La Jornada

Paliar con ‘‘la imaginació­n” el recorte de recursos, plantea Vela

■ La merma presupuest­al es de 15 por ciento en contraste con el año pasado: de 21 millones de pesos ahora son 18 millones ■ Preservar la calidad es lo más sensato en tiempos de contracció­n económica, explica el director del encuentro artístico-cultural en

- ÁNGEL VARGAS

La crisis económica del país hace mella en el Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, admite su director, Sergio Vela.

Para la edición 33, que se desarrolla­rá del 30 de marzo al 16 de abril, ese encuentro artísticoc­ultural tiene un recorte presupuest­al de 15 por ciento en contraste con el del año pasado, al pasar de 21 millones a 18 millones de pesos.

A eso se suma el encarecimi­ento de los servicios, luego de que los pasajes aéreos, el hospedaje, los traslados locales y la alimentaci­ón de artistas y personal técnico son más costosos.

Frente a tan complejo panorama, el también abogado y director escénico apuesta por ‘‘la imaginació­n” y ‘‘la calidad” al diseñar la programaci­ón de este año, la cual disminuirá entre 20 y 25 por ciento respecto de la de 2016, según expresa.

‘‘Sí ha habido una reducción (de recursos económicos) que nos afecta, pero a pesar de ello hemos persistido para que este festival salga avante”, explica.

‘‘La situación económica ha limitado nuestra capacidad de programaci­ón en términos cuantitati­vos, situación que se ha agravado aún más por la volatilida­d de la paridad (del peso frente al dólar), lo cual crea un clima de incertidum­bre que nos obliga a ser más cautelosos y a no ejercer todos los recursos disponible­s.”

En particular, se refiere a racionaliz­ar el ejercicio de los dineros para dejar ‘‘un pequeño fondo de contingenc­ia” que permitiría solventar cualquier imprevisto.

Por un espíritu de tolerancia

En entrevista con La Jornada, Sergio Vela explica que, no obstante la disminució­n presupuest­al, el festival no ha tenido que cancelar la participac­ión de algún artista o grupo.

‘‘Lo que hemos hecho es pedir a los artistas, con frecuencia, cierta tolerancia antes de formalizar los compromiso­s. No podemos compromete­rnos; de lo que se trata es de no incumplir”, precisa.

La reducción en términos numéricos en el programa del festival no representa una disminució­n en la calidad, aclara el funcionari­o.

Preservar la calidad ‘‘es la única apuesta sensata en momentos de contracció­n económica, porque de otra manera, a lo mejor sí, en apariencia, se hace más, pero significa mucho menos”, añade.

‘‘¿Para qué apostar, entonces, por lo cuantitati­vo por encima de lo cualitativ­o? Hay muchas formas de ejercer la imaginació­n para suplir las deficienci­as económicas.”

Por ejemplo, detalla que en vez de programar este año cuatro com- pañías de danza se optó por una de renombre internacio­nal, como el Mandalian Ballet Biarritz, que representa­rá La bella y la bestia en el Palacio de Bellas Artes, o ante los altos costos que implica el montaje de una ópera, se escenifica­rá una versión concertant­e de L’Orfeo, de Claudio Monteverdi, con el cual será inaugurado el fes- tival, el 30 de marzo, en el máximo recinto cultural del país.

‘‘A todos nos gustaría tener mayor holgura. Pero de lo que se trata es de persistir en esta cita que implica, además, en estos momentos, una apuesta a lo mejor del ser humano”, adelanta.

‘‘Es decir, a su capacidad de comunicaci­ón, de asunción de una identidad propia a partir de las diferencia­s, de todo aquello que nos distingue y, simultánea­mente, reconocern­os en los demás como pertenecie­ntes a una misma especie. Estamos realmente necesitado­s de ese espíritu de tolerancia.”

Prejuicios infundados

Frente a la opinión de algunos sectores sociales de que el festival del Centro Histórico es elitista, Sergio Vela reafirma que se trata de prejuicios infundados cuyo origen se debe a que el encuentro surgió en el sector privado.

‘‘El hecho de que admirablem­ente sea una institució­n de derecho privado, respaldada por un patronato, nunca ha significad­o que su programaci­ón sea inaccesibl­e y que los precios de los boletos sean inalcanzab­les”, resalta.

‘‘Por supuesto, hay algunos patrocinad­ores que brindan su respaldo y a lo mejor quieren un tratamient­o distinguid­o, lo cual está bien; eso es parte de una negociació­n, pero ninguno de los recintos se convierte en un club de ricos.”

Respecto de la programaci­ón de esta edición 33 del Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, cuyo lema es Ciudad sin muros, el creador escénico expresa que está determinad­a por un equilibrio entre las diferentes disciplina­s, lo clásico y lo popular, lo vanguardis­ta y lo tradiciona­l, lo nacional y lo internacio­nal, lo gratuito en espacios públicos y lo que se vende en espacios cerrados.

Las actividade­s incluyen conciertos, propuestas de danza, ópera, teatro, talleres, conferenci­as, exposicion­es y homenajes a creadores.

Algunas de las sedes son el Palacio de Bellas Artes, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el teatro Julio Jiménez Rueda, El Colegio Nacional, el Colegio de las Vizcaínas y el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso. Más informació­n en la página web www.festival.org.mx.

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‘‘Sí ha habido una reducción (de recursos económicos) que nos afecta, pero a pesar de ello hemos persistido para que este festival salga avante”, expresa Sergio Vela a La Jornada ■ Foto Marco Peláez

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