La moda, instrumento para que se hable del tema transgénero: Valentina Sampaio
La modelo transexual brasileña Valentina Sampaio está “orgullosa” de ser un emblema del movimiento transgénero, dice en una entrevista mientras se prepara para las pasarelas de Milán con ocasión de la Semana de la Moda que abre este miércoles.
Mide 1.77 metros, tiene ojos verdes, labios carnosos, piel clara sin pizca de maquillaje y cabello castaño. La esbelta modelo es ante todo una chica bella y tímida, que no ha sufrido el calvario de la mayoría de los transexuales para ser aceptados y que sueña con desfilar con los grandes de la moda italiana, como Armani.
Primera transgénero que llega a ser portada de Vogue Paris, está satisfecha del tributo que le rinde en marzo la edición francesa de la célebre publicación.
“Sí, estoy orgullosa. Es importante, porque la moda es un instrumento para que se hable del tema, que se debate, de manera que en el futuro no seamos más víctimas de prejuicios”, explica la modelo de 22 años.
Comenzó su carrera en Brasil hace casi cuatro años. Ha llegado a ser “embajadora” de L’Oreal y figura destacada en octubre pasado de la Semana de la Moda de Sao Paulo, tras desfilar con firmas como Agua de Coco y Vitorino Campos.
“Quiero seguir dando batalla por un mundo mejor”, afirma la joven transgénero, con tono suave y voz andrógina, pese a que aborda un asunto tan delicado y doloroso como la transexualidad y su batalla para que sea vista como algo “natural”.
“Ni defecto ni anomalía”
“No lo veo como defecto ni anomalía”, explicó Valentina, quien durante toda la charla evitó usar el término transgénero, transexual o la sigla usada en su país, LGBT, del colectivo lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
“No hablo de eso”, respondió tajante al ser interrogada a propósito de la cirugía para cambiar sexo.
Ante el fenómeno creciente de la transexualidad, “no quiero etiquetar ni dar títulos”, explicó en la entrevista, realizada en un parque del centro de Milán, que visita por primera vez.
“Siempre quise visitar Italia. Estoy encantada”, señala.
Hija de una pareja joven, “mi padre tiene 45 años y mi madre 42”, creció en una pequeña localidad de Ceará, en el noreste cálido del Brasil, donde no se sintió discriminada y contó con el respeto y apoyo de los padres.
“Desde la infancia me sentí niña, de niño me sentía niña”, afirma.
“Nací en Ceará, un lugar pequeño; me sentía protegido, todo el mundo se conoce y se respeta. No niego que al comienzo de mi carrera vi cosas, escuché comentarios feos”, asegura tras recordar que perdió uno de sus primeros contratos para una campaña publicitaria por ser transexual.
“Era una firma conservadora y no quería que la marca fuera identificada conmigo”, explica.
“Me sentí muy mal, quería de- l entrañable pintor y dibujante Jesús Iglesias rinde homenaje a una de las más legendarias cantinas del Centro Histórico: La Faena, cuya principal característica son las vitrinas dentro de las cuales se resguardan maniquíes fantasmales vestidos con antiguos trajes de famosos toreros. Iglesias dibujó los detalles más íntimos del recinto e hizo retratos de los parroquianos y meseros. Esas obras quedaron reunidas en un bello libro-catálogo, en el que se incluyen textos de Feike de Jong, Francisco Bravo, del artista y de quien esto escribe. Como sabemos, la “gentrificación” ha sacrificado muchas de las emblemáticas cantinas del Centro Histórico. Recordemos por ejemplo, a El Nivel, el Salón Victoria y El Dos Naciones, que jar de trabajar, pero al final me di cuenta de que deseaba ese empleo y eso no me detuvo”, agregó.
Valentina, quien no usa su nombre verdadero, junto con Lea T, la hija del ex futbolista Toninho Cerezo, portavoz de la diversidad de género, racial y orientación sexual en las Olimpiadas de Río de Janeiro 2016, forma parte del primer grupo de modelos brasileñas que luchan abiertamente contra el prejuicio y la violencia hacia el transexual. desapareció hace unos días (el historiador José Mariano Leyva, presidente del Fideicomiso del Centro Histórico ha manifestado su interés al respecto). Antes de que a La Faena le pueda ocurrir lo mismo, los esperamos hoy a las 19 horas (Venustiano Carranza 49, entre Bolívar e Isabel la Católica) a la muestra y presentación del catálogo. Con gran tristeza se conoció la noticia de la muerte de la doctora Teresa del Conde, ocurrido la semana pasada. Infinidad de voces de la comunidad artística nacional e internacional han resaltado el trabajo intelectual de la reconocida crítica de arte, pero
“El consejo que puedo dar es que crean en ellas mismas y que aun ante la dificultades no se detengan”, afirma la modelo, que tiene unos 35 mil seguidores en Instagram.
“Muchas veces a esas personas no se le presentan oportunidades, les cierran las puertas cuando se descubre quiénes son. Hay que acabar con eso. Creo que uno debe ser reconocido por el profesionalismo, por el talento”, sostiene la modelo. también su calidez humana y sobre todo su sentido del humor. Quiero recordar la disposición de Del Conde para aceptar una propuesta descabellada que Generación le hizo en marzo de 1993, cuando dirigía el Museo de Arte Moderno. Se trató de los “encuentros de primavera” (alucines interdisciplinarios de nuevos creadores), en los que participaron 70 artistas nacidos entre los años 60 y 70, que realizaron performances, lecturas de poesía, narrativa, música, fotografía y pintura, en los jardines del recinto. Muchos llevan en su mente esa tarde de locuras auspiciadas por la gran maestra, que desafió las burocracias de la institucionalidad cultural. Te extrañaremos. Han pasado ya dos semanas de la partida de otro insustituible maestro de las letras en nuestro país: Eusebio Ruvalcaba. El retraso para escribir estas líneas tiene que ver con una larga borrachera para despedirlo. La tarde de su funeral compartimos varias pachitas clandestinas de tequila con algunos escritores que aceptaron seguir las recomendaciones de Eusebio para despedirlo, entre ellos: Emiliano Pérez Cruz, Jorge Borja y Ptrocles Arenarius. Posteriormente dimos un último adiós a Ruvalcaba en la cantina La Invencible, donde nos acompañaron el escritor Guillermo Fadanelli y el historiador Axayácatl Gutiérrez. ¡ Salud, maestro!