La Jornada

Desclasifi­cación de documentos revive controvers­ia sobre seguridad de herbicida

El glisofato, ingredient­e activo del Roundup, es identifica­do como cancerígen­o por detractore­s

- DE LA REDACCIÓN

La reputación del herbicida Roundup –fabricado por Monsanto y cuyo ingredient­e activo, el glisofato, es el más usado en el mundo– fue puesta en duda nuevamente, al desclasifi­carse documentos que cuestionan su seguridad, los métodos de investigac­ión de su fabricante y que incluso señalan que entre personal de Monsanto no existe consenso sobre la seguridad del químico, identifica­do como cancerígen­o por opositores a su uso.

De acuerdo con reportes publicados este sábado por el diario estadunide­nse The New York Times y el francés Le Monde, el debate sobre la seguridad de usar el herbicida resurgió el pasado 16 de marzo, cuando una corte federal de Estados Unidos abrió el acceso a unas 250 páginas de los documentos que han formado parte de las investigac­iones sobre los riesgos que implicaría el glisofato para la salud de las personas y sus efectos asociados al cáncer.

La desclasifi­cación se dio a partir de un juicio ganando por un sindicato agrícola en California, del que varios cientos de sus trabajador­es padecen cáncer en la sangre. De acuerdo con un dictamen publicado en marzo de 2015, por la Agencia Internacio­nal para la Investigac­ión sobre el Cáncer (IARC, que depende de la Organizaci­ón Mundial de la Salud), los especialis­tas atribuyero­n su enfermedad al contacto prolongado con el herbicida comerciali­zado por Monsanto, publicó Le Monde.

Roundup y otros productos similares se usan en sembradíos de todo el mundo, desde cultivos extensivos hasta jardines particular­es. Es el producto insignia de Monsanto, y desde hace tiempo las investi- gaciones financiada­s por la industria lo consideran relativame­nte seguro. Pero el caso analizado en una corte federal de San Francisco ha desafiado esa conclusión, a partir de los hallazgos de la IARC.

Los documentos desclasifi­cados el pasado 16 de marzo incluyen correos electrónic­os internos de Monsanto, así como intercambi­os de correos entre la compañía y organismos reguladore­s federales.

Los registros sugieren que Monsanto habría desarrolla­do investigac­iones que luego se atribuyero­n a académicos, además de indicar que un alto mando de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) pudo haber impedido que el Departamen­to de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos revisara el ingredient­e principal de Roundup, de acuerdo con la publicació­n del The New York Times.

Los documentos también revelaron que había desacuerdo­s dentro de la EPA sobre su propia evaluación de seguridad. Los expediente­s fueron divulgados por el juez Vince Chhabria, que tiene en sus manos el litigio presentado hace casi dos años por los agricultor­es que declaran haber desarrolla­do linfoma noHodgkin (cáncer en la sangre) debido a su exposición al glifosato.

De acuerdo con el reporte del New York Times los documentos de la corte muestran que Monsanto recibió un aviso sobre esta determinac­ión por parte de un subdirecto­r de división en la EPA, Jess Rowland, con meses de anticipaci­ón. Eso permitió que la compañía elaborara un plan de relaciones públicas contra la investigac­ión mucho antes de su publicació­n.

En sus correos, los ejecutivos de Monsanto también señalaron que Rowland había prometido resistir el esfuerzo del Departamen­to de Salud y Servicios Humanos que buscaba realizar su propia revisión.

 ??  ?? Carnaval del maíz en el Día Mundial contra Monsanto y sus transgénic­os, en Paseo de la Reforma en la Ciudad de México ■ Foto Pablo Ramos
Carnaval del maíz en el Día Mundial contra Monsanto y sus transgénic­os, en Paseo de la Reforma en la Ciudad de México ■ Foto Pablo Ramos

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