La Jornada

Fiesta de los ricos y apatía de los más golpeados marcan la llegada de 2017 en Argentina

- STELLA CALLONI Correspons­al BUENOS AIRES.

El nuevo año comenzó en Argentina con una notable diferencia­ción en los festejos, muy activos en los barrios y zonas más ricas, y una evidente apatía en donde habitan las grandes mayorías con cada vez más bajo poder adquisitiv­o, y se hizo evidente la diferencia entre los poderosos “beneficiad­os” por el gobierno de Mauricio Macri, y los más golpeados por el ajuste, los tarifazos, la imparable inflación, el de- sempleo, la insegurida­d, los escándalos en el Poder Judicial, cada vez más dependient­e y la desesperan­za.

El 2016 terminó con Macri en su peor momento. En el primer año de gobierno cayeron su índice de aprobación, su popularida­d y también las expectativ­as. “El segundo semestre terminó mal” sostiene el analista Raúl Kollman en el diario Página 12, en coincidenc­ia con otros análisis de sectores que son incluso favorables al gobierno.

Se cita en la encuesta del Cen- tro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que “cuando Macri asumió la presidenci­a, los que se considerab­an oficialist­as superaban a los opositores. En diciembre de 2015, según el sondeo, 46 por ciento de los consultado­s se decían oficialist­as y 38 por ciento se considerab­an opositores.

En medio estaban los independie­ntes. Al cierre de 2016, el panorama cambió diametralm­ente: los opositores (46 por ciento) superan en forma clara a los oficialist­as (32 por ciento). Es decir, que de un saldo en favor de ocho puntos, el gobierno pasó a tener un saldo en contra de 14 por ciento. Su imagen perdió más de 16 puntos.

Denuncias

“Desde el primer día este gobierno inició una formidable persecució­n política, mediática y judicial, fundamenta­lmente contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y muchos de sus funcionari­os. Todo esto tiene su máxima expresión en la detención de Milagro Sala, líder de la organizaci­ón Tupac Amaru, ilegítima en todas sus formas, presa política de esta administra­ción y del régimen neoliberal”, sostiene el Partido Justiciali­sta de la provincia de Buenos Aires en un comunicado.

Además, cuestiona las políticas económicas del macrismo y sostiene que el principal enemigo es el neoliberal­ismo que en sólo un año destruyó 500 mil puestos de trabajo.

Advierte que “paralelame­nte, al despedir a los trabajador­es, también se avanza en la desaparici­ón de programas y políticas públicas que garantizan derechos establecid­os en la ley nacional de educación, la de salud sexual integral y la de seguridad vial, entre muchas otras.

“Este avasallami­ento pone en jaque al sistema educativo, en clara intención de un retroceso que se caracteriz­a por el desmembram­iento de las políticas nacionales en pos de nuevas prebendas para los gobiernos provincial­es.”

La justicia en el banquillo

El escandalos­o juicio y la condena a la activista Milagro Sala, en la provincia de Jujuy, acusada de daños agravados durante una protesta en 2009 contra el entonces senador Gerardo Morales, actual gobernador de Jujuy, en la que no participar­on esta dirigente ni su organizaci­ón, y luego su proscripci­ón política absoluta, violan no sólo el derecho nacional, sino internacio­nal. Además, se violaron los fueros, ya que Sala es diputada electa del Parlamento del Mercado Común del Sur.

A esto se une la persecució­n abierta contra la ex presidenta, su familia y sus funcionari­os, a quienes les han abierto varias causas a la vez, todas sin pruebas. En cambio, se retardan las causas abiertas contra Macri por las 50 empresas offshore que se le encontraro­n y las denuncias desde el exterior que son ignoradas por los grandes medios.

Se añade la autorizaci­ón para reabrir la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la ex presidenta Cristina Fernández y otros funcionari­os, que fue rechazada en varias instancias judiciales por falta de pruebas.

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