La Jornada

Pese a sus esfuerzos por contener precios, mercados reducen ventas

■ Locatarios enfrentan alza de 30% en la carne y caída de 40% en comerciali­zación ■ En recorrido, comerciant­es alertan que ya les avisaron de más aumentos en breve

- ROCÍO GONZÁLEZ ALVARADO Y LAURA GÓMEZ FLORES

La cuesta de enero comenzó y con ella las bajas ventas en los mercados públicos, cuyos pasillos lucen a toda hora desiertos, a pesar de los esfuerzos de los locatarios por contener el incremento a los precios de sus productos.

En distintos centros de abasto, los comerciant­es detallaron que el costo de la carne de cerdo y res se elevó entre 20 y 30 por ciento desde diciembre pasado, mientras embutidos y lacteos, cuyo precio ya subió en la primera semana de enero, podrían experiment­ar una nueva alza en breve.

Verduras y frutas han tenido pequeñas fluctuacio­nes, mientras el bolillo, el huevo y las tortillas mantienen su precio, pero “ya no tardan” en subir, advirtiero­n.

“Gastamos 800 pesos más a la semana en el consumo de gas, aún no ha llegado el recibo de luz, así que no sabemos cómo viene, mientras la masa mantiene su costo, pero si se incrementa ya no vamos a poder mantener a 11 pesos el kilo de tortilla”, lamentó Adolfo Ledezma, propietari­o de un expendio de ese alimento en la colonia Juárez.

Detalló que la mayoría de los locatarios está absorviend­o los costos, porque “si te vas por la libre y subes el precio las multas son de 23 mil pesos; para qué exponerse”.

Los dueños de miscelánea­s precisaron que desde los primeros días de enero las carnes frías, como jamón y salchicha, se incrementa­ron 4.5 por ciento, las margarinas 9 por ciento, el queso 0.4 por ciento, yogur uno por ciento y las cremas otro tanto. “Nos avisaron que en dos semanas más viene otro incremento”, apuntó Amalia Rosas, del mercado Juárez.

En los locales de frutas y verduras, los productos más caros son la uva, que la ofertan en 80 pesos, y el ajo, en 140 por kilo. “En lo demás, los precios suben y bajan, la semana pasada teníamos la cebolla en 28 pesos, ahora está en 18; el jitomate subió un poquito a 18 pesos por kilo”, refirió.

En el mercado Cristo Rey, en Álvaro Obregón, la situación es similar. Las ventas de pollo cayeron 20 por ciento y la gente comenzó a sustituir pechuga, pierna o muslo, por retazo, vísceras, cabezas y patas, que antes eran “la comida para perros, porque estamos amolados”, señaló Marcos Muñoz, quien atiende un local de este producto.

El locatario Nicolás Torres señaló que el costo de la carne de res subió 30 por ciento, pero afirmó que mantienen en 140 pesos el kilo porque “no podemos repercutir­lo en la misma proporción, sería como condenarno­s a no vender nada, pues hoy estamos peor que durante la crisis de 1994, y lo que falta”.

Una situación similar enfrenta Cecilia Martínez, con un alza en el precio de la carne de cerdo de 30 por ciento y una caída en las ventas de 40 por ciento, que ha llevado a “la gente a comprar menos, porque hasta el chicharrón prensado cuesta casi lo mismo que la maciza, 85 y 95 pesos, respectiva­mente”.

La venta de alimentos preparados no se queda atrás. “Aunque demos más barato, no tenemos gente. Todos los días los pasillos del mercado están vacíos. La situación está retedifíci­l, pero es de lo que vivimos y tenemos que echarle ganas. No queda de otra”, afirmó José Blas Lara.

Mientras, Francisco reconoce que la “cuesta de enero se prolongará varios meses, porque las ventas están estancadas y la gente muy amolada”.

En un recorrido por la zona poniente se observó que los precios del pan de dulce aumentaron un peso y el bolillo se mantiene entre 1.50 y 2 pesos.

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Locatarios del mercado Cristo Rey, en la delegación Álvaro Obregón (en la imagen), afirman que los clientes cada vez compran menos productos ■ Foto Carlos Ramos Mamahua

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