La saltadora Ximena Esquivel, con panorama alentador, requiere fogueo

El año pasado Ximena Esquivel Guzmán dio al atletismo mexicano la primera medalla mundial en salto de altura en la categoría Sub20, en Polonia. La proeza abrió un panorama alentador para la queretana, quien con su 1.73 de estatura se muestra convencida de que no necesita “estar grandota” para conseguir lo que se ha propuesto y sólo pide competencias de fogueo para mejorar su marca personal, de 1.90 metros.

El físico de Ximena nada tiene que ver con las características de las saltadoras con largas piernas, altas y delgadas. La estudiante de diseño industrial rompe con el estereotipo y sorprende a las europeas, así como a las competidoras de América.

Hace seis años comenzó en el atletismo nada más por gusto y para tener condición física. Corría 800 metros y entró al salto de altura sólo para dar satisfacción a su mamá, quien le aconsejaba que practicara esa prueba donde “las niñas toman vuelo y sueñan bien alto”.

Así empezó todo, “vieron que no era tan mala y comencé a ga- nar medallas en la Olimpiada Nacional”, relata la deportista, quien se emociona cuando recuerda también la primera vez que compitió contra Romary Rifka, ganadora de preseas centroamericanas, panamericanas y poseedora del récord mexicano (1.97 metros), impuesto en Xalapa, en 2004.

El encuentro se dio en uno de los selectivos para la justa continental de Guadalajara, platica Ximena con entusiasmo. “Competir con ella ya grande (tenía 41 años) me llenó de inspiración. Verla alta y tan delgada, y yo, chiquita, llenita y a mis 16; nos ganaba a todas”, rememora.

Ha participado en Campeonatos Mundiales Sub-18 y Sub-20, en Ucrania y Estados Unidos, respectivamente. Fue seleccionada a los Juegos Olímpicos de la Juventud Nankín 2014 y Pana- mericanos de Toronto 2015, sin dar el salto que la inmortalizara.

Sus marcas iban en ascenso con 1.85, 1.89 y 1.90 metros. Así clasificó a la justa mundial polaca. Avanzó a la final entre las 10 contendientes; había una estadunidense y una colombiana, el resto eran europeas.

“Era increíble lo que ocurría, la más alta y con mejor marca, no pasó. Mis rivales me sacaban una cabeza, pero no me dio temor. Sabía que era mi oportunidad y se dio el resultado”, narra Ximena sobre la obtención de la medalla de plata, con 1.89 metros, dos centímetros menos del primer lugar, la checa Michaela Hruba, y superior a la ucrania Yuliia Levchenko, quien saltó 1.86.

Después de su hazaña, su entorno cambió, los apoyos se incrementaron y ganó el Premio Estatal del Deporte 2016.

“La potencia son mis piernas, hemos mejorado la carrera de cinco a siete pasos”, señala Esquivel, quien requiere de más competencias en el extranjero, promesa que ya le dio de palabra el presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, Antonio Lozano Pineda, quien ve a la queretana como “una saltadora talentosa y con proyección”, a la que quiere enviar a Estados Unidos.

La subcampeona del orbe no tiene contemplado el Mundial de Londres en agosto y promete que a partir de 2018 iniciará la ruta olímpica a Tokio 2020, ya que está convencida de que será la consolidación de las pruebas de campo, luego de la demostración que hicieron el lanzador Diego del Real y los saltadores Alberto Álvarez y Édgar Rivera en Río de Janeiro 2016.