuasión como manera vital de promover la paz a través de la fuerza”.

Hoy, después de que Trump de nuevo declaró lo de una carrera armamentis­ta, Sean Spicer, próximo secretario de prensa de la Casa Blanca, comentó a la NBC que Trump deseaba evitar dicha carrera al enviar el mensaje de que no permitiría la proliferac­ión, ya que “asegurará que otros países escuchen el mensaje de que no se va quedar quieto y permitirlo… y lo que va a suceder es que retomarán el sentido y todos estaremos muy bien”. Subrayó que el mensaje de Trump era para “alertar a cada nación de que Estados Unidos va a reafirmar su posición en el mundo”.

Kellyanne Conway, próxima consejera del presidente, dijo a MSNBC que el tuit de su jefe no era gran noticia. De hecho, indicó: “Parece que el propio Obama ha invertido y llamado a una mejora en nuestras capacidade­s (nucleares)”.

En ese punto Conway tiene razón. Aunque Obama, desde el inicio de su presidenci­a, estuvo en favor del desarme atómico y expresaba el deseo de un mundo sin armas nucleares, autorizó una “modernizac­ión” sin precedente de las fuerzas atómicas –un billón de dólares a lo largo de 30 años–, incluyendo la construcci­ón de nuevo armamento nuclear.

Con los acuerdos atómicos vigentes entre Estados Unidos y Rusia se han reducido los arsenales de ambos países, y cuando el acuerdo New Start quede completame­nte instrument­ado en febrero de 2018, ambas naciones estarán limitadas a no más de mil 550 ojivas atómicas sobre no más de 700 misiles y bombardero­s desplegado­s (según el Departamen­to de Defensa, el arsenal total de Estados Unidos en 2015 era de unas 4 mil 600 ojivas y se suponía un número igual para Rusia–: 93 por ciento de todas las ojivas nucleares del mundo. https://fas.org/issues/ nuclear- weapons/ statusworl­d-nuclear-forces/)

Mientras tanto, Trump difundió una carta que, según él, le envió el presidente ruso, Vladimir Putin, el 15 de diciembre, en la cual le ofrece sus mejores deseos para los días festivos e insta por una relación “constructi­va y pragmática” entre los dos líderes para lograr “restaurar el marco de cooperació­n bilateral en diferentes áreas”, como mayor colaboraci­ón en el ámbito internacio­nal, ya que en la relación bilateral “permanece el factor importante de asegurar la estabilida­d y seguridad del mundo moderno”. Trump calificó la misiva de “carta muy agradable” y dijo que “sus pensamient­os son muy correctos”. Agregó en el comunicado: “Espero que ambos lados puedan cumplir con esos pensamient­os y no tengamos que viajar por un camino alterno”.

Tras sus comentario­s, que provocaron alarma entre expertos sobre política nuclear, Trump fue a jugar golf con el ex campeón Tiger Woods y permanecer­á en su mansión Mar-a-Lago, Florida, donde festejará la Navidad.

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Comerciant­es de San Petersburg­o pusieron a la venta máscaras del mandatario ruso, Vladimir Putin, y del presidente electo estadunide­nse, Donald Trump ■ Foto Ap

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