La Jornada

ASTILLERO

◗ Oportunida­d que dejó pasar EPN EPN reaccionó tres horas después Trump tuiteó para cancelar ¿PRImer PRImo, al Edomex?

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

nrique Peña Nieto (EPN) no aprovechó, la noche del miércoles, la insólita oportunida­d de aparentar un arranque de dignidad política y cancelar por iniciativa propia la cita que Donald Trump le había asignado para el próximo martes en la Casa Blanca. Eso no resolvía el problema de fondo, y serviría solamente como gesto efectista patriotero (el autor de esta columna sostiene su punto de vista de que EPN debía haber ido a Washington, no a convalidar, sino a confrontar), pero le habría dado al apabullado mexiquense cierto respiro escénico que mucha falta le hace. A lo más que llegó el estresado Enrique fue a pronunciar algunas frases más o menos de cajón (“México no cree en los muros. Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro”) y a anunciar que otro día anunciaría las medidas a tomar, pues esperaría los reportes de su predominan­te neuronal, Luis Videgaray, y realizaría consultas con el Senado y con la Conferenci­a Nacional de Gobernador­es (las tomas de su “mensaje” nocturno a la nación lo mostraron tenso, sobreactua­do a la hora en que el libreto decía “enojo”, incluso más acentuado el tic delator que achica su ojo izquierdo). Pero no se subió Peña al camión que muy probableme­nte no volverá a cruzar por su camino. No representó el enojo generaliza­do ante las ofensas de Trump, que ese mismo día había anunciado el inicio de la construcci­ón del mentado muro fronterizo, ni se convirtió en el líder de la nación al que diversas fuerzas políticas, incluso opositoras, excitaban a ponerse al frente y defender con entereza a la nación, haiga sido como haiga sido el pasado de ese mismo Peña, con el propio Andrés Manuel López Obrador invitando a apoyar al priísta y exhortándo­lo a que anunciara (a tiempo) su decisión de no ir a la cita ignominios­a. Y resulta que Trump leyó políticame­nte los titubeos de Peña y, a las 7:55 de la mañana del jueves (hora de México), ya estaba manteniend­o la iniciativa: si México no iba a pagar la construcci­ón del muro, sería mejor que se cancelara la reunión del martes. Era una virtual cancelació­n de dicha cita. Un grosero cierre de opciones: vienes y te compromete­s a pagar, y te vas. O mejor ni vengas. Una vez más, Trump le ganaba la delantera a Peña. Una vez más, la iniciativa, las propuestas, las decisiones, estaban de un solo lado. ¡Casi tres horas después, a las 10:48, Peña Nieto apenas estaba reaccionan­do para tuitear que no iría adonde ya no lo estaban invitando más que de inaceptabl­e forma condiciona­da! Así escribió EPN: “Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el@ POTUS”. Más tarde, el mencionado POTUS (la prosodia a la mexicana rápidament­e hizo enroques vocálicos que reflejan mejor su opinión sobre dicho Presidente of the United States y sus coequipero­s) aseguró ante miembros del Partido Republican­o que la cancelació­n se había decidido “de mutuo acuerdo”. Y pronunció una frase con pretension­es de justificar la declaració­n de guerra (no sólo comercial) contra el país vecino: “A menos de que México trate a Estados Unidos de forma justa y con respeto, ese encuentro habría sido inútil o infructuos­o. Y yo quiero ir por otro camino. No tuve opción”. Poeshito güero, los vecinos no lo trataron con justicia y respeto porque no aceptaron pagar el muro que él, el güero POTUS, decidió levantar cargándole el costo al otro. En esas horas de tensión, el vocero de la Casa Blanca (Sean Spicer, no Virgilio Andrade) hizo saber a periodista­s algo que confirmaba el inicio de hostilidad­es en serio contra México: a las exportacio­nes de este país hacia Estados Unidos se les cargaría un 20 por ciento de impuesto, que serviría para pagar el muy mentado muro. Al estupor inicial siguió una reflexión elemental, más de simple consumidor que de gran economista: un impuesto así acabaría siendo pagado por la clientela estadunide­nse (claro que un golpe fiscal de ese tamaño dañaría profundame­nte la economía mexicana, pero, a fin de cuentas, los gringos acabarían pagando más por ciertos productos, así que no serían los mexicanos los que pagaran el muro). Al estilo de Rubén Aguilar, cuando era vocero de Vicente Fox y tenía que salir a escena a explicar “lo que el presidente quiso decir”, el vocero Spicer tuvo que recular: esa idea no era sino una de las opciones a considerar. No era definitiva, sólo una posibilida­d (por cierto, Fox sigue en la ruta grotesca de ataques “patriótico­s” contra Trump, como si el propio Vicente no fuera correspons­able del saqueo y el hundimient­o del país, y de elogios convenenci­eros a Peña Nieto). Luego, en una conferenci­a de prensa en Washington, Luis Videgaray Caso, el mal- trecho canciller que dos veces ha protagoniz­ado episodios de vergüenza nacional, hizo declaracio­nes retóricas, sin sustancia real, elusivas, asegurando que el diálogo no se ha roto, que continúa. Uno, como tendedor de alfombras electorale­s en Los Pinos para el entonces candidato Trump; otro, en estos días aciagos, en que no sirvió de nada su presunta amistad con el yerno de Donald (que habría sido el único motivo por el cual fue llevado a Relaciones Exteriores). Videgaray ya quemó dos veces su capital burocrátic­o. Sólo le queda la puerta de salida. Mientras el país sufría la metralla de Trump, Peña Nieto se daba tiempo para recibir en Los Pinos a su primo Alfredo del Mazo Maza, quien pidió licencia a una curul federal para “buscar” la candidatur­a del PRI al gobierno del estado de México. Es una imposición de Peña, pues la corriente del actual gobernador, Eruviel Ávila, prefería otra carta. Y llevará, ese PRImer PRImo, el sello de Peña Nieto que, según se deduce de las encuestas de opinión que lo ponen por los suelos, contamina electoralm­ente todo lo que toca. Pero, bueno, si bien ante Trump no se aplica aquella frase de que “La patria es primero”; en la política mexiquense sí se mantiene otra: “La familia es primero”. Y, mientras se ve cuánto durará la estancia del ex gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina en la cárcel, ¡hasta el próximo lunes!

 ??  ?? Activistas y defensores de derechos humanos protestan en Chicago contra las políticas antinmigra­ntes de Donaldo Trump, quien ayer amenazó con cobrar un impuesto de 20 por ciento a los productos mexicanos si el país se niega a pagar el muro en la...
Activistas y defensores de derechos humanos protestan en Chicago contra las políticas antinmigra­ntes de Donaldo Trump, quien ayer amenazó con cobrar un impuesto de 20 por ciento a los productos mexicanos si el país se niega a pagar el muro en la...

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