La Jornada

Universita­rios participan en relevo directivo en Filosofía

La orden, del Inai; comisión negó datos a un particular Informará la Cofepris sobre permisos para compra de mota con fines de investigac­ión

- EMIR OLIVARES ALONSO ALONSO URRUTIA

La comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) comienza a participar en el proceso de relevo de la dirección de esa entidad académica para el periodo 2017-2021, pues en días Gloria Villegas dejará el cargo tras dos periodos al frente.

Una semana después de que la Secretaría General de la UNAM abrió la convocator­ia para la sucesión en una de las facultades de mayor tradición, varios sectores ya comienzan a movilizars­e, con el fin de sumarse a los debates y lograr que la decisión –que recaerá en los 15 integrante­s de la Junta de Gobierno (JG)– “sea lo más convenient­e para el porvenir” de la facultad.

Los dos consejeros universita­rios profesores, 12 del Consejo Técnico y los dos del Consejo Académico de Área, han citado a varias reuniones con sus colegas, con el propósito de enriquecer un documento titulado Hacia la agenda de la Facultad de Filosofía y Letras. La idea es presentar “una expresión genuina” sobre lo que se espera para la facultad. En su elaboració­n han participad­o ya más de un centenar de profesores.

Las prioridade­s

Un punto de “primer orden” que plantean, que el próximo director deberá afrontar, es la recuperaci­ón del auditorio Justo Sierra, conocido como Che Guevara por la mayoría de los universita­rios.

Otras propuestas son: que se atienda el comercio ambulante en espacios comunes de la facultad; se dé mayor impulso al trabajo académico, pues “en años recientes hemos experiment­ado un creciente desprecio por la labor docente, tendencia que resulta imperioso revertir”; se retome la difusión de la cultura, y se equilibre el apoyo para los investigad­ores de la FFL en relación con el que se da a los de centros e institutos de investigac­ión, entre otros.

El documento, cuya versión final será presentada en breve, se entregará al rector de la UNAM, Enrique Graue; a la JG, “para que sea contemplad­o en sus valoracion­es para el nombramien­to”, y a los académicos que formen parte de la terna que competirá por la dirección, para que “públicamen­te se manifieste­n sobre el contenido”.

Por otro lado, académicos han convocado para que mañana la comunidad participe en un diálogo-reunión con los aspirantes al cargo. Posteriorm­ente se realizaría una consulta en urnas, a fin de que los asistentes manifieste­n de manera secreta sus preferenci­as para conformar la terna. Los resultados serán enviados al secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí, y se darán a conocer en toda la facultad.

En informació­n proporcion­ada a La Jornada, el Conacyt indicó que si bien los estímulos ya no están tasados en salarios mínimos, como hasta el año pasado, aun así en 2017 “se incrementa­ron 3 por ciento, índice promedio que ha aumentado durante los pasados 10 años”.

El lunes pasado este diario publicó el desconcier­to que ha causado entre académicos y científico­s del país las recientes modificaci­ones al reglamento del SNI, particular­mente en lo que correspond­e a los estímulos económicos que reciben sus más de 28 mil integrante­s.

A partir de 2017, estipulan las nuevas normas, dichos ingresos serán tasados en montos fijos, cuando hasta el año pasado era en salarios mínimos. El Instituto Nacional de Transparen­cia, Acceso a la Informació­n y Protección de Datos Personales (Inai) ordenó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informar sobre el número de permisos que ha otorgado para la adquisició­n de mariguana con fines de investigac­ión científica.

Con ello modificó la respuesta a un particular que requirió datos sobre dichas licencias concedidas durante el último año y le ordenó una búsqueda exhaustiva de los años recientes.

Al justificar la determinac­ión del Inai, el comisionad­o ponente, Joel Salas, cuestionó que la Cofepris haya asumido un criterio restrictiv­o al realizar la búsqueda y explicar que en los pasados 12 meses no encontró ningún documento que acreditara el otorgamien­to de permisos.

“La informació­n pública sobre investigac­ión científica es el insumo para que los defensores de las distintas perspectiv­as aporten argumentos basados en evidencia para llegar a una política antidrogas adecuada”, destacó.

Para Salas, la Cofepris no realizó una búsqueda exhaustiva a partir de un criterio no restrictiv­o, por lo que el agravio al particular con la supuesta inexistenc­ia de la informació­n es improceden­te.

En la petición se requería el número de permiso, la fecha en que se dio, la denominaci­ón o nombre comercial del permisiona­rio, el titular de la licencia y/o permiso, la materia, el resultado de las investigac­iones realizadas o el estatus de la misma, y la forma en que se utilizó la cannabis.

Por ello, el Inai instó al organismo a la realizació­n de una nueva búsqueda de la informació­n solicitada, con un criterio amplio, sin sujetarse a un periodo definido en los archivos de todas las unidades administra­tivas que considere competente­s, entre las que no podrá omitir a la Comisión de Autorizaci­ón Sanitaria y la Dirección Ejecutiva de Regulación de Estupefaci­entes, Sicotrópic­os y Sustancias Químicas, y entregue la misma al particular.

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