Profeco aplicó multas por $21 millones, pero no detectó aumentos injustificados
El procurador Ernesto Nemer (SE) y organismos del sector privado todavía analizan la información sobre su ‘‘estructura de costos’’ que se solicitó a 26 mil negocios que producen, distribuyen o venden alimentos de la canasta básica, para verificar que no los hayan encarecido en la misma proporción en que subieron las gasolinas, el diésel, la electricidad o el gas. Ya se tiene respuesta, dijo, de 16 mil casos.
Del total de dichos requerimientos, más de la mitad (57.69 por ciento) se enviaron a 15 mil tortillerías. El resto se distribuyó entre 5 mil panaderías, 3 mil empresas de la industria de lácteos, 2 mil más para el sector cárnico, mil para la cadena de pollo y huevo, 500 para el sector azucarero, 200 para quienes se dedican al frijol y 40 para empresas de alimentos preenvasados.
Así que, a tres semanas del llamado gasolinazo y salvo las dos excepciones mencionadas, las sanciones tanto económicas como de otra índole que, en general, la Profeco ha impuesto a 470 tortillerías de mil 700 verificadas, 61 gaseras de 861 que existen en el país, y 191 gasolineras de 450 inspeccionadas, se debieron a que incurrieron en diversas violaciones a la Ley Federal de Protección al Consumidor, como no exhibir precios o cobrar otros distintos a los que mostraban, vender litros o kilos incompletos por tener mal calibradas básculas o mangueras de gasolina así como por negarse a las verificaciones.
De hecho, 62 por ciento de las multas que aplicó Profeco, es decir, 13 millones de los 21 millones de pesos, provinieron de la negativa a ser verificados de 52 negocios (45 gasolineras, seis plantas de distribución de gas y una gasera), ya que Nemer explicó que a cada uno se le impusieron 250 mil pesos ‘‘como medida precautoria’’. Otros 5.7 millones de pesos fueron por multas a 23 gasolineras que cobran más de lo que despachan, en tanto que los 3 millones restantes se aplicaron a distintos negocios ‘‘por prácticas comerciales abusivas’’.
Nemer insistió en que no hay ‘‘cacería de brujas’’, como acusan los pequeños negocios, y negó que haya alza generalizada de precios en la canasta básica. Sólo se han detectado ‘‘picos’’ en algunos productos y regiones e incluso sólo por establecimientos, dijo, como los casos de la tortilla en Sonora, donde se vende hasta en 19 pesos en algunos establecimientos; del frijol en Michoacán, que en diez días subió de 32 a 40 pesos el kilo; del huevo, que subió casi dos pesos en Jalisco y otros estados; de la leche, que subió 90 centavos en Chiapas, o del pollo por pieza que cuesta 3 pesos más en Quintana Roo. El precio del arroz y del bistec de res se ha mantenido estable.