Sentencia contra el ex presidente Lula por el caso Lava Jato, antes de julio
“En la tarde del 8 de abril ETA estará totalmente desarmada”, confirmó este viernes el activista de la izquierda independentista vasca Etcheverry Txetx, en lo que representa un anuncio histórico que pone fin a casi 50 años de existencia de Euskadi Ta Askatasuna (ETA, País Vasco y Libertad). El gobierno conservador español respondió que “la banda no debe esperar nada a cambio”.
ETA nació en la década de los años 60 para oponerse al régimen dictatorial de Francisco Franco. Con la llegada de la democracia se convirtió en el principal foco de violencia en el país, con un largo historial de atentados, los cuales causaron 829 víctimas mortales desde su fundación.
El 20 de octubre de 2011 el grupo decretó el “cese definitivo de la lucha armada”. Desde entonces no se han reportado atentados ni acciones violentas en la región, y el País Vasco ha registrado un profundo cambio en la convivencia de la sociedad. A pesar del histórico paso dado entonces por ETA, en gran parte impulsado por la izquierda independentista y sus principales líderes políticos, de manera destacada Arnaldo Otegi, desde aquel día se había avanzado poco en el que sería el colofón para la pacificación: el desarme de ETA.
Tras un largo periodo de reflexión y debate interno, la organización decidió dar el paso para su desarme definitivo y unilateral. El gobierno derechista del presidente Mariano Rajoy ha rechazado reiteradamente participar en la verificación del desarme y no se ha querido sentar a negociar la situación de algunos presos vinculados con ETA, sobre todo el asunto de la dispersión en cárceles.
ETA aceptó la creación del Comité Internacional de Verificación, presidido por Ram Manikanningam e integrado por diversas personalidades ligadas a trabajos relacionados con la pacificación de conflictos bélicos y civiles. Este órgano será el encargado de acompañar a ETA y sus dirigentes en el desarme total, que consistirá en la destrucción de sus arsenales, en los que, La justicia brasileña juzgará al ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva por el caso de corrupción Lava Jato en el primer semestre de este año, declaró ayer uno de los fiscales a cargo del proceso.
“Antes de mediados de año habrá sentencia, ya sea para condenar o absolver”, afirmó el fiscal Deltan Dallagnol en una entrevista televisiva con motivo del tercer aniversario de la operación Lava Jato.
Lula está implicado en cinco procesos de la investigación y debe responder en al menos tres de ellos ante la justicia, después de que los tribunales aceptaron los cargos. El ex jefe de Estado (2003-2010) está acusado de corrupción pasiva, lavado de dinero y obstrucción de la justicia.
Uno de los cargos más graves es haber aceptado un apartamento remodelado en la costa de Sao Paulo a cambio de favorecer a una empresa en sus tratos con el Estado. Dallagnol, fiscal en Curitiba, sur del país, acusó en septiembre a Lula de ser uno de los cabecillas del enorme entramado de corrupción, montado en torno a la petrolera estatal Petrobras, en una sonada presentación ante las cámaras.
Lula ha demandado a Dallagnol por daño moral, después de calificar los documentos presentados por el fiscal, en un docu- mento de power point, como un “show mediático sin pruebas concretas”.
El ex mandatario acusa a sus adversarios políticos de estar atrás de los juicios y ha sugerido varias veces que podría presentarse a las elecciones presidenciales de 2018. Lula sigue siendo muy popular entre las clases pobres y en círculos de izquierda. Lava Jato, bautizada así por un autoservicio en Brasilia, en el que empezaron las investigaciones, se dio a conocer el 17 de marzo de 2014 inicialmente como investigación sobre una red corrupta en Petrobras. El caso salpica ya a numerosas empresas, políticos y funcionarios brasileños, y se extiende incluso a otros países de América Latina. se cree, hay varias toneladas de explosivos y numerosas armas de grueso calibre.
Etcheverry explicó en una entrevista con el diario Gara que “los artesanos de la paz seríamos ciudadanos de Iparralde y del estado francés preocupados por una situación absurda; a saber, que hay una organización que desea sellar, inventariar y desarmar su arsenal, a la que los gobiernos francés y español le impiden hacerlo. Estamos preocupados por este mantenimiento artificial de una situación de tensión, tras una lucha armada que ha cesado pero que se quisiera hacer perdurar con detenciones, etcétera. Sentimos cierta responsabilidad, sobre todo entre activistas que habíamos luchado para que ETA parase la lucha armada, que se lo habíamos pedido convencidos de que ponerle fin permitiría precisamente pasar a otro estado de cosas y desbloquear ciertas situaciones. Ante esto, algunos nos planteamos la cuestión y entramos en contacto con ETA. Hemos ofrecido nuestra disposición a ayudar a desbloquear la situación, en particular el desarme, ya que veíamos que los militantes de ETA estaban siendo detenidos al menor movimiento, cuando sólo intentaban ordenar e inventariar su arsenal para permitir operaciones de desarme. Hubo un diálogo con la organización y concluyó con esta delegación política y técnica de la responsabilidad del arsenal, que queremos asumir hasta el fin, el desarme total”.
Cautela y prudencia
El gobierno español, por conducto de su vocero, Íñigo Méndez de Vigo, recibió con “cautela y prudencia” un anuncio que tildó de “filtración” y reiteró su discurso de los últimos cinco años: “De ETA sólo esperamos el comunicado de su disolución definitiva, de la entrega de su arsenal y de la entrega de sus activistas”.
Mientras, el histórico dirigente de la izquierda vasca y uno de los responsables de la pacificación del conflicto, Arnaldo Otegi, se dijo esperanzado en “el desarme total e integral y que se lleve hasta sus últimas consecuencias. Pero que tampoco se pongan obstáculos al proceso desde París y Madrid”. El gobierno vasco, presidido por el nacionalista moderado Íñigo Úrkullu, se felicitó por la histórica noticia y anunció que hará todo lo que esté en su mano “para el éxito del desarme”. Además reclamó a los gobiernos español y francés que “tengan altura de miras” para colaborar en un acontecimiento que podría cerrar definitivamente las heridas de un conflicto histórico como el que ha vivido el País Vasco en décadas recientes.