China prevé una cooperación económica más fuerte con EU
Funcionarios y legisladores rusos recibieron ayer con beneplácito la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y esperan que ello conduzca a un periodo de mejores relaciones. En un bar capitalino, una televisora derechista patrocinó una celebración con champaña por el hecho.
Rusia apoyó la postura de Trump sobre la prioridad de la lucha contra el grupo Estado Islámico, declaró el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov.
Las promesas de Trump de arreglar las dañadas relaciones con Rusia entusiasmaron a la élite política rusa tras las tensiones con Washington por la crisis con Ucrania, la guerra en Siria y acusaciones de la intromisión en las elecciones estadunidenses.
Aunque la política de Trump hacia Rusia no se conoce todavía, el primer ministro, Dimitry Medvediev, declaró: “Esperamos que la razón prevalezca. Estamos listos para hacer nuestra parte del trabajo para mejorar la relación”, expresó en Facebook.
Celebración en Moscú
Un centenar de simpatizantes del nuevo gobernante estadunidense, entre nacionalistas rusos y otros, se reunieron en un local hípster, ubicado a cientos de metros del Kremlin para celebrar la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Una hora antes de que el presidente número 45 de Estados Unidos subiera al estrado, el descorche de botellas de champaña se escuchó en el salón del recinto, que alguna vez fungió como oficina de telégrafos. La fiesta fue copatrocinada por el canal conservador Tsargrad Tv, encabezado por el ideólogo de ultraderecha Alexander Dugin.
El analista político Stanislav Byshok dijo que probablemente esta es la primera ocasión que alguien más, no la embajada de Estados Unidos, organiza una fiesta por la toma de posesión de un presidente estadunidense.
En otro tema, en entrevista con el canal Rossiya 1, el portavoz del Kremlin, Dimitry Peskov, calificó de “error” considerar a Trump “hombre de Rusia”.
“Este es el mayor error que cometen ciertos politólogos occidentales y algunos rusos”, destacó.
“No se trata de un hombre de Rusia. Es un estadunidense, presidente de Estados Unidos”, expresó. Agregó que sería “completamente erróneo pensar que se trata de un político prorruso, como hacen muchos analistas occidentales”. El jefe del Buró Nacional de Estadísticas (BNE), Ning Jizhe, manifestó ayer sus expectativas de una cooperación económica más fuerte entre China y Estados Unidos, tras la toma de posesión de Donald Trump.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China restó importancia al envío de una autodenominada delegación de Taiwán a dicha ceremonia y denunció que el acto pretende perturbar las relaciones entre Pekín y Washington.
Cuando Trump ganó las elecciones causó escozor al comunicarse con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, lo cual provocó que el gobierno chino dijera que no aceptaría que Estados Unidos, con su nuevo mandatario, desafiara la política de “una sola China”.
“Creo que Trump considerará los asuntos desde la perspectiva del desarrollo de los lazos bilaterales y avanzará la duradera cooperación entre las dos potencias”, expresó Ning.
El portavoz de la cancillería china, Hua Chunying, realizó esos comentarios a raíz de informaciones sobre la partida de una delegación encabezada por el ex funcionario taiwanés Yu Shyi-kun para asistir al acto en Washington.
“Ciertas fuerzas de Taiwán están queriendo dar excesiva relevancia a que la autoridad de la isla haya enviado una llamada ‘delegación oficial’ a la ceremonia de investidura del presidente estadunidense”, dijo Hua.
“Ello tiene como objetivo interrumpir y perjudicar las relaciones entre China y Estados Unidos. Pekín ha expresado en repetidas ocasiones su firme oposición a dicho acto”, agregó.