Evo Morales plantea la creación de una “ciudadanía universal”
Ravi Ragbir ha ayudado a cientos de inmigrantes en Nueva York. Cuando este jueves le llegó la hora de enfrentar a su propio agente de deportación, centenares acudieron en su apoyo y caminaron con él hasta la corte migratoria. Una hora después fue liberado.
“¡Todos somos Ravi!”, gritaron centenares de defensores de inmigrantes, funcionarios electos, indocumentados, sacerdotes, rabinos y pastores en Foley Square, cerca de la corte migratoria, en el sur de Manhattan.
Luego, tomados de la mano, alzando el puño, cantando o rezando, caminaron hasta la sede de ese tribunal detrás de Ragbir.
Nacido en Trinidad y Tobago, Ragbir es un ex convicto con una orden de deportación pendiente hace 15 años. Este jueves debía someterse a su chequeo anual con un agente de deportación, y podía ser detenido y expulsado del país.
“Este es un mar de amor que derrotará a cualquier muro”, dijo Ragbir emocionado a los centenares que acudieron a apoyarlo.
Ragbir llegó a Nueva York hace casi 26 años y hoy es el director de la organización interreligiosa Coalición Nuevo Santuario de Nueva York, que desde 2007 conecta a sinagogas, mezquitas e iglesias con inmigrantes que necesitan ayuda.
No sabía si quedaría en libertad este jueves. “Este puede ser el fin”, había indicado este hombre alto y delgado, de 40 y tantos años, de barba y largo cabello canoso.
El miedo a la expulsión
Ragbir llegó legalmente a Estados Unidos en 1991 con un permiso de trabajo y tramitó luego una green card o residencia permanente. Hasta ahora se ha salvado de la deportación gracias a varios aplazamientos, el último de los cuales expira en 2018.
Vive con miedo de ser deportado, y su temor ha crecido tras la elección de Donald Trump, que ha señalado como prioridad la expulsión de extranjeros con antecedentes penales que ya recibieron una orden de deportación.
Condenado por cometer en 2001 un delito de transferencia bancaria fraudulenta cuando trabajaba en una empresa que otorga hipotecas, Ragbir pasó tres años en prisión domiciliaria y dos en una cárcel federal.
Tras ser liberado pasó dos años más detenido en Nueva Jersey y Alabama, a la espera de ser deportado, pero sus abogados apelaron hasta la última instancia, la Suprema Corte, que declinó juzgar el caso. Mientras duró la apelación, debió llevar tobillera electrónica y reportarse ante un agente migratorio tres veces por semana.
Aunque cumplió su pena y tiene una esposa y una hija estadunidenses, el gobierno no quiere normalizar su estatus migratorio. Ragbir no puede salir del El presidente boliviano, Evo Morales, clamó por la construcción de una “ciudadanía universal” y planteó discutir el tema en un foro mundial en junio próximo en su país, en momentos en que el gobernante de Estados Unidos, Donald Trump, endurece su legislación migratoria.
En rueda de prensa el gobernante convocó este jueves a una “conferencia mundial de los pueblos por un ‘mundo sin muros, hacia la ciudadanía universal’, que en muchos foros y en muchas cumbres hemos planteado”, explicó.
De acuerdo con las motivaciones de la cita, los ciudadanos del mundo no deberían verse impedidos ni limitados de cambiar de país ni que ningún Estado les prohíba la circulación por sus territorios más aún en situaciones de necesidad.
El presidente fijó el poblado de Tiquipaya, en el centro de Bolivia, como lugar de la cita, como lo hizo en varias oportunidades contra el cambio climático o por reivindicar los derechos de los indígenas y de la naturaleza.
Morales, indígena de tendencia izquierdista, ya había hecho su propuesta en junio de 2015 en Italia, en respuesta a los desplazamientos masivos por razones laborales, hambruna, guerra u otras causas.
Morales decidió impulsar el acto tras la polémica decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un muro en su frontera con México y emprender una campaña para la deportación de inmigrantes indocumentados.