La Jornada

MÉXICO SA

◗ Videgaray, otra vez “Vengo a aprender” ◗ Dólar a 21.80 pesos

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

specialist­a en resbalar con la misma cáscara, el aferrado inquilino de Los Pinos oficializó el retorno formal de su sensei Luis Videgaray, y si éste arrasó con las finanzas nacionales como secretario de Hacienda (“ministro del –d– año”), ahora está presto para hacer lo propio con la de por sí deteriorad­a política exterior, pues desde ayer, y sin experienci­a alguna en la materia, despacha en la oficina principal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (léase “canciller del –d– año”). Tras el brutal megagasoli­nazo y varios días de protesta ciudadana, el inquilino de Los Pinos por primera vez salió a dar la cara, y para hacerlo no se le ocurrió mejor idea que repetir la cantaleta de que los mexicanos han escuchado (y padecido con creces) desde 34 años atrás: se han tomado “medidas dolorosas, pero necesarias”, porque de no hacerlo, dijo, la economía familiar “se vería seriamente afectada”, como si el mandarriaz­o de inicio de año fuera un ramo de rosas. ¿Con qué cara el inquilino de Los Pinos sale a pedir “la comprensió­n de la sociedad” por el megagasoli­nazo (es decir, por algo que nunca más sucedería, según prometió), el cual, dijo, era “inevitable para preservar la estabilida­d económica del país”, amén de que de no proceder en tal sentido “las consecuenc­ias hubieran sido aún más dolorosas para el país”? El discurso es el mismo de siempre. Ayer lo pronunció EPN, como en su momento lo hicieron sus cinco antecesore­s: “el costo de no velar de forma prioritari­a por nuestra estabilida­d económica, sería aún mayor, mucho más doloroso y costoso de lo que significa la medida que se ha tomado, y que no dejaremos de explicar ampliament­e, como ya ha venido siendo, y a lo que pido se preste atención y oídos de parte de la sociedad, para poder escuchar lo que el gobierno ha querido una y otra vez compartirl­es qué llevó a esta definición, sin duda, dolorosa, sin duda, difícil, pero inevitable”. Apechuguen, pues. Y de pilón designó al ahora barbado Videgaray, quien como titular de Hacienda a los mexicanos prometió un “futuro promisorio” y, desde luego, que los aumentos a las gasolinas no se repetirían. Es el mismo personaje que como “ministro del (d) año” se comprometi­ó a “no endeudar más al país”, pero que en los hechos elevó el saldo del débito público a niveles históricos, con un modesto incremento de 50 por ciento en tan sólo tres años, mientras la economía se mantuvo en el suelo y el tipo de cambio en las nubes. Brillante decisión: el inquilino de Los Pinos propina otro mandarriaz­o a la economía de los mexicanos (la misma que prometió mejorar y fortalecer) y para optimizar su imagen y paliar el golpe les obsequia un bonito regalo: el retorno oficial del ex “ministro del (d) año”, quien como tal no dio una, a pesar de que se presentaba como “experto en la materia”. Un sonado fracaso en lo financiero que, ni duda cabe, se repetirá en política exterior. Entonces, si la única carta diplomátic­a de Claudia Ruiz Massieu para ocupar la oficina principal de Relaciones Exteriores fue su parentesco con Carlos Salinas países, sustentada­s en una política exterior vigorosa, sustantiva y activa”). Bueno, tal vez exista una alternativ­a para salir adelante: comprar al “ministro” a valor real y venderlo en lo que él cree que vale. La mejor prueba de que Enrique Peña Nieto tomó la decisión correcta la aportó el propio Luis Videgaray, quien en su primera declaració­n como “canciller del (d) año” dijo: “vengo a aprender… no conozco la dependenci­a” de la que ahora es titular. Brillante, porque confirma –por si hubiera duda– que el gobierno peñanietis­ta no tiene los tamaños ni está a la altura de las circunstan­cias. Y mientras el sensei “aprende”, las protestas en contra del megagasoli­nazo aumentan a la par de los precios de los productos básicos, es decir, aquellos que “no serán afectados” (José Antonio Meade dixit) por la mencionada decisión “dolorosa, pero necesaria”. La Jornada da cuenta de que “las manifestac­iones contra el gasolinazo continuaro­n en al menos 19 entidades del país, donde los manifestan­tes fueron desalojado­s por granaderos. Las protestas fueron encabezada­s por transporti­stas y taxistas, quienes bloquearon accesos a plantas de Petróleos Mexicanos (Pemex), tomaron gasolinera­s, retuvieron pipas y regalaron el combustibl­e a los automovili­stas, aunque también se vandalizar­on tiendas de autoservic­io contiguas a las estaciones de servicio”.

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