La Casa de Cultura San Rafael recobra su espíritu artístico
■ Gracias al entusiasmo de colaboradores, el sitio avanza, pero “esperamos un pequeño presupuesto”, comentó el artista plástico ANTONIO ORTIZ
La casa de cultura acaba de cumplir nueve años La Casa de Cultura San Rafael cumplió nueve años el pasado 2 de febrero; desde hace un año, con el artista plástico Antonio Ortiz Gritón en la dirección, ese espacio recobró su espíritu ciento por ciento cultural.
Sus puertas se abren a las presentaciones de pintura y música de todos los géneros, así como de libros, teatro, danza, performance, talleres de gráfica y serigrafía, entre otras actividades.
Anteriormente, sólo había una clase de hawaiano y una exitosa clase de guitarra, y se rentaba un espacio para una marca de cosméticos, explica Ortiz, quien desde 2016 coordina ese centro cultural.
Ahora, cuatro habitaciones son pequeñas galerías, otra sirve para albergar a un artista residente y el resto es para clases y talleres.
De acuerdo con la normatividad para todas las casas de cultura, “lo único que se permite es alquilar espacios o hacer intercambios; nosotros “optamos por el intercambio, de tal manera que la invitación a usar la casa está abierta a todos los creadores y colectivos, a hacerla suya, a tomarla. Y a cambio, de manera gratuita, dar un taller, una conferencia, una plática, en fin, lo que quieran”, destacó Gritón.
La cuestión, explica, “es que una casa de cultura en sí no tiene presupuesto de las delegaciones; sólo se pagan los sueldos del personal que trabaja en ella, así como todos los servicios de agua, luz”.
Las delegaciones, dice Ortiz, “ven las casas de cultura como fuente económica de ingresos; es decir, quieren que los talleres se cobren. Que no haya talleres pagados de la delegación es un sistema al que se denomina de autogeneración, pero que se quedó en el pasado, empezó en los años 60 y así sigue”, considera Antonio Ortiz.
“Por eso, si en una casa de cultura se da una clase de inglés, zumba o karate, y se tienen muchos alumnos, eso es considerado por los directores como un éxito porque, dicen, genera mucho dinero para la delegación; así, las casas de cultura se transforman en pequeños gimnasios o centros sociales.
“Hay lugares, por ejemplo, donde la clase de karate tiene 10
LA INVITACIÓN A USAR LA CASA ESTÁ ABIERTA A TODOS LOS CREADORES: