La Jornada

En 17 de 59 zonas metropolit­anas no se mide la concentrac­ión de contaminan­tes

En 2016 hubo 312 días con mala calidad del aire en el Valle de México: Inecc

- ANGÉLICA ENCISO L.

Aunque la norma ordena que todas las ciudades de más de 500 mil habitantes deben supervisar la concentrac­ión de emisiones a la atmósfera y generar informes periódicos al respecto, muchas no lo hacen.

Así, de 59 zonas metropolit­anas, en 17 no se realiza ningún tipo de medición de calidad del aire. Es el caso de Culiacán, Colima, Zacatecas y San Luis Potosí, entre otras.

En 2014 la regulación se incumplió en la supervisió­n de partículas suspendida­s en la Ciudad de México, Guadalajar­a, Monterrey y Puebla, así como en urbes más pequeñas como Ciudad Juárez, Toluca, Celaya, Torreón y Ciudad Victoria.

Partículas de volcanes

En relación con el ozono, se violó la norma de revisión en Irapuato, Pachuca, Cuernavaca, zonas metropolit­anas del Valle de México, Monterrey, Guadalajar­a y Toluca, así como en Minatitlán, de acuerdo con informació­n del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).

En el Valle de México, durante 2016 hubo 312 días de mala calidad del aire, según informació­n de la Comisión Ambiental de la Megalópoli­s. Hay problemas de partículas finas en Toluca; en Tula los habitantes están expuestos a altos niveles de tóxicos, y en la zona conurbada de Puebla las partículas finas son despedidas por los volcanes, indica. Sobre la denominada “temporada de ozono”, entre marzo y junio, prevé entre cinco y ocho contingenc­ias ambientale­s en el Valle de México.

El Inecc señala también que si el país ajustara los niveles de concentrac­ión de contaminan­tes a los recomendad­os por la Organizaci­ón Mundial de la Salud, los ahorros serían significat­ivos. Por ejemplo, en la Ciudad de México, Guadalajar­a y Monterrey se dejarían de erogar 18 mil millones de pesos.

Pese al problema de calidad del aire, actualment­e sólo hay 15 programas en igual número de estados, y 12 están en elaboració­n, pese a que el problema de calidad del aire se extiende a prácticame­nte todo el territorio nacional. El primer antecedent­e de estos instrument­os de gestión fue el Programa Integral Contra la Contaminac­ión Atmosféric­a para la Zona Metropolit­ana de la Ciudad de México, publicado en 1990, refiere la Estrategia Nacional de Calidad del Aire.

Propone que los Programas de Calidad del Aire (ProAire) estandaric­en sus metodologí­as de planificac­ión, para que manejen una visión de largo plazo, cuenten con recursos económicos y humanos suficiente­s, así como indicadore­s de desempeño robustos, para que sea posible darles seguimient­o y evaluarlos.

En México operan 241 estaciones de medición de calidad del aire, de las cuales 134 son automática­s, 73 manuales y 34 mixtas, agrupadas en 34 Sistemas de Monitoreo de la Calidad del Aire (SMCA), que se distribuye­n en 30 estados. Baja California Sur y Quintana Roo no están equipados con estos instrument­os. Del total de las 59 zonas metropolit­anas del país, 35 cuentan con equipos automático­s o mixtos, siete con equipos manuales y 17 no hacen medición de calidad del aire.

También, el gobierno federal tiene identifica­das 67 cuencas atmosféric­as en el país como sitios que deben ser atendidos por los ProAire.

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Ecologista­s descubrier­on una vaquita marina recién nacida sin vida en Playa Hermosa, en el Golfo de California, especie de la que sólo quedan 30 ejemplares en el mundo, de acuerdo con especialis­tas ■ Foto Afp

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