Entre opiniones encontradas de padres, prosigue la SSP la revisión de mochilas
Las revisiones del programa Mochila segura, que se aplicó por segundo día en planteles capitalinos, generaron opiniones encontradas de padres, ya que unos aceptan y otros rechazan las inspecciones a los útiles escolares de estudiantes con el fin de evitar que ingresen a las aulas con armas o sustancias tóxicas.
Debido a los hechos de violencia ocurridos en una escuela de Monterrey, Nuevo León, las autoridades de la Ciudad de México reforzaron el operativo en planteles.
En la secundaria pública número 45, María Enriqueta Carrillo, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, Hiram Almeida Estrada, llamó a los padres a acer- carse a sus hijos para prevenir actos violentos e invitó a los alumnos a resaltar el respeto, el civismo y la legalidad.
El funcionario consideró que los estudiantes son parte importante de la sociedad, “pero hay que reconocer que hay riesgos e influencias, por eso tenemos que estar de manera cercana con ustedes para generarles confianza”.
Mariana Rodríguez, madre de familia, expresó su desacuerdo con las revisiones, porque la presencia de la policía intimida y asusta a los niños, y mencionó que desde la casa se debe estar al pendiente de “educarlos, informarlos y ayudar a nuestros hijos, que nadie puede meterles algo en la mochila que les haga daño”.
Karla, otra madre de estudiante, señaló estar de acuerdo con la dinámica, “nosotros como padres debemos involucrarnos, realizar el ejercicio diario para tener tranquilidad y comunicación con nuestros hijos. Orientarlos, informarlos y si es necesario tener una corrección inmediata de sus actos”.
El programa Mochila Segura se aplica en todos los niveles, desde jardín de niños hasta instituciones de nivel superior; se desarrolla en los horarios matutino y vespertino, ha permitido incautar objetos que pueden representar algún peligro, informó Hiram Almeida.
Reiteró que con la aplicación Mi policía en mi escuela se crea un nuevo vínculo con las autoridades escolares para inhibir los niveles de riesgo, en beneficio de los alumnos y maestros, así como para la tranquilidad de los padres de familia.