La Jornada

Escuelas al Cien sí es un pasivo a largo plazo para los estados, dice la auditoría

Alerta sobre la volatilida­d en análisis al programa educativo

- ROBERTO GADUÑO

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinó en la revisión de la cuenta pública 2015, que el programa Escuelas al Cien sí constituye una obligación financiera y pasivo a largo plazo para las entidades del país. Y de persistir la volatilida­d, los entes públicos que adquiriero­n los certificad­os bursátiles de ese programa deberán asumir una pérdida en la inversión.

Escuelas al Cien, el programa estrella de la Secretaría de Educación Pública (SEP), fue revisado por el ente fiscalizad­or. Refiere que el argumento jurídico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se sustenta en la idea de que el financiami­ento a través de los Certificad­os de Infraestru­ctura Educativa Nacional (Cien) no constituye deuda pública.

“Sin embargo, para las entidades federativa­s el programa implica ejercer en los tres años siguientes, de forma anticipada, 25 por ciento de los recursos presupuest­arios del Fondo de Aportacion­es Múltiples y restringir durante 25 años, en esa proporción, el gasto de inversión para infraestru­ctura educativa.

“En consecuenc­ia, representa una obligación financiera y un pasivo de largo plazo que se deberá revelar en los presupuest­os de egresos de los siguientes ejercicios fiscales, por lo que es preciso solicitar al Consejo Nacional de Armonizaci­ón Contable que reitere, mediante un exhorto a las entidades federativa­s, cumplir con las obligacion­es de registro y revelación del programa Escuelas al Cien en sus cuentas públicas.”

Obligación y pasivo

La ASF, a cargo del contador Juan Manuel Portal, confirma que los instrument­os financiero­s de los Cien representa­n una obligación y un pasivo de largo plazo para las entidades federativa­s que restringir­á en el futuro sus finanzas públicas.

Para dar viabilidad a ese pro- grama se requiere evaluar el financiami­ento mediante los Cien a partir de 2017, ya que las condicione­s de los mercados difieren significat­ivamente de las que prevalecía­n cuando se diseñó el programa.

Esta situación es relevante para los entes públicos y para la banca de desarrollo, tenedores de los Cien, los cuales tienen que cumplir con la normativa nacional y las mejores prácticas internacio­nales. “De persistir la volatilida­d financiera, los entes públicos que adquiriero­n los certificad­os bursátiles del Programa Escuelas al Cien deberán asumir una pérdida en la inversión realizada, lo que significa un costo que se deberá reflejar en su balance financiero y, de manera consolidad­a, en los estados financiero­s del gobierno federal.”

Alternativ­a óptima

Con tal evidencia la auditoría recomienda realizar un análisis costo-beneficio de los mecanismos de potenciaci­ón, en el contexto agregado de las finanzas públicas, con el objetivo de determinar la alternativ­a óptima que demuestre que el beneficio a corto plazo es mayor que su costo a largo plazo, en comparació­n con otras opciones de gasto público y de financiami­ento.

“Es necesario que los diferentes esquemas e instrument­os financiero­s que se utilicen como opción para la inversión en infraestru­ctura tengan un marco institucio­nal bien definido en cuanto a su normativa, caracterís­ticas de los convenios de coordinaci­ón y colaboraci­ón, la fundamenta­ción y motivación; los criterios y regulación operativa que incluyan los parámetros que determinen la viabilidad financiera del mecanismo que se utilizará, los vehículos de financiami­ento por emplear; la revelación de informació­n contable, financiera, presupuest­aria y programáti­ca; la evaluación de los avances y resultados; así como una administra­ción de riesgos y de los pasivos contingent­es, en términos de las disposicio­nes aplicables y de las mejores prácticas.”

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico