La Jornada

Este sexenio se multiplicó por siete el trabajo a la comisión de ayuda a refugiados

Con poco personal, la Comar logra atender una avalancha de peticiones de protección Su presupuest­o no rebasa $25 millones y los gasta básicament­e en el pago de nómina

- FABIOLA MARTÍNEZ

La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) es una de las instancias más pequeñas y con menor presupuest­o de la Secretaría de Gobernació­n (SG). Sin embargo, las solicitude­s que ha atendido se han multiplica­do exponencia­lmente ( 700 por ciento más) al pasar de mil 296 al inicio de este sexenio a 8 mil 781 durante el año pasado.

En 2017, aun con un leve incremento, su bolsa presupuest­al no rebasa 25 millones de pesos, destinados básicament­e para el pago de su nómina.

En esa circunstan­cia debe analizar a fondo las solicitude­s de miles de migrantes, en una dinámica de aumento de peticiones de quienes buscan la protección del Estado mexicano.

Especialis­tas en la materia han advertido, como hizo esta semana un colectivo de más de 100 organizaci­ones y académicos, la necesidad de que el país aplique un plan extraordin­ario para brindar solidarida­d a migrantes que serán afectados por las políticas del nuevo presidente de Estados Unidos, así como de apoyo a los paisanos deportados de ese país.

Las estadístic­as oficiales de la Comar muestran un aumento de tareas prácticame­nte con el mismo personal y recursos (el año pasado se informó que con- taban con menos de una veintena de agentes para entrevista­s a migrantes).

Un reciente respiro en esa materia no provino del gobierno federal, sino del auspicio para la contrataci­ón de 29 personas, programa impulsado sustancial­mente por la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

En 2013 la Comar recibió mil 296 solicitude­s; si bien muchos aspirantes se quedan en el camino, ya sea porque abandonan o se desisten del trámite, de 846 que lo concluyero­n fueron reconocido­s como refugiados sólo 280. Adicionalm­ente 33 recibieron protección complement­aria, esto es, un derivado de apoyo del gobierno mexicano.

De este grupo, 110 son hondureños; 97 de El Salvador, 14 de Nigeria y 11 de Siria. Del resto de los ciudadanos originario­s de 44 naciones, la autorizaci­ón fue mínima.

En 2014 ya se percibía el aumento de peticiones y de resolucion­es en favor (2 mil 137, contra 460 reconocimi­entos).

Para 2015, la relación fue de 3 mil 424 solicitude­s por 949 reconocimi­entos.

Un año después, hubo casi 9 mil solicitude­s, en los que igualmente los centroamer­icanos, venezolano­s y colombiano­s presentaro­n la mayoría de éstas. Al final, la Comar dio respuesta positiva a 2 mil 563 extranjero­s quienes pidieron no ser repatriado­s porque su vida está en peligro en sus lugares de procedenci­a.

En el camino quedaron mil 769 que abandonaro­n el trámite y 304 se desistiero­n. Además, casi medio millar recibió protección complement­aria y de mil 883 su solicitud está en trámite, de acuerdo con la informació­n pública más reciente de esa comisión.

Entre los solicitant­es se cuentan 242 menores, principalm­ente de Honduras, El Salvador y Guatemala.

A pesar de que desde el año pasado se registra un flujo extraordin­ario de haitianos y africanos que intentan cruzar a Estados Unidos, la estadístic­a de refugio de estas regiones no es significat­iva; sólo 12 haitianos concluyero­n el trámite y de africanos son también números de un dígito.

El país debe aplicar un plan para brindar solidarida­d a migrantes, señalan expertos

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