LAS REBANADAS DEL PASTEL
EPN). En esos tres sexenios dicho débito pasó de representar alrededor de 30 por ciento del producto interno bruto a poco más de 50 por ciento; es decir, un avance de 20 puntos porcentuales del PIB. En los tres casos la versión oficial no se ha modificado: la deuda es “administrable” y “resulta menor a la de otros países”). Pero entre el inicio de Fox y hasta donde llega Peña Nieto tal saldo pasó de 2 a 10 billones de pesos, y el grueso de ese dinero fue destinado a pagar intereses de la propia deuda (la “vieja” y la “nueva” que se destinó a cubrir la primera). En dos ocasiones secretario de Hacienda (con Calderón y Peña Nieto), José Antonio Meade ha intentado explicar, muy a su manera, de qué se trata: en el presente gobierno “la deuda pasó de 38 a 50 por ciento del producto interno bruto, y el crecimiento se dio por varias dos razones: una, ciertamente de manera intencional, se buscó acompañar la entrada en vigor de las reformas con un estímulo adicional del gobierno para preservar el crecimiento en un entorno donde el mundo crecía poco… Eso explica una parte del crecimiento. Otra parte del crecimiento lo explica el tipo de cambio… Una parte adicional lo que desde el gobierno se ha tenido que apoyar a Pemex y CFE para mejorar su balance. Y un último elemento el hecho que México y el mundo ha crecido menos de lo que quisiéramos, menos de lo que necesitamos, y eso se traduce en que el mismo nivel de deuda hoy como porcentaje del PIB se haya incrementado”. Resultado: 10 billones de pesos, crecientes intereses, las finanzas de Pemex en el suelo y las de la Comisión Federal de Electricidad a golpe de tarifazos para “tapar hoyos”, porque hay que pagar intereses. En diciembre de 2012, cuando Peña Nieto se Mejor, imposible. Ya vienen las vacaciones perfectas: Capufe ya aumentó peajes; el precio de los combustibles se mantiene al alza; las tarifas hoteleras se “adecuarán para la temporada”; la inflación se encuentra en máximo de siete años; el tipo de cambio arriba de 20; la violencia sube como la espuma y los mexicanos urgidos de playa… Bien por el siempre atinado secretario de Hacienda, quien al anunciar el megagasolinazo fustigó a todo aquel que vaticinaba sensibles efectos inflacionarios. Pues bien, dos meses y pico después, la inflación alcanza su nivel más alto de siete años y contando.