LAS REBANADAS DEL PASTEL
obligando al gobierno a hacer lo que dijo que no haría más, es decir, manipular los precios políticamente, porque todo se lo dejaba a la fantasmal cuan destructiva figura del “mercado”. El gobierno peñanietista no aplicó los gasolinazos previstos para el 4 y 11 de febrero. Dejó pasar las fechas por él mismo fijadas, en la creencia de que con eso alcanzaba y la ciudadanía quedaría tranquila. Pero “olvidó” que había agendado más y que los consumidores, prestos a retomar las calles, no se lo tolerarían. De acuerdo con estimaciones propias, a pesar de que no aplicó los gasolinazos previstos para el 4 y el 11 de febrero, Hacienda no ha dejado de captar alrededor de 520 millones de pesos por día (sólo por Magna y Premium) como resultado del cobro del impuesto especial sobre producción y servicios (el temible IEPS). Por razones políticas (mismas que dijo que utilizaría más) el gobierno de EPN decidió posponer los aumentos, pero ello no le impidió que la caja registradora se mantuviera sonando. Ayer circularon varias versiones sobre el tema del gasolinazo y la cercanía de la “liberación plena” (léase otro aumento de precios, aunque algunos hablaron de que podría darse un descenso, pues las condiciones para ello existen), y aparentemente la decisión de Hacienda sería de nueva cuenta “posponer” la decisión. Obviamente por razones políticas. Se acercan las elecciones en varias entidades de la República, especialmente en el estado de México –de siempre baluarte tricolor–, donde la situación está color de hormiga y nada raro sería que por primera vez el PRI perdiera la gubernatura y se viera en la penosa necesidad de mendigar como oposición. Hacienda, pues, aplicaría la técnica de los AA: no se toca el vicio (de aumentar Por cierto, ¿alguien recuerda qué fue de aquel pomposamente denominado Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar que el inquilino de Los Pinos presentó en sociedad el pasado 8 de enero?