‘‘Embozado e hipocritizado’’, el racismo sigue vivo: López Colomé
■ Esa novela sobre el tráfico de esclavos en el siglo XIX es ‘‘superpertinente, pues las partes horrendas del ser humano están vivísimas en el país’’, explica en entrevista con La Jornada ■ En Estados Unidos cambiaron el título por Llámenme Aminata y no t
‘‘El tema es el tráfico de esclavos y la dificultad de eliminarlo y abolir la esclavitud, y la paciencia de Aminata de no morirse en el intento, porque es una cruzada la suya y la palabra es la que la va salvando todo el tiempo”, menciona López Colomé (CDMX, 1952) en torno a esa obra coeditada por Almadía y la Secretaría de Cultura federal.
Relata que la novela parece un espejo de Lawrence Hill (Ontario, 1957): ‘‘él es hijo de una pareja mezclada. Su madre es blanca y su padre es negro. Él es anglocanadiense y vive en un país que tiene una parte francesa, habla francés. Y sabe lo que es estar abajo y arriba, y hoy ser uno de los escritores más brillantes que hay en su país”.
La poeta y traductora destaca que le sorprendió que en Estados Unidos cambiaran el título del texto debido a una serie de reglamentos y cosas de corrección política. ‘‘Cánones de tipo político rarísimos. Ahí se negaron a ponerle The book of niggers (El libro de los negros) y se publicó como Llámenme Aminata. Nunca es la misma fuerza que tiene ese título y que es ese libro. En el mundo francófono de Canadá se llama Aminata. Y en Holanda quemaron el libro en una plaza. Lawrence Hill (Ontario, 1957), autor de El mayor libro de los negros, coeditado por Almadía y la Secretaría de Cultura federal, y en la siguiente imagen tomada de Internet, Pura López Colomé (CDMX, 1952), traductora al español ‘‘mexicano’’ de esa novela
‘‘Larry me preguntó cómo le voy a poner. Yo tengo esa edición en mis manos y no puede ser más que El libro mayor de los negros, haciendo alusión a la Inquisición, así se llamaban las bitácoras que llevaban los inquisidores en México.”
Mujer sin resquebrajaduras
Lawrence Hill, prosigue Pura López Colomé, quien dedica el libro a Geneviève Aminata, ‘‘ mi hija y alma gemela”, logró algo ‘‘ notable creando un personaje femenino. Siempre me ha parecido que es muy difícil. Lo hizo muy bien. Larry siempre acude a quienes le pueden dar opiniones de un terreno en el que él duda. Y en el de la creación de personajes femeninos tiene muchas mujeres en torno: varias hijas, una mujer que también es escritora y su madre.
‘‘Por eso es entrañable ese per- sonaje. Aminata no tiene resquebrajaduras. Además, hay partes muy delicadas que son sumamente femeninas y que él las trata con mucha delicadeza. No se va a lugares que lo van a transformar todo en un pantano y del que no va a salir después. La toma a ella desde chiquita y la lleva de la mano hasta la vejez. No creo que haya resquebrajaduras en la mujer madura o en la mujer plena que todavía está esperando que regrese el marido, una mujer que está vivísima y quiere ser mujer en plenitud.”
No obstante su situación, Aminata aspira a convertirse en una djeli (cuentacuentos) y eso significa ‘‘que los valores que le inculcan a ella desde niña y están anclados en la palabra son los que la hacen sobrevivir todas las etapas y todas las dificultades por las que va pasando. Ella voltea a ver la realidad, siempre está en el paisaje, nunca deja de estarlo, como dicien- do, ‘¿cuál es la verdad de todo este contraste?’”
Respeto ante la obra de arte
Pura López Colomé, reconocida con el Premio Nacional de Traducción de Poesía 1992, explica que la novela de Lawrence Hill le ‘‘fascinó desde el principio. Y por supuesto que el reto como traductora es tremendo, porque si tú me preguntas si estoy satisfecha, la respuesta es no, porque nunca lo estás, aunque reconozcas golpes de fortuna. Como decía el gran Alastair Reid, el poeta y traductor escocés de Neruda, Borges y Cabrera Infante: ‘Nunca te olvides, que cuando estés más contenta con una obra, detrás de tu hombro está mirando the translation police’. Si estás preparada para eso, estás preparada para la tarea.
‘‘Desde un principio expliqué a Larry que yo iba a traducir al español mexicano, porque es una actitud política: no se me va a estan- darizar, si el libro se va a publicar también en España, pero no voy a quitar mis guajes y mis jícaras, lo cual puede estar más cercano de África en estos personajes.’’
Destaca la dificultad de ‘‘manejarte en el discurso mexicano sin ceder, sin ser autocomplaciente, pasarte de listo, exagerar y llenar de más con expresiones que solamente aquí se van a entender. Mi aspiración es que un lector en español en cualquier lado del mundo pueda distinguir las diferencias léxicas, las pueda reconocer y saber perfectamente a qué se están refiriendo’’.
Yde su responsabilidad, menciona que antes de ser vínculo entre culturas, lo primero que asume es el respeto ante la obra de arte. ‘‘No es un documento histórico, es una novela y lo que más me importa es que funcione como tal. En segundo lugar está la comunicación y la responsabilidad cultural”. REYES MARTÍNEZ TORRIJOS