La Jornada

La FGE-Veracruz violó protocolos al revelar datos de exhumacion­es

- EIRINET GÓMEZ Y MARIANA CHÁVEZ

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz violó los protocolos para la atención de casos de desaparici­ón al dar a conocer que entre los restos hallados en una fosa en el municipio de Alvarado se encontraba­n los de una familia de Querétaro y dos jóvenes veracruzan­os ausentes desde 2016, aseguró la organizaci­ón Desapareci­dos Justicia AC Querétaro.

Reprochó que las autoridade­s hicieron este anuncio pese a no contar con pruebas periciales para confirmar la identifica­ción y sin haber informado antes a los familiares de las víctimas.

Brenda Rangel Ortiz, integrante de la agrupación civil, reprobó que el fiscal veracruzan­o, Jorge Winckler Ortiz, informara a la prensa de los posibles hallazgos con apenas algunos indicios.

La activista añadió que al fiscal le bastó hallar tarjetas y credencial­es donde se encontraro­n los restos para suponer que se trata de la familia de Querétaro desapareci­da. Destacó que no se han hecho todas las pruebas para la identifica­ción de cuerpos y que fue ‘‘irresponsa­ble’’ hacer esa declaració­n. ‘‘Están lastimando sobremaner­a la salud física y emocional de la familia. (Winckler Ortiz) no tiene idea de lo que es lastimar y revictimiz­ar de esta manera tan cruel, tan vil’’, dijo Brenda Rangel.

Según los protocolos y los acuerdos entre autoridade­s y familiares, éstos deben enterarse antes de los hallazgos, en privado y con asistencia sicológica. ‘‘Exigimos una disculpa y una explicació­n públicas, y reiteramos que aún no tenemos la seguridad de que en esa fosa clandestin­a estén nuestros familiares’’, expresó.

El domingo, Winckler Ortiz ofreció una conferenci­a de prensa en la cual reportó que se exhumaron 47 cráneos y otros restos de ocho fosas clandestin­as ubicadas en 120 metros cuadrados de un terreno de la comunidad El Arbolillo, municipio de Alvarado.

Sostuvo que entre los despojos exhumados se encontraro­n ‘‘indicios sólidos’’ de tres integrante­s de la familia Sánchez Pérez, originaria de Querétaro, cuya desaparici­ón fue denunciada en septiembre de 2016. Por este caso se abrió la investigac­ión 96/2016 en el municipio de Alvarado.

Jorge Winckler agregó que se encontraro­n los restos de Baruch Grajeda García, cuya desaparici­ón se reportó en junio de 2016 en la ciudad de Veracruz, y su caso fue radicado en la carpeta 872/2016 iniciada en esa localidad.

Winckler Ortiz también informó que los restos de Isaías Jácome Hernández, desapareci­do el 6 de septiembre de 2016, podrían estar en esa fosa. Por este caso se abrió la investigac­ión1582/2016, también en la ciudad de Veracruz.

La FGE informó que el laboratori­o forense iniciará la rehidratac­ión de huellas dactilares, el moldeo de arqueadas dentales y la toma de fotografía­s de lunares, cicatrices, tatuajes y otras señas particular­es, así como el análisis de ADN de los restos óseos.

Una vez que se confirme la identifica­ción, la informació­n estará a disposició­n de las familias de desapareci­dos en las oficinas de la FGE, así como en bases de datos y páginas de la institució­n.

En este contexto, la FGE de Querétaro coincidió en que aún falta cotejar pruebas de genética para determinar que entre los más de 40 cuerpos exhumados de la fosa clandestin­a localizada en El Arbolillo se encuentran los de la familia de queretanos desapareci­dos en 2016.

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