LA UNAM, INSENSIBLE CON ACADÉMICOS JUBILADOS
Una vez más la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha mostrado falta de interés por la supervivencia de los jubilados académicos, que dieron sus mejores años a la institución.
Solicité mi retiro voluntario en 2007, a los 71 años de edad, y teniendo a mi cargo la coordinación académica de la carrera de química farmacéutica biológica en la Facultad de Química, con la intención de dejar el lugar, como debe ser, a las nuevas generaciones.
Al retirarme, mi remuneración se redujo a menos de la tercera parte y el seguro de gastos médicos fue eliminado. Yo no fui beneficiada con las condiciones que ofreció la Rectoría para promover la jubilación el año siguiente, pues no era retroactivo.
Por lo anterior contraté el seguro de grupo que ofrecía la UNAM con diferentes compañías y por el cual cubrí la cuota de 4 mil 337.96 pesos al mes durante los dos años anteriores. Con la reciente licitación que obtuvo Inbursa, vigente a partir de noviembre de 2016, la primera se incrementó a 9 mil 230.31 mensuales, lo cual implica un aumento totalmente injustificado y que no voy a poder cubrir, pues representa 44 por ciento de la cantidad que percibo al mes.
Ahora en diciembre de 2016 me pregunto con profunda tristeza, a mis 80 años: ¿Somos un estorbo? Creo que la respuesta es Sí. Gracias por el espacio a esta misiva.