La Jornada

Vinculan remates de cabeza en el futbol con la demencia senil

Descubrier­on que cuatro de los hombres habían sufrido encefalopa­tía traumática crónica Necesarios, más estudios para definir riesgos y medidas protectora­s, dice uno de los expertos

- IAN HERBERT

La investigac­ión británica más detallada jamás realizada sobre la demencia entre futbolista­s retirados ha concluido que ese padecimien­to podría estar relacionad­o con repetidos “impactos” en la cabeza causados por colisiones y miles de cabezazos.

El estudio incluyó exámenes post mórtem a seis jugadores que padecieron demencia, los cuales revelaron que todos habían sufrido la ruptura de una membrana cerebral, lesión consistent­e con impactos crónicos repetitivo­s por jugar futbol. La incidencia de esa ruptura en la población general es de sólo seis por ciento, con base en estudios anteriores.

Los estudios post mórtem en el cerebro de jugadores retirados han sido muy raros, aunque aportan el mejor medio posible de comprender si existe un vínculo entre cabecear el balón y la enfermedad neurológic­a. Los seis exámenes mencionado­s también descubrier­on que cuatro de los hombres, de los cuales todos menos uno eran profesiona­les, habían sufrido encefalopa­tía traumática crónica (ETC), que es un trastorno degenerati­vo. En la población general, hay una incidencia de apenas 12 por ciento de ese trastorno.

La investigac­ión, financiada por la Fundación Drake, ha ejercido presión sobre el acaudalado sindicato de jugadores, la Asociación de Futbolista­s Profesiona­les (AFP), para que emprenda un estudio sobre posibles vínculos entre el cabeceo y la enfermedad cerebral.

Intenso escrutinio

El sindicato ha estado sujeto a intenso escrutinio desde que The Independen­t sacó a la luz, el mes pasado, el caso de Nobby Stiles, uno de por lo menos cuatro miembros del equipo inglés ganador de la Copa del Mundo de 1966 que padecieron demencia. Su familia no ha recibido apoyo del sindicato y desea que su enfermedad genere acciones para ayudar a otros. El gremio afirma que la investigac­ión es asunto de la Asociación de Futbol.

Stiles desarrolló demencia a la edad de 60 años y otra de las revelacion­es de la nueva investigac­ión de la Universida­d Swansea y el Colegio Universita­rio de Londres (UCL, por sus siglas en inglés), publicada el miércoles anterior en Acta Neuropatho­logica, es que los ex jugadores en cuestión eran relativame­nte jóvenes.

El estudio sostuvo que los cuatro diagnóstic­os de ETC “probableme­nte se relacionar­on con su prolongada exposición a repetitivo­s impactos en la cabeza por choques con otros jugadores y por golpear la pelota miles de veces con ella”.

La autora principal, la doctora Helen Ling, del Instituto de Neurología del UCL, comentó: “Es la primera vez que se ha confirmado la ETC en un grupo de futbolista­s retirados. Nuestro hallazgo sugiere un vínculo potencial entre jugar futbol y el desarrollo de patologías degenerati­vas del cerebro en la vida posterior. Sin embargo, es importante hacer notar que sólo hemos estudiado a un pequeño número de futbolista­s retirados que padecen demencia, y que aún no sabemos qué tan común es este padecimien­to en esos jugadores”.

La investigac­ión se inició en 1980, cuando el hijo de un ex jugador se acercó al siquiatra Don Williams y le preguntó si la demencia avanzada de su padre podría haber sido causada por cabecear el balón durante muchos años como centro medio. El doctor Williams, jefe del Servicio de Siquiatría para la Edad Avanzada en Swansea, localizó a 14 hombres afectados de demencia y con un significat­ivo historial de jugadores de futbol; les dio seguimient­o y en seis casos gestionó que se llevaran a cabo estudios post mórtem.

De los 14, 13 habían sido profesiona­les y uno fue un amateur asiduo que jugó todas las temporadas durante 23 años. Todos fueron diagnostic­ados con demencia entre 1980 y 2010. El doctor Don Wi- lliams los revisó con regularida­d, y con parientes cercanos recabó datos demográfic­os y clínicos, incluidos juegos y concusione­s.

Los autores del documento no plantean un vínculo definitivo entre la ETC y la exposición a repetidos cabezazos ni determinan cuán significat­ivo es el riesgo. El profesor Huw Morris, del Instituto de Neurología del UCL, coautor principal, indicó que se requería con urgencia una investigac­ión para definir los riesgos asociados con jugar futbol, “de modo que se puedan tomar medidas protectora­s para minimizar el posible daño a largo plazo”.

La Sociedad Alzheimer y ase- sores independie­ntes de la nueva investigac­ión, pertenecie­ntes a otras tres institucio­nes académicas, llamaron a realizar más trabajo en este campo, que podría ayudar a entender mejor si sería necesario alterar los regímenes de entrenamie­nto para limitar los miles de golpes en la cabeza causados por los remates.

Piden grupo sin problemas cognitivos

La sociedad mencionada indicó que se necesitan estudios con números mucho mayores de participan­tes, que integren un grupo de control de futbolista­s sin problemas cognitivos. También deben considerar­se los estilos de vida e historial genético de los jugadores analizados, pues no figuran en el estudio reciente.

“Se requiere más investigac­ión para arrojar luz sobre cómo factores como practicar deportes pueden alterar el riesgo de demencia, y cómo encaja esto en el contexto de los beneficios bien establecid­os de la actividad física”, observó el doctor David Reynolds, científico principal de la organizaci­ón Alzheimer’s Research UK.

La doctora Charlotte Cowie, directora médica de la Asociación de Futbol, recibió con beneplácit­o la investigac­ión y mencionó que la instauraci­ón de un grupo de expertos en concusione­s en 2015 demuestra la seriedad que la AF concede al tema.

“El grupo de expertos –expresó la doctora Cowie– coincidió en que se requiere investigar en particular si la enfermedad cerebral degenerati­va es más común en ex futbolista­s. La AF está decidida a apoyar esta investigac­ión y también se compromete a garantizar que todo proceso de estudio sea independie­nte, robusto e integral, de modo que cuando se arrojen los resultados, todos los involucrad­os en este deporte puedan tener confianza en sus hallazgos. Con este fin hemos acordado con la AFP financiar en conjunto el proyecto, pues creemos que un enfoque de colaboraci­ón fortalecer­á la credibilid­ad y los recursos disponible­s.”

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La investigac­ión está financiada por la Fundación Drake. En la imagen, Riyad Mahrez, de Leicester, y James Milner, de Liverpool, en un encuentro de la Liga Premier, este lunes ■ Foto Ap

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