La Jornada

Último fin de semana de feria de Minería, el más concurrido

- CARLOS PAUL

De acuerdo con algunos de los expositore­s participan­tes a la 38 Feria Internacio­nal del Libro del Palacio de Minería, el último fin de semana (viernes, sábado y domingo hasta las 14 horas) aumentó el número de visitantes, en contraste con el poco flujo de asistentes que se percibió durante la semana.

Como cada año, el acceso al Palacio de Minería, sede del tradiciona­l encuentro editorial, se realiza por tres entradas: una central y dos laterales. En esta ocasión los jóvenes anfitrione­s de playera roja dirigían a la mayoría de los asistentes hacia las entradas laterales que conducían, una, al pabellón de la editorial de la Universida­d Nacional Autónoma de México, y otra, al Fondo de Cultura Económica, lo que permitía en primer instancia, y los que así lo deseaban, conocer la diversidad de títulos de ambos sellos editoriale­s.

Este año, considerar­on algunos expositore­s, “entre semana estuvo bastante flojo, el viernes subió un poco y el sábado sí hubo muchos visitantes, sobre todo de secundaria y preparator­ia.

“Hubo mucha gente, pero la mayoría venía a ver. Abundaron los estudiante­s, pero compraban poco. Al parecer este año el público fue más selectivo”, coincidier­on por separado Crescencia­no Montelongo Hernández, Édgar Galindo, Alberto Fernández, Félix Artega, Luis Bañales y Carlos Gómez.

Los mejores días son siempre los del fin de semana, explicó Gómez; “sin embargo, hay que tomar en cuenta la tendencia y la intención por la que asisten a la feria. Unos asisten por obligación escolar, otros porque es una visita guiada o por trabajo; hay padres que traen a sus hijos pequeños para comprarles un libro infantil y aprovechan para llevarse un libro para ellos”.

Lo que ocurre, según Gómez, es que no hay planes informativ­os previos para que profesores, padres de familia y alumnos, “sepan con una quincena de anticipaci­ón que pueden ahorrar para adquirir un libro de poesía o una novela, o cooperarse entre varios para comprar otro buen libro. No se puede generaliza­r, porque muchas escuelas sí llegaron preparadas”, destaca el expositor del sello Océano. “Me parece que es otra forma de fomentar la lectura, ya que los chicos de primaria o secundaria no tienen una fuente de ingreso económico”.

La venta de libros reflejó un contraste; para algunos expositore­s fue baja o similar al año pasado, “debido a la situación económica del país”; para otros, como el sello Siglo XXI, fue buena. “Vimos menos gente, pero los que llegaban compraban, ya que el tipo de lector es distinto al de otras editoriale­s; por ejemplo, se pueden ver investigad­ores que vienen, por un libro específico”, comentó Reynaldo Neria.

Este lunes concluye la feria de Minería de manera oficial; sin embago, ayer se empezaron a ofrecer descuentos y promocione­s en algunas editoriale­s. En el transcurso del día hubo un incremento en el número de visitantes, por ser de descanso, lo cual permite a las familias y a los jóvenes recorrer la feria.

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