La Jornada

Exige Morena que Pemex explique contratos con firma brasileña

Solicita que comparezca el director de la petrolera mexicana

- ROBERTO GARDUÑO

el llanto pasaron a la movilizaci­ón. Del miedo a la toma de las calles y, sobre todo, de conciencia. El primer día del gobierno fascista de Donald Trump sin duda estuvo marcado por movilizaci­ón que vino de abajo. Latinos, afroameric­anos, musulmanes, mujeres, estudiante­s de todos los colores, trabajador­es sindicaliz­ados y ambientali­stas, entre otros sectores, se movilizaro­n en más de 50 ciudades de Estados Unidos. “¡Aquí estamos y no nos vamos!”, fue uno de los gritos que inundaron las calles de un país que no piensa quedarse callado. La incertidum­bre camina junto a la indignació­n. Las señales y pronunciam­ientos de la nueva administra­ción son ominosos. Se equivocaro­n quienes esperaban que Trump se moderara una vez en la presidenci­a. Y se equivocan quienes afirman que será más de lo mismo. La gente latina en Estados Unidos no piensa lo mismo y, como advirtió el Movimiento Migrante Mesoameric­ano, se prevé una crisis humana sin precedente por el éxodo de migrantes mexicanos y centroamer­icanos que pueden ser deportados de manera masiva. Organizaci­ones de apoyo a migrantes han dado cuenta de las familias latinas que no quisieron esperar la salida forzada y ya han cruzado la frontera sur para regresar a sus países natales con todo las pertenenci­as que pueden cargar. Pero hay miles de personas que no piensan moverse. Ahí está su familia, su trabajo, sus estudios. Y en sus países hay otra parte de su familia que mes con mes espera una parte de su sueldo. Hay muchos, además, que no sólo llegaron a Estados Unidos en busca de trabajo, sino huyendo de la violencia y en busca de un refugio que los aleje de una muerte segura. Así que no tienen de otra más que resistir. Es visible la batalla que están dando desde Hollywood artistas como Meryl Streep y Robert de Niro. Menos reflectore­s tiene la que se da en los suburbios latinos y afroestadu­nidenses, donde se están formando comités de resistenci­a para enfrentar a la nueva administra­ción. “La gente en Estados Unidos se siente comprometi­da para, por lo menos, defender lo que cada sector ha logrado”, dice desde Washington Laura Carlsen, experta en relaciones México-Estados Unidos. Se refiere, por ejemplo, a las 19 universida­des que se han declarado santuarios, es decir, entidades en que defenderán a los migrantes y lucharán contra la deportació­n. Por lo pronto este 20 de enero se proclamó el Día Sin Migrantes. Hoy, sábado 21, se esperan por lo menos 170 manifestac­iones en Estados Unidos. Esto, sin duda, apenas empieza. El partido Morena en la Cámara de Diputados propuso a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, citar al titular de Pemex, para que explique los contratos fir- En la residencia oficial de Los Pinos, el presidente Enrique Peña Nieto sostuvo dos reuniones pri- mados con la trasnacion­al brasileña Odebrecht, a partir de las denuncias de corrupción en su contra, en que estarían involucrad­os servidores de la firma mexicana.

La empresa brasileña se ha convertido, después de Oceanograf­ía, vadas con integrante­s de la cúpula católica.

En el primer encuentro, con el en la principal beneficiar­ia de contratos multimillo­narios, y Morena señala que hay denuncias públicas por millonario­s sobornos.

Rocío Nahle, coordinado­ra de Morena en San Lázaro, recordó que apenas el 22 de diciembre Consejo Permanente de la Conferenci­a del Episcopado Mexicano (CEM), se abordó una agenda de 2016, la constructo­ra brasileña aceptó haber pagado 10.5 millones de dólares en sobornos a funcionari­os mexicanos entre 2010 y 2014, como consta en documentos liberados por el Departamen­to de Justicia de Estados Unidos.

En ese periodo Odebrecht firmó un contrato con Pemex Refinación, dirigida entonces por Miguel Tame Domínguez. El expediente liberado por EU refiere que “Odebrecht acordó pagar sobornos a un funcionari­o de alto nivel de una empresa estatal a cambio de que ayudara con la obtención de un proyecto”. en torno a los grandes problemas nacionales, la actual coyuntura, y las perspectiv­as del país para el año que se está iniciando.

La reunión –se informó– sirvió para ponderar los temas que acercan al poder político con el católico, y cómo observan ambos el desarrollo de la complicada problemáti­ca que enfrenta el país.

Tan relevante fue el encuentro, que el Presidente de la República se hizo acompañar de los secretario­s de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña, y de Gobernació­n, Miguel Ángel Osorio Chong, así como del jefe de la Oficina de la Presidenci­a, Francisco Guzmán.

El Consejo Permanente de la CEM estuvo encabezado por el arzobispo de Guadalajar­a, José Francisco Robles Ortega. Una vez que finalizó la reunión privada, Alfonso Miranda, secretario general de la Conferenci­a del Episcopado Mexicano, respondió lacónico a las preguntas de los reporteros: “Fue un diálogo bastante cordial con el señor Presidente, hablamos de la situación del país”.

Después, también en privado, Enrique Peña Nieto y sus funcionari­os se reunieron con el nuncio apostólico del Vaticano en México, Franco Coppola.

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 ??  ?? El presidente Enrique Peña Nieto, durante la reunión de ayer en Los Pinos con la Conferenci­a del Episcopado Mexicano. En el encuentro, con motivo del inicio de año, se evaluaron temas de interés mutuo ■ Foto Notimex
El presidente Enrique Peña Nieto, durante la reunión de ayer en Los Pinos con la Conferenci­a del Episcopado Mexicano. En el encuentro, con motivo del inicio de año, se evaluaron temas de interés mutuo ■ Foto Notimex

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