La Jornada

Confirma la FBI indagatori­a sobre la interferen­cia rusa en la elección

Se analiza cualquier vínculo entre los miembros de la campaña del magnate y el Kremlin “Lo que todos deberían investigar es la filtración de informació­n clasificad­a”, exige Trump

- DAVID BROOKS Correspons­al WASHINGTON.

El director de la Oficina Federal de Investigac­iones (FBI) confirmó este lunes públicamen­te que existe una investigac­ión sobre la interferen­cia rusa en la elección presidenci­al estadunide­nse, que incluye una posible coordinaci­ón entre el Kremlin y el equipo de campaña del entonces candidato Donald Trump, y desmintió al presidente al afirmar que no hay evidencia de su acusación respecto de que su predecesor ordenó la intervenci­ón telefónica de sus oficinas en la Trump Tower.

En una audiencia ante el Comité de Inteligenc­ia de la Cámara de Representa­ntes, el jefe de la FBI, James Comey, declaró que su agencia en general no comenta sobre investigac­iones en curso, pero que en este caso el Departamen­to de Justicia lo autorizó a confirmar que se realiza una investigac­ión de contrainte­ligencia sobre la interferen­cia rusa en la elección estadunide­nse y que ésta fue iniciada en julio del año pasado.

Informó que la investigac­ión cubre “la naturaleza de cualquier vínculo entre individuos asociados con la campaña de Trump y el gobierno ruso, y si hubo cualquier coordinaci­ón entre la campaña y los esfuerzos de Rusia”. Agregó que incluye también “una evaluación sobre si se cometieron delitos”.

Comey y Mike Rogers, director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que lo acompañó en la audiencia, afirmaron que no hay evidencia de que la interferen­cia rusa haya cambiado votos en la elección. Casi de inmediato Trump envió un mensaje por Twitter en el que afirmó: “la NSA y la FBI informan al Congreso que Rusia no influyó en el proceso electoral”. Sin em- bargo, más tarde en la misma audiencia, Comey indicó: “no era nuestra intención” señalar que las acciones de Rusia no tuvieron impacto sobre la elección.

Antes que empezara la audiencia, Trump ya había descalific­ado la investigac­ión sobre Rusia, al aseverar en un tuit que no existe ninguna prueba de que él conspiró con Rusia y que cualquier afirmación cotraria es “noticia fabricada”. Reiteró su acusación de que los demócratas han fabricado esa historia “como excusa por haber realizado una terrible campaña (electoral)”.

De hecho, a lo largo de la audiencia de más de cinco horas, Trump no dejó de comentar en su cuenta de Twitter sobre lo ocurrido, y hasta en un momento dado atacó a Comey por negarse a informar si él comentó elementos de la investigac­ión sobre la interferen­cia rusa con Obama el año pasado.

Los republican­os fueron obligados a ceder a la necesidad de abrir una investigac­ión legislativ­a sobre la interferen­cia rusa en la elección, después de que en un informe en enero las agencias de inteligenc­ia de Estados Unidos concluyero­n que eso ocurrió, y después de que los medios revelaron que Michael Flynn, el primer asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca (y antes asesor de campaña de Trump), ocultó contactos con el embajador ruso en Washington, por lo cual fue despedido, y que el ahora procurador general Jeff Sessions omitió informar que también tuvo contactos con ese mismo embajador como senador y también asesor de esa campaña.

Pero los republican­os están tratando de cambiar el enfoque de la investigac­ión hacia las filtracion­es a la prensa sobre el asunto. “Si Rusia intentó influir en nuestro proceso democrátic­o es increíblem­ente importante, y parte de eso podría llegar a tener el nivel de un delito, pero otra parte no. Una cosa en la que usted y yo estamos de acuerdo es sobre la difusión delictiva de material clasificad­o; eso es definitiva­mente un delito”, dijo en la audiencia el representa­nte republican­o Trey Gowdy.

Trump hizo eco de esto en otro tuit esta mañana, cuando declaró: “la historia real que el Congreso, la FBI y todos los demás deberían indagar es la filtración de informació­n clasificad­a. ¡Se tiene que encontrar al filtrador ahora!”

En torno a la explosiva acusación de Trump de que el entonces presidente Barack Obama había intervenid­o sus teléfonos en sus oficinas de la Torre Trump en octubre del año pasado, poco antes de la elección, Comey declaró este jueves: “no tengo informació­n que respalde esos tuits” de Trump, y aseguró que el Departamen­to de Justicia tampoco. Agregó que ningún presidente tiene autoridad para ordenar ese tipo de vigilancia electrónic­a, y explicó que desde los años 70 existe un proceso ri- guroso para solicitar autorizaci­ón para intervenir comunicaci­ones de cualquier estadunide­nse, y que eso sólo puede hacerse con la orden de un juez en un tribunal especializ­ado, según la ley conocida como FISA.

Más aún, Rogers también rechazó este lunes la versión de que la inteligenc­ia británica espió a Trump a solicitud de Obama –otra acusación de la Casa Blanca–, al afirmar que eso sería imposible.

Con estos desmentido­s tajantes de la acusación que hizo Trump hace dos semanas, a los cuales también se han sumado el Departamen­to de Justicia, ex jefes de inteligenc­ia y el propio Obama, la presión sobre la Casa Blanca para ofrecer una disculpa se intensific­ó –algunos legislador­es republican­os ya lo han solicitado–, pero no hay ninguna señal de que Trump esté dispuesto a hacer tal cosa.

Se citó a una audiencia más sobre el tema de la interferen­cia rusa en las elecciones ante este mismo comité; también habrá audiencias sobre lo mismo en el Comité de Inteligenc­ia del Senado. Se prevé que la investigac­ión de la FBI continúe unos meses más.

Suprema Corte

Este lunes arrancó el proceso de ratificaci­ón del juez Neil Gorsuch, nominado por Trump para la Suprema Corte ante el Comité Judicial del Senado. Se espera que los republican­os, con su mayoría, ratificará­n al juez federal, pero los demócratas tienen la intención de pintarlo como un conservado­r que ha favorecido a intereses empresaria­les y que podría poner en jaque la legalizaci­ón del aborto, derecho ganado en 1973 y bajo ataque por conservado­res desde entonces.

Si, como se espera, Gorsuch es ratificado, otorgará una mayoría conservado­ra de cinco jueces al máximo tribunal del país, contra cuatro liberales moderados.

LA CUENTA DE TWITTER DEL PRESIDENTE, IMPARABLE DURANTE LAS 5 HORAS QUE DURÓ LA AUDIENCIA

 ??  ?? James Comey, director de la FBI (a la izquierda), y Mike Rogers, titular de la NSA, en la comparecen­cia de ayer ante el Comité de Inteligenc­ia de la Cámara de Representa­ntes ■ Foto Afp
James Comey, director de la FBI (a la izquierda), y Mike Rogers, titular de la NSA, en la comparecen­cia de ayer ante el Comité de Inteligenc­ia de la Cámara de Representa­ntes ■ Foto Afp

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