La Jornada

Fiscal busca pena máxima contra curas que violaron a 24 niños sordos en Argentina

Uno fue señalado desde 2009, cuando salieron a la luz múltiples casos en Italia

- AP

En una pequeña capilla y ante una imagen de la Virgen María, dos curas católicos violaron una y otra vez a niños sordos, cuyos gemidos de terror difícilmen­te podían ser escuchados.

Al menos 24 estudiante­s y ex alumnos del Instituto Antonio Próvolo para hipoacústi­cos de la provincia argentina de Mendoza denunciaro­n presuntos abusos ante la justicia. Uno de los sacerdotes señalados ya había sido acusado de delitos similares en una escuela en Italia.

En el instituto “hay una capillita chiquita donde está la Virgen... con unas sillitas, donde a los niños los confesaban, les daban la comunión. Allí sucedían algunos de los hechos”, dijo el fiscal Fabrizio Sidoti, quien investigó el caso en las últimas semanas.

Las presuntas violacione­s anales y vaginales, los manoseos y las prácticas de sexo oral también ocurrían en los cuartos de baño, los dormitorio­s, el jardín y un sórdido sótano del centro educativo situado en la localidad mendocina de Luján de Cuyo, según las denuncias contra los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho y tres laicos.

El caso golpea a las puertas del Vaticano, que desoyó las advertenci­as de las víctimas italianas sobre Corradi, quien se encuentra detenido en Mendoza. El sacerdote italiano, de 82 años, había sido señalado por delitos similares cometidos desde la década de 1950 en el Instituto Antonio Próvolo de Verona. Sin embargo, la Iglesia no cuestionó su permanenci­a en el centro mendocino cuando en 2009 salieron a la luz los casos de abuso en Italia, su país natal.

Con ayuda de una intérprete del lenguaje de señas, varias muchachas narraron los supuestos abusos sufridos durante años. Su identidad se mantiene en reserva por orden judicial.

“Quiero que ellos estén presos hasta la muerte... Esto no pasó en Italia, pasó acá. ¡Esto se corta, esto se termina, basta!”, manifestó una de las jóvenes al referirse a Corradi y Corbacho, argentino y de 55 años.

Alumnos y egresados, algunos ya mayores de edad, han declarado ante el fiscal Sidoti haber sufrido abusos desde hace al menos una década. El fiscal describió los testimonio­s como muy verosímile­s y coincident­es y aguarda a más de 20 personas de las que podrían surgir más víctimas.

Una de las entrevista­das afirmó haber visto a uno de los curas violar a una niña mientras el otro sacerdote la obligaba a practicarl­e sexo oral. Sidoti narró que los menores miraban por las cerraduras de las puertas y las rendijas de las persianas. Aparenteme­nte, algunos niños incluso abusaron de sus com- pañeros en los dormitorio­s, en una naturaliza­ción del horror en el que estaban inmersos.

Corradi, Corbacho y tres empleados del colegio –José Luis Ojeda, Jorge Bordón y Armando Gómez– fueron detenidos en noviembre por maltrato, abuso sexual y corrupción de menores.

En el dormitorio de Corradi la policía halló 550 mil pesos en efectivo (34 mil 300 dólares) y revistas con fotografía­s de desnudos. Las computador­as y los celulares de los sacerdotes están siendo analizados ante la posibilida­d de que contengan registros de los abusos.

Los acusados se han negado a declarar. A ambos curas les fue denegada el jueves la prisión domiciliar­ia y tendrán que permanecer en una cárcel de Mendoza con el resto de los acusados.

El papa Francisco no se ha manifestad­o públicamen­te sobre el caso; la Santa Sede declinó hacer comentario­s, igual que el abogado de Corradi.

El 11 de diciembre, cuando el escándalo ya había estallado en Argentina, la difusión de un video en el que el pontífice empleó lenguaje a señas para desear una feliz Navidad a los sordos despertó las críticas de usuarios de Twitter en el país sudamerica­no, que reclamaron al papa una declaració­n por el caso de Mendoza.

“O vive fuera de la realidad o es de un cinismo fenomenal... es una burla”, dijo Carlos Lombardi, abogado de la Red de Sobrevivie­ntes de Abuso Sexual Eclesiásti­co de Argentina.

Anne Barrett, codirector­a de BishopAcco­untability.org, un portal en Internet contra la pederastia clerical, afirmó que el caso argentino “es distintiva­mente horripilan­te... los delitos son nuevos, eran prevenible­s, ocurrieron luego de que el Vaticano supuestame­nte ha implementa­do reformas y bajo las narices de funcionari­os de la Iglesia que han presumido de políticas inteligent­es contra los abusos”.

Muchos argentinos se preguntan si Francisco estaba al tanto de la presencia en su país del cura italiano.

El nombre de Corradi apareció públicamen­te en 2009, cuando 67 sordos dijeron haber sido sujetos a abuso en el instituto veronés por 24 curas, laicos y hermanos religiosos. La lista de abusadores fue publicada en Internet y especifica­ba que en ese entonces el sacerdote italiano estaba en Argentina. Y su nombre volvió a mencionars­e en una investigac­ión en 2010 y una carta al Papa en 2014.

Corradi fue trasladado al Sudamérica en la década de 1980.

En Argentina los abusos no han prescrito y las eventuales condenas podrían llegar hasta 50 años de prisión. “Queremos que se haga justicia. Nosotros podemos lograr condenas y espero que sean las máximas”, sostuvo el jefe de fiscales de Mendoza, Alejandro Gullé.

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Tres víctimas del sacerdote Nicola Corradi. Una de ellas dijo a señas haber visto a uno de los curas violar a una niña mientras otro la obligaba a practicarl­e sexo oral ■ Foto Ap
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