La Jornada

El Velódromo, funcional, revira Alberto Miranda

- ABRIL DEL RÍO

El Velódromo Olímpico Agustín Melgar “es funcional, vigente para práctica, entrenamie­nto y competenci­as nacionales”, asegura Alberto Miranda, ante la posibilida­d de que la instalació­n de los Juegos de México 68, por considerar­se obsoleta, se convierta en el nuevo estadio de futbol del equipo Cruz Azul.

Selecciona­do nacional en las décadas 80 y 90, Miranda es entrenador desde hace 32 años en la escuela técnico-deportiva del velódromo, donde niños, jóvenes y mayores se instruyen en el ciclismo de pista y entrenan en diversos horarios matutinos y vespertino­s.

La pista de madera africana sobre la que figuras del ciclismo establecie­ron más de 50 récords mundiales se deterioró por falta de mantenimie­nto. Incluso los repuestos de ese material terminaron en fogatas que hacían los trabajador­es en noches de frío. Se reforzó con una duela mexicana, pero no se cuidó debidament­e y la pista fue transforma­da con superficie de cemento en 1997.

Desde entonces, la pista de 333.33 metros de longitud fue homologada por la Unión Internacio­nal de Ciclismo, que en 2007 estableció una nueva medida de 250 metros para competenci­as internacio­nales, además de que los velódromos deben ser techados.

El club Cruz Azul, que debe desalojar su sede actual en 2018, se encuentra en negociacio­nes con el Gobierno de la Ciudad de México para construir su nuevo estadio dentro de la ciudad, y el predio del velódromo es una de las opciones.

“A lo mejor eso de la medida oficial puede ser un argumento para quitarlo, pero es funcional. En Italia se siguen haciendo competenci­as de prestigio en velódromos clásicos y descubiert­os.

“El ciclismo se puede seguir haciendo. Que no sea un escenario para campeonato­s del mundo no quiere decir que ya no sirva. Se pueden hacer nacionales”, aseguro Miranda.

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