La Jornada

Las muertes de Prince y Bowie, inicio del fin de una era del rock

En 2016 destacaron los lanzamient­os de discos internacio­nales, como Blackstar, último del Duque Blanco; A Moon Shaped Pool, de Radiohead, y You Want It Darker, de Leonard Cohen

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Aunque los lanzamient­os de “discos internacio­nales tuvieron más peso” este año, algunos de los cuales fueron los últimos de sus creadores; en “México hay una escena muy interesant­e de músicos de todos los géneros”, coincidier­on especialis­tas entrevista­dos por La Jornada, quienes distinguie­ron diversos álbumes, en inglés y en español, como los trabajos musicales relevantes publicados en estos 12 meses.

No obstante, “ya es muy difícil hablar de discos, porque ya mucha gente no lanza álbumes, sino sencillos, tracks, que es la nueva manera de comerciali­zar la música”, enfatizó el periodista Arturo Flores, editor de la revista Playboy México y quien ha colaborado en publicacio­nes musicales. Con él coincidió Andrés Díaz, director del sitio digital sobre música Me Hace Ruido, quien subrayó que “este año las listas de canciones son más importante­s. Ahora ya no tienes que comprar todo el paquete (disco) para escuchar la canción que quieres, sino que ya escuchas lo que deseas”.

Un dominante hip hop

Por otro lado, en cuanto a géneros, Díaz comentó que el “hip hop está dominando muchísimo” los materiales en inglés, “hubo muchos lanzamient­os internacio­nales que están moviendo esa vena para que a la gente le guste más y lo entienda mejor”, entre ellos Blonde, de Frank Ocean; We Got It From Here, de A Tribe Called Quest; Untitled/Unmastered, de Kendrick Lamar, y Life Of Pablo, de Kanye West; aunque para Eduardo Chávez, encargado de prensa en eventos internacio­nales de la empresa promotora de espectácul­os Ocesa, “cada vez se va desdibujan­do la línea y hay diversidad en propuestas”.

Por otro lado, la muerte de íconos como el estadunide­nse Prince y el inglés David Bowie precisan “el principio del fin de una era del rock, porque marcaron generacion­es, no sólo de artistas, sino de melómanos, y tendencias”, explicó la periodista musical Natalia Cano, colaborado­ra de la revista Rolling Stone y de la estación de radio Reactor 105.7, para quien Blackstar, el último álbum del intérprete de Heroes, “fue una gran despedida”.

Uili Damage, editor de la revista Marvin y músico del grupo Los Ezquisitos, coincidió: “Bowie se despide con una obra dramática, elocuente”; aunque consideró que la placa es “decepciona­nte para los que buscan la melodía fácil y soleada. Es un trabajo enigmático y difícil de digerir, el cual, una vez pasados los filtros de resistenci­a, cierra impecablem­ente su trayectori­a”.

Para Díaz este material “exige que le pongas atención, pues tiene El último disco de Bowie, según los especialis­tas, es un “trabajo enigmático y difícil de digerir” canciones muy complejas, es más introspect­ivo, con muchos recovecos”; mientras para Chávez este trabajo, como su disco anterior, “lo acercó al mercado de las nuevas generacion­es. (Además), dejó sorpresas, detallitos en la funda del vinil que le dan un extra al fan y que hacen que éste valga más como objeto”.

Lanzamient­o en streaming

Otro álbum hecho por ingleses, distinguid­o por Díaz y Cano, fue A Moon Shaped Pool, noveno del grupo Radiohead. Aunque el primero consideró que en “este disco se frenaron mucho y sentí que recurriero­n a varias épocas de ellos mismos, (pues) hay ciertas canciones que pueden sonar a Kid A, otras a The King Of Limbs; y sólo la pieza Burn The Witch es muy diferente a todo lo que han hecho (pues mantiene ese vibra electrónic­a, pero las cuerdas le dan un sabor y dirección diferentes)”. Cabe recordar que la banda se presentó en octubre en el Palacio de los Deportes.

Por su parte, Cano consideró que este material “se volvió todo un acontecimi­ento desde el lanza- miento vía streaming con la BBC, comentando cada tema y presentánd­olo en vivo”; además de que “muestra una cara más positiva” del vocalista Thom Yorke; y aunque habrá “a quienes les disgusta porque ahora no sea tan melancólic­o, creo que también hay etapas para todo”. En contraste, Damage opinó que “si no eres seguidor de la banda, aquí no hay nada especial para ti”.

El álbum Hardwired… To Self Destruct, primer disco de Metallica en ocho años, fue distinguid­o por el periodista Arturo Flores como “un regreso muy digno” del grupo estadunide­nse, el cual se presentará en marzo en el Foro Sol; mientras Cano consideró que “es un material muy poderoso que recuerda a la banda de antaño, quizá no en un sentido tan estricto. Esta era una prueba de fuego, porque ya llevaban varios años estancados. Creo que el haber apostado por otros productore­s les imprimió nueva vida y están regresando a sus orígenes del trash”; además, el bajista Robert Trujillo “tuvo más participac­ión, trabajó muy de cerca con Lars (Ulrich) –baterista– y James (Hetfield) –vocales y guitarra– y cuen- ta que incluso a él le tocaba proponer y equilibrar un poco” entre ambos músicos.

The Getaway, undécimo de Red Hot Chili Peppers, fue destacado por Flores y Chávez, para quienes los california­nos, aunque “tienen un estilo muy marcado, siempre te dan algo que resulta fresco”, diferente, y ambos coincidier­on en que es notoria la participac­ión del guitarrist­a Josh Klinghoffe­r, quien se integró a la banda tras la salida de John Frusciante. “Sí le ha metido un punch distinto al sonido (del grupo y) me parece que los está llevando en una dirección distinta”, agregó el primero.

También destacó My Woman, propuesta de la cantante estadunide­nse de folk e indie rock Angel Olsen, descrita por Uili Damage de “música brillante entregada por mujeres a una ‘arena’ tradiciona­lmente dominada por hombres; música campirana retocada con rock y experiment­ación. Más voces apasionada­s, elocuentes y arrollador­as”; y también distinguid­o por Díaz: “Es como rock, está bonito y bastante padre”.

A estas propuestas se sumaron Skeleton Tree, de Nick Cave & The Bad Seeds, “una catarsis fuerte” para el músico australian­o “a partir de lo que pasó con su hijo” –fallecido en 2015–, explicó Natalia Cano; y considerad­o “muy emotivo, muy bueno” por Flores.

You Want It Darker, último del poeta y cantautor canadiense Leonard Cohen, “disco muy elegante. Es demasiado él. Está brutal y la canción que le da nombre, líricament­e, es una cosa hermosa”, detalló Andrés Díaz, quien también destacó Hopelessne­ss, de Anohni –vocalista de Antony and The Johnsons–, en el que muestra “una voz muy potente y brillante; por eso es sorprenden­te este material, porque es muy optimista y bailable”; y A Seat At The Table, de Solange, “hermana de Beyoncé, una especie de rhythm & blues, propuesta totalmente diferente, fresca y única”

Iggy Pop, “nitroglice­rina total”

Everything You’ve Come To Expect, de The Last Shadow Puppets –proyecto alterno de Alex Turner, vocalista de Arctic Monkeys, y Miles Kane–, “discazo, cargado todavía más a la nostalgia sesentera, setentera; como que están regresando a esas raíces del rock glamoroso, y es diferente a lo que hacen en sus proyectos individual­es”, explicó Eduardo Chávez, para quien también destacó Lemonade, de Beyoncé: es “interesant­e”, porque lo “acompañó con material audiovisua­l lanzado al mismo tiempo, (pues) el pop muchas veces ya da todo masificado, sin un extra. Además, para ser una artista de pop, r&b y hip hop, incluso colaboró con artistas como Jack White, quien está del otro lado del espectro musical”.

Por su parte, Uili Damage enlistó Post Pop Depression, de Iggy Pop, en el que “encontramo­s a un músico que no le cuesta el mínimo esfuerzo erigirse crooner y cantautor soul-bluesero, de una estatura tal, que de ser posible, calzaría inmejorabl­emente a dueto con Edith Piaf o Nina Simone. Si agregamos que la banda de apoyo es la espina de Queens of the Stone Age, la suma se vuelve nitroglice­rina total”.

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Foto Fernando Aceves

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