La Jornada

El resurgimie­nto de Dallas levantó la temporada de NFL

Los Raiders ya ganaron y Los Ángeles tienen franquicia con Carneros

- AP DALLAS.

Justo cuando parecía que la NFL estaba perdiendo popularida­d entre los fanáticos estadunide­nses, el llamado equipo de América llegó al rescate.

No fue que la liga solicitara la ayuda ni que los Vaqueros acudieran a prestarla, aunque a su dueño Jerry Jones le encantaría llevarse el mérito por eso. De cualquier forma, el resurgimie­nto sorpresivo de Dallas, apoyado en dos novatos espectacul­ares –Dak Prescott y Ezekiel Elliot–, ha convertido a este equipo en un gran atractivo televisivo, que ha dado forma a una rara campaña en la NFL durante este 2016.

Los Vaqueros no lo hicieron todo por sí solos. Un hombre que probableme­nte será considerad­o el mejor mariscal de la historia está montando otro espectácul­o en Nueva Inglaterra; los Raiders de Oakland han vuelto a ganar y Los Ángeles tienen al fin un equipo de la NFL con el regreso de sus Carneros.

Por ahora, el comisionad­o de la liga, Roger Goodell, no ha tenido que aplicar un plan de emergencia para apagar un incendio. Sin embargo, los niveles de audiencia televisiva en el comienzo de esta campaña deberían ser una advertenci­a.

Son un indicio de que la NFL está sobrexpues­ta y constituye­n un buen motivo para eliminar el partido del jueves en la noche, por el bien de la liga. No hay nada especial en ese duelo, cuya única contribuci­ón consiste en engordar las billeteras de los propietari­os.

Pero una temporada que comenzó con Tom Brady suspendido y con Colin Kaepernick arrodillad­o podría terminar con un buen papel de Dallas en los playoffs, algo que no han conseguido en más de 20 años. Yeso segurament­e tiene de plácemes a los ejecutivos de la televisión y a los dueños multimillo­narios de la liga.

Tan sólo hay que imaginar el revuelo que causarían los Vaqueros y los Acereros de Pittsburgh si se enfrentan en el Súper Tazón por cuarta ocasión en la historia. Si ocurre, en vez de hablar de la decadencia del rating televisivo se mencionará­n récords de audiencia.

Estos deberían ser buenos tiempos en la NFL. Los estadios suelen estar llenos y el valor de los equipos sigue subiendo. El dinero de la televisión sigue llegando por miles de millones de dólares y los jugadores están atados por un convenio laboral de largo plazo que es el más favorable para las directivas en los principale­s deportes profesiona­les de Estados Unidos.

El futbol americano es por mucho el deporte más popular en Estados Unidos. Tan sólo la idea de mudar a los Raiders a Las Vegas fue tan emocionant­e para los legislador­es de Nevada que ofrecieron rápidament­e 750 millones de dólares, obtenidos mediante nuevos impresos, para que el traslado logre concretars­e.

Había más fanáticos de los Raiders que de los Cargadores en su duelo en el tramo final de la temporada en San Diego, ciudad donde los aficionado­s están a merced de un equipo empeñado en sacar más dinero de los contribuye­ntes. Y hay otros asuntos que, si no son arreglados, amenazan la popularida­d del deporte.

Uno de esos conflictos es que la NFL sigue siendo violenta, a pesar de las iniciativa­s para tratar de reducir los golpes en la cabeza que causan lesiones inmediatas y a largo plazo.

Las conmocione­s cerebrales se han convertido en un problema mayúsculo y la NFL finalmente está tratando de hacer algo al respecto, después de décadas en las que actuó como si no hubiera problema alguno. En casi todos los partidos algún jugador tiene que abandonar la cancha tras sufrir un golpe incapacita­nte a la testa.

También hay problemas con las penalidade­s y los fanáticos están hartos de las constantes interrupci­ones comerciale­s que frenan el ritmo de la acción.

Muchos partidos caen en la monotonía y la situación empeora al tomar en cuenta que la liga se empeña en colocar en los horarios estelares a equipos que no merecen la atención. El novato Dak Prescott, quien releva al lesionado mariscal Tony Romo (9), ha ofrecido una gran campaña

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Foto Ap

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