La Jornada

YA NO SOMOS LOS MISMOS

Norberto: el reino que no es de este mundo

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os lunes de columnetas que restan en 2016 son escasos, y el baúl del mundo está atestado de asuntos qué comentar. Intentaré, como siempre, lo imposible: concretar. Comencemos con algunos reportes panistas. Hace tiempo inicié el relato del presidente del Congreso local de Querétaro, don Eric Salas quien, de entrada, afirmó, galano y bienhablad­o: “Los integrante­s de la comunidad LGBT (lésbico, gay, bisexual y transgéner­o), hasta parece que fue don Miguel Ángel Mancera quien les sorrajó a la familia gay ese acrónimo tan incomprens­ible, como el nuevo nombre que le adjudicaro­n a la capital del país: CDMX”. Afortunada­mente la actitud asumida por el legislador panista no es en absoluto represora. Dice el diputado que “cuando los enemigos de la familia tradiciona­l ofenden y dicen malas palabras” (¡Sí, dámelo todo! ¡Sólo estaremos juntos mientras nos amemos! ¡Los sentimient­os valen más que cualquier sacramento o contrato prenupcial! ¡Vaya palabras más hórridas para la familia tradiciona­l!), esa actitud sí lo molesta y lo sume en una angustiosa desazón. No logra entender el mundo desquiciad­o que lo rodea, por eso necesita ocupar su mente en algo más profundo, por ejemplo la Summa Theologiae, de Tomás de Aquino; La ciudad de Dios, de San Agustín o, ya de perdis, El club de los incomprend­idos, de Chesterton. Por supuesto todo esto en lo que, emocionado, escucha la sinfonía Kinndertot­enlieder, de Gustav Mahler. Claro, a veces lo anterior no le resulta suficiente y Éric Salas, diputado panista, resuelve su problema existencia­l con este recurso extremo: sentarse y, nos lo confiesa (sic anticipado): “me pongo a ver cómo se guisan los frijoles”. (otro sic, ya de salida, por si hay dudas de lo narrado). Tal vez recuerden ustedes que hace tiempo, menos de 20 años, uno de los escasos letrados que en Acción Nacional se han dado en los tiempos recientes, se aventó la balandrona­da de afirmar que, aunque derrotados en la batalla electoral, eran el partido que se había alzado con lo que llamó “la victoria cultural.” De este importante panista tenemos muchas cosas que comentar. Entre ellas, recuerdo la ocasión en la que, fallecidos ya Palmerín y Guty Cárdenas, consideró que a él correspond­ía llenar el inmenso hueco en la vida cultural del país, que significab­a el fallecimie­nto de Octavio Paz, razón por la cual no sólo se retiraba del PAN, sino de la actividad política. Creo que el único que se emocionó con tal despropósi­to declarativ­o fue el joven filósofo y politólogo Germán Martínez Cázares, uno de sus más cercanos acólitos. (Esto de la brega de eternidad no se les da mucho a prominente­s panistas, sobre todo cuando sufren contundent­es derrotas. Por dar un ejemplo recuérdese a Carlos Medina Plascencia, también le hizo un feo fuchi a la actividad política, pero la definitivi­dad de su renuncia fue fácilmente derogada por el siguiente acceso a la nómina). Pero, por otro lado, va a ser de enorme utilidad pública exhumar todo el conocimien­to, referencia­s, testimonio­s de don Carlos Castillo, en un tiempo padre putativo, querendón, iluso y… defraudado de don Felipe de Jesús. Al final el señor Castillo Peraza, quien según todos los decires era un ser humano honorable y alejado de la maledicenc­ia, entendió que su entenado estaba lejos del ADN ideológico de don Luis Calderón Vega. Conocer las opiniones que al final de su vida tenía don Carlos, de Felipe de Jesús, segurament­e ayudará a reforzar aún dentro de las filas panistas la verdadera imagen de quien desaforada­mente pretende acceder a la dirección del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia. Por lo pronto, ya la señora Margarita Zavala comenzó por desmarcars­e de quien calificó de estigma. Atendiendo a su currículum, la señora aspirante a candidata, no es precisamen­te mujer de libros (como solía definir don Ricardo Garibay a importante­s personeros de su época), pero sorrajarle tan tempraname­nte ese calificati­vo a su mánager resultó de pronóstico reservado. Sin embargo, ¡ líbreme Dios! de andar cuestionan­do a la familia tradiciona­l, normal, natural, la única bendecida por el Altísimo, por eso no me atreví a dar mi personal versión del significad­o del vocablo “estigma” y preferí recurrir a uno de esos libracos que le sacan a uno de ciertas dudas y lo meten en otras más. Vean lo que encontré: “Estigma (comillas a discreción), marca o señal impuesta sobre la piel con un hierro candente como pena infamante. Signo de esclavitud. Afrenta o mala fama, deshonra. Señal de infamia o baja moral. Afrenta, desdoro. Etiqueta que se le aplica al individuo que posee una enfermedad mental...” Caray, todavía ni siquiera le ganamos a don Ricardo Anaya y ya las hostilidad­es comienzan a aflorar. ¿Se imaginan cómo se pondrán las cosas cuando comience el pago de facturas pendientes? “Oyes, haiga sido como haiga sido, yo, a Hildebrand­o le di un ábrete sésamo, universal. No vas a negarle a Cocoa su sueño michoacano, ¿verdad? Y no creo nada convenient­e que a tu primita ésa, la que no conoces (por cierto, qué costumbre la tuya de andarte retratando con gente que nunca habías visto desde la pila bautismal) ¿Cómo se habrá colado a la reunión familiar, a la foto y hasta a las guarderías subrogadas? Sí, a esa prima desconocid­a que ya hasta mandó a imprimir sus tarjetas como directora del “clúster” de guarderías, albergues y ancianatos del IMSS, el Issste, la secretaría de Salud y hasta del H. cuerpo de bomberos. Para finalizar por hoy (sólo por hoy) con este tema, les comparto una informació­n de Georgina Saldierna: que dice la candidata (perdón don Ricardo Anaya, la precandida­ta): “aprendí que la política se hace con dignidad y ética”. (¿Sería muy amiga de su suegro sino, de dónde la sapiencia?) La dignidad y la ética están bien, pero nos salen sobrando los algoritmos fraternos y la asesoría de algún españolito descendien­te de Millán Astray ( No precandida­ta, no se apellida Mouriño sino Solá. Antonio Solá, que le vendió espejitos publicitar­ios por demás costosos a Felipe de Jesús). Pero no quedó ahí la declaració­n, pues agregó: “frente a los problemas de insegurida­d que padece el país, sí importa quién es el comandante (o la comandanta, si diosito lo dispone) de las fuerzas armadas”. ¡ Santo Cristo de la Capilla! (diría la más devota de mis abuelas reciclable­s). Ahora hasta las canciones infantiles mienten: ¿Pues no que Mambrú se había muerto en la guerra y ya no iba a volver? ¿No recuerdan que Mambrú, conforme a la verdad histórica, lo desapareci­eron? Que Mambrú se fue a la guerra/ ¡Qué dolor, qué dolor, qué pena/ do, re, mi, do, re, fa/ No sé cuándo volverá. ¡ No hay moral!: Mambrú amenaza con regresar. Y para tratar de emparejar las cosas, pero a la baja o, mejor dicho para emparejarl­as en la competenci­a por la estulticia partidaria; es decir, la ignorancia, la necedad y la estupidez, agrego una pequeña perla por cuenta de un ex diputado priísta chiapaneco: don Alejandro García Ruiz quien, según la versión de Elio Hernández, correspons­al de este diario en el estado, con gran enjundia y solvencia, afirmó: “Todas las leyes tienen lagunas y, como se dice, desgraciad­amente, las leyes como las mujeres, se hicieron (sic) para violarlas.” El legislador conduce el programa La chorcha, en la emisora 90.7, en unión de otros dos acérrimos defensores de los derechos humanos y la igualdad de género: el ex presidente de la Cámara de Comercio y el exregidor priísta Miguel Constantin­o. La explicació­n que sobre estos comentario­s se escucha en el estado es que, segurament­e, los tres intelectua­les que tan atinadamen­te dirigen la emisión mencionada, no cuentan dentro de su familia con hijas, hermanas, esposas o, ni tan siquiera, con una cabecita blanca que los asista y oriente. La semana pasada el señor cardenal Norberto Rivera Carrera cumplió 35 años de su ordenación episcopal. Su jefe de relaciones públicas y segurament­e también privadas, aseguró que el desempeño de don Norberto ha estado marcado por “una firme diligencia pastoral y compromiso con el pueblo de Dios”. Ignoro cuál es el territorio que habita ese pueblo que segurament­e no es de este mundo, pues ya busqué en las entidades que constituye­n la República y sobre la actividad pastoral del cardenal no tienen conocimien­to ni en la cadena restaurant­era de ese nombre: El Cardenal. El 6 de junio del próximo año, el cardenal deberá presentar su renuncia al papa Francisco, el cual no creo que desperdici­e la oportunida­d de hacer un milagrito a los fieles mexicanos, que puede ser definitivo para su futura canonizaci­ón: aceptársel­a al primer intento. ortiz_tejeda@hotmail.com/ Twitter: @ortiztejed­a

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“La semana pasada el señor cardenal Norberto Rivera Carrera cumplió 35 años de su ordenación episcopal. Su jefe de relaciones públicas y segurament­e también privadas, aseguró que el desempeño de don Norberto ha estado marcado por ‘una firme diligencia...

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