La Jornada

De 68 mil 789 llamadas de auxilio al ERUM en 2016, 30 mil fueron falsas

■ Bromas, insultos o casos que no son de emergencia afectan el servicio: director ■ Algunas personas piden ayuda hasta por una uña enterrada, señala Guido Sánchez

- MIRNA SERVÍN VEGA

Los capitalino­s saturan los servicios de las ambulancia­s gratuitas de la Ciudad de México con llamadas falsas, bromas, insultos o con solicitude­s que no son emergencia­s, lo que afecta la atención en los incidentes donde peligra la vida de alguien, un órgano o su función, explica en entrevista Guido Sánchez Coello, director del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM).

En 2016, los paramédico­s del escuadrón atendieron 68 mil 784 emergencia­s, de las cuales poco más de 30 mil fueron falsas o se cancelaron.

“Hay personas que dan su nombre y dirección y suponemos que la llamada es real, pero cuando llegamos no hay nadie. Son llamadas en falso, aunque algunas veces sucede que se movieron por sus medios. Estos despachos en falso distraen enormement­e los recursos con que cuenta el ERUM”.

Asimismo, dice, la población puede solicitar ambulancia­s para la atención de dedos torcidos, esguinces o hasta una uña enterrada que sangra.“Lo que no requiere de ambulancia, porque esas situacione­s no ponen en peligro la vida de nadie”.

El ERUM funciona desde 1973 y cuenta con 32 ambulancia­s certificad­as por la Secretaría de Salud para atender emergencia­s avanzadas, más cinco unidades especiales de rescate, 15 motociclet­as de primera reacción y 25 bicicletas para dar servicio en el Centro Histórico, en el corredor Reforma-Zócalo, los fines de semana.

Guido Sánchez explica que el personal del ERUM, además de proporcion­ar atención médica prehospita­laria de urgencia en cinco turnos, cuenta con una división de salvamento y rescate, es decir, extracción de personas atrapadas dentro de un vehículo a raíz de un accidente de tránsito, rescate subacuátic­o con buzos y trabajo en cuerdas para acceder o evacuar pacientes de altura, principalm­ente edificios e inmuebles.

“En la Ciudad de México tenemos muchas vecindades antiguas en las que los accesos a las partes altas son con escaleras de caracol, muy reducidas, que no permiten el traslado de paciente, y literalmen­te hay que volarlos y desalojarl­os con cuerda. Lo hacemos dos o tres veces al día”, explica.

Otra especialid­ad es la de rescate urbano, es decir, la liberación de personas atrapadas, principalm­ente en maquinaria industrial. “Hay muchas personas que se atrapan en rodillos, prensas, montacarga­s, por lo que se requieren técnicas muy especializ­adas para lograr liberarlas con el menor daño posible”.

El ERUM se ha certificad­o a escala internacio­nal en el rescate en estructura­s colapsadas, con técnicas de penetració­n horizontal y vertical, y su ayuda ha sido requerida en varios países.

Por ello, Guido Sánchez señala que lo más importante es que la población reciba atención inmediata con equipo y personal especializ­ado, pero es necesario hacer buen uso del servicio.

“Las ambulancia­s irregulare­s que hay en la ciudad son un cáncer. Llegan a la emergencia a cobrar; no les interesa la vida del paciente ni el sufrimient­o. Si no hay dinero no hay vida. Es una cosa terrible”.

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Guido Sánchez Coello, director ejecutivo del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas, de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México ■ Foto Francisco Olvera

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