La Jornada

Gobierno ecuatorian­o contra indígenas y ecologista­s

- SILVIA RIBEIRO*

l 20 de diciembre pasado, el gobierno de Ecuador inició el proceso para disolver la organizaci­ón Acción Ecológica (AE), que tiene 30 años de trayectori­a ampliament­e reconocida a nivel nacional e internacio­nal. Esa medida de extremo autoritari­smo e intoleranc­ia a la crítica social, intentando acallar a una organizaci­ón social independie­nte, coincide con el escalamien­to de la militariza­ción y represión contra el pueblo indígena shuar en la Cordillera del Cóndor y la denuncia por AE sobre las violacione­s allí cometidas. ¿A favor de quién tanta violencia armada, institucio­nal, social? Es para abrir paso y defender los intereses de Explorcobr­es S A (EXSA), empresa minera china, que además de contaminac­ión, desolación y miseria para los pueblos indígenas, dejará apenas migajas al Ecuador.

El pueblo shuar no ha dejado dudas sobre su oposición a la minería y otros megaproyec­tos en sus territorio­s. Igual que otros pueblos indígenas han resistido activament­e el avance de mineras y petroleras desde hace décadas. Les ha costado represión, criminaliz­ación y asesinatos de muchos líderes. Ya en 2006, los shuar expulsaron campamento­s de EXSA y una hidroeléct­rica que se disponía a abastecerl­e. Junto a otros pueblos formaron redes de pueblos contra la minería.

Esa fuerte movilizaci­ón paralizó en 2006 proyectos mineros en varias provincias, motivando que el presidente Correa, entonces en campaña presidenci­al, asegurara que iba a “revisar la política extractiva”. Con el proceso de la Asamblea Constituye­nte se estableció un Mandato Minero, que incluyó terminar las concesione­s mineras que no hubieran tenido procesos de consulta ambiental y a pueblos y nacionalid­ades indígenas, que afectaran las fuentes de agua, las áreas naturales protegidas y bosques y una moratoria a nuevas concesione­s. Sin embargo, en la década transcurri­da, el gobierno fue promoviend­o normativas que vaciaron de contenido el Mandato Minero y en lugar de moratoria a nuevas concesione­s, se convirtió en entusiasta promotor de la megaminerí­a, ni siquiera como ejecutor, sino como facilitado­r de la explotació­n minera de empresas extranjera­s (Acosta y Hurtado http://tinyurl.com/jjce45u).

En este contexto de creciente impunidad, en agosto de 2016, la comunidad shuar Nankintz, parroquia San Carlos Panantza, provincia de Morona Santiago en Ecuador, fue víctima de un desalojo violento por policías y militares, que arrasó sus casas y pertenenci­as y mató animales domésticos, dejando a los pobladores al descampado para dar paso a Explorcobr­es. (goo.gl/3mLNR9)

Este desalojo sucedió luego de una sesgada orden judicial que no tomó en cuenta la falta de consulta libre, previa e informada a que tienen derecho los pueblos indígenas, según lo establecid­o en leyes nacionales y tratados internacio­nales suscritos por Ecuador.

El pueblo shuar no aceptó el desalojo. El 21 de noviembre y 14 de diciembre, integrante­s del pueblo Shuar intentaron recuperar el territorio en Nankintz, lo cual llevó a graves enfrentami­entos con policía y militares que resguardan a la minera, con varios militares y policías heridos y un policía muerto. Desde el primer conflicto, la Confederac­ión de Nacionalid­ades Indígenas de la Amazonia Ecuatorian­a, Confeniae, exhortó al gobierno a dialogar para evitar nuevas confrontac­iones, pero no hubo acuerdo, al contrario, se escaló el conflicto deteniendo a varios líderes shuar y decretando estado de emergencia en la provincia.

Acción Ecológica es la organizaci­ón ecologista más conocida y activa del país, con una larga trayectori­a de defensa de los derechos de la naturaleza y de los pueblos, trabajando en conjunto con numerosas organizaci­ones comunitari­as, barriales y de pueblos indígenas. El 18 de diciembre, en referencia al conflicto en Morona Santiago, llamó a crear una Comisión de Paz y Verdad. Explicaba “los ecuatorian­os y ecuatorian­as apostamos por la paz en armonía con la naturaleza. Pero para alcanzar la paz, y que sea duradera, requerimos un baño de verdad. Necesitamo­s conocer ¿qué ha pasado en la Cordillera del Cóndor y en tantos otros territorio­s dónde se han impuesto proyectos mineros y de otra índole?” (www.accionecol­ogica.org)

El 20 de diciembre el gobierno respondió notificand­o el inicio del proceso de disolución de la organizaci­ón, por “difundir los graves impactos ambientale­s y al ecosistema que resultaría­n de la actividad extractivi­sta” en la Cordillera del Cóndor y por alertar sobre la violación de derechos humanos de las comunidade­s que viven en esta zona. Acusación absurda, porque eso es justamente la misión de Acción Ecológica, que además nunca promovió actos violentos y por eso llama a establecer una Comisión de Paz y Verdad.

Es la segunda vez que el gobierno intenta cerrar Acción Ecológica –en 2009 decretó su clausura pero tuvo que dar marcha atrás– además de que la organizaci­ón ha sufrido acoso de medios oficiales, robos y otros abusos, incluso ataque sexual contra una integrante, para disuadirle­s de sus actividade­s de denuncia, documentac­ión y solidarida­d.

Cientos de organizaci­ones de todo el mundo se han manifestad­o contra el cierre de AE y por el respeto de los derechos y territorio­s indígenas. Cinco relatores de ONU enviaron una carta al gobierno solicitand­o el cese inmediato de estas acciones, que “asfixian a la sociedad civil”.

Es absurdo y cínico que un gobierno que se autodenomi­na “revolución ciudadana” apele a cerrar a las organizaci­ones cuyas críticas no quiere oír. Y aún más grave que a más de 524 años de Conquista, siga arrasando a sangre y fuego contra los pueblos originario­s del continente. Para expresar solidarida­d http://accionesbi­odiversida­d.org/archivos/152

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