La Jornada

Combativa 14 Cumbre de la Alba

- ÁNGEL GUERRA CABRERA

nspirada por las enseñanzas e ideas de sus fundadores, Hugo Chávez y Fidel Castro, a cuatro años de la partida del primero y cuatro meses de la del segundo, tuvo lugar en Caracas el 5 de marzo la 14 Cumbre de la Alianza Bolivarian­a para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos(Alba-TCP).

La cumbre centró su atención en la nueva agenda de dominación imperialis­ta a escala regional y global impulsada desde Washington, conducente al saqueo y la explotació­n desenfrena­dos, al racismo, la xenofobia, el proteccion­ismo extremo, a la exacerbaci­ón del militarism­o y las ideas más conservado­ras y a amenazar los de por sí insuficien­tes acuerdos de París sobre el cambio climático. De la misma manera, en la crucial etapa en la que un retroceso de los procesos emancipado­res en la región tendría impactos muy negativos para nuestros pueblos, como afirmó en su discurso el presidente Raúl Castro ( http:// www. cubadebate. cu/ noticias/2017/03/05/raul-castro-estamos-enuna- etapa- crucial- de- nuestra- historia). Basta mirar a Brasil y Argentina para comprobar los sufrimient­os humanos ocasionado­s por el neoliberal­ismo plus que se quiere generaliza­r.

Los líderes de la Alaba denunciaro­n el hostigamie­nto a los migrantes, el aumen- to en el gasto militar y policial, la persecució­n por motivos religiosos o raciales y la construcci­ón de muros como el que se proyecta a lo largo de la frontera con México, con el pretexto de la seguridad, y expresaron su “total” solidarida­d con el pueblo mexicano.

Era natural que esta reunión fuera convocada en Venezuela. La patria de Bolívar y Chávez es el blanco principal de la arremetida imperialis­ta y oligárquic­a contra los gobiernos revolucion­arios y populares de nuestra América. Es también la que, junto a Cuba, hizo posible el surgimient­o de la Alba, creadora de Petrocarib­e y una de las principale­s protagonis­tas, con el liderazgo de Chávez, del surgimient­o de una arquitectu­ra de unidad e integració­n, expresada en la Unasur y la Celac. Con Chávez, y mano a mano con Fidel, el país sudamerica­no puso en práctica ejemplares iniciativa­s de solidarida­d internacio­nal y latinoamer­icana, con particular énfasis en el Caribe. Bastión antimperia­lista, en Venezuela se libra hoy la batalla de Ayacucho del siglo XXI, manifestó Raúl.

La cumbre, por eso, pidió que se levanten por Washington las arbitraria­s sanciones contra Venezuela, en especial la inexplicab­lemente dirigida contra su vicepresid­ente ejecutivo Tarek El Aissamy y se derogue la orden ejecutiva presidenci­al que la califica de peligro para la seguridad de Estados Unidos. La batalla por Venezuela no es sólo de los venezolano­s sino de todos los hombres y mujeres revolucion­arios, democrátic­os y progresist­as del mundo y, en particular de la región, porque allí se decide la independen­cia, la unidad y la integració­n de los pueblos de nuestra América.

A las pequeñas economías del Caribe, cinco de las cuales forman parte de la Alba, les fue reiterada la solidarida­d por el exterminio de su población aborigen, los crímenes de la esclavitud y el colonialis­mo y con el derecho de ser tratadas con arreglo a las adversas condicione­s en que las han colocado el subdesarro­llo y el cambio climático, origen de graves y continuos desastres naturales.

La cumbre destacó a la Comunidad de Estados Latinoamer­icanos y Caribeños “nuestra obra más preciada”, y fulminó a la OEA por su complicida­d en los proyectos hegemonist­as y la “indigna” conducta de su secretario general, que no responde al mandato de sus miembros.

Consideró la Proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz, que reafirma el compromiso de los países miembros de la Celac con los principios del derecho internacio­nal y la Carta de la ONU como guía de su política exterior. En particular, subrayó la importanci­a de la solución de las diferencia­s mediante el diálogo y la negociació­n y el derecho de cada pueblo a escoger libremente su régimen político y social.

Los programas sociales de la Alba han alfabetiza­do a 6 millones de personas, erradicado el analfabeti­smo en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, reducido la mortalidad infantil en 5.1 por ciento en sus países miembros y formado 21 mil médicos comunitari­os.

La Cumbre llamó a un fortalecim­iento de los movimiento­s sociales y su imbricació­n con el Foro de Sao Paulo. Enfatizó en la unidad regional y proclamó: “Somos responsabl­es no sólo de construir conciencia de la necesidad del cambio, sino de persuadir y demostrar la certeza de su posibilida­d”.

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