Lejos de aplausos y reconocimientos, el último adiós al entrenador Pedro Gato
“Deja una huella en mi corazón, era como mi familia”, dijo una consternada Paola Espinosa
Lejos de aplausos y reconocimientos fue despedido ayer el profesor Pedro Gato, a quien sus más allegados le brindaron palabras sinceras para definirlo como “un gran entrenador y ser humano que le dio medallistas olímpicos a México”.
Varios arreglos florales rodeaban el féretro del entrenador, quien fue parte del equipo multidisciplinario de taekwondo que dirigía José Luis Onofre al frente de la selección para guiar a María del Rosario Espinoza y Guillermo Pérez a las medallas de oro en Pekín 2008 y Londres 2012, aunque en esta última edición el cubano dirigió la preparación de la sinaloense para obtener la presea de bronce.
La intempestiva muerte del técnico sorprendió a varios. Padecía problemas respiratorios y su corazón se detuvo cuando se encontraba en su casa, platicó su hijo Arian, quien abrazaba a su madre o se paraba frente a la caja de madera.
Su padre tenía 53 años y convalecía de una cirugía en los meniscos de la rodilla derecha que le practicaron hace dos semanas. El pasado miércoles comenzó a sentirse mal y le dio un infarto.
Aún con pesar y los ojos inflamados, Paola Espinosa se dijo triste por el fallecimiento de quien era su preparador físico desde hace dos años y a quien consideró “un padre y gran moti- Pedro Gato y María del Rosario Espinoza vador” de su carrera deportiva.
Paola llegó a la agencia funeraria de la colonia Juárez con su compañero sentimental Iván García, y doña Fina, su madre, quienes al igual que la clavadista estaban consternados por la pérdida del cubano.
“Dejó grandes logros a México y mucha historia escrita en cada atleta, y en lo personal una huella en mi corazón, porque era como mi familia”, expresó la doble medallista olímpica.
Evocó que el profesor era “un luchador por la vida; él me regresó las ganas de estar en una alberca, ser la número uno y de las mejores del mundo, no podré olvidar esa frase.
“Nunca me dejaba llorar, me decía ‘secate esas lágrimas y a echarle ganas’”, agregó Paola.
Onofre, por su parte, reconoció la disposición y el trabajo aportado por Gato, a quien invitó a la selección cuando dirigía a los representativos juveniles en Cuba.
“Iniciamos la aventura que ahí quedó para la historia: las medallas de oro en Pekín. Se trabajó y prevalecía la unión para que se concretaran esos resultados. Era un excelente metodólogo”, dijo el Premio Nacional del Deporte en 2008.
El ex entrenador nacional lamentó que su gremio esté desprotegido sin contar con seguro de vida, gastos médicos ni tampoco reconocimientos, por lo que ya se está trabajando en la creación de una asociación, para que cuando se logren medallas reciban los mismos beneficios que sus deportistas.
Carlos Padilla Becerra, presidente del Comité Olímpico Mexicano, elogió el trabajo realizado por Gato y se unió al duelo de la familia, que recibió apoyo de la institución para absorber los gastos funerarios de quien será recordado “como un gran ser humano” y cuyos restos fueron incinerados.