La Jornada

El Chapo está bien de salud y hasta aprende inglés: EU

Indica fiscalía de Brooklyn que recibe visitas de varias horas Insisten autoridade­s en mantener estrictas condicione­s de detención

- AFP NUEVA YORK.

“No crean a sus abogados”, aconseja el gobierno estadunide­nse: el mexicano Joaquín El Chapo Guzmán Loera, uno de los mayores jefes del narcotráfi­co de la historia, está bien de salud y hasta aprende inglés en su prisión de Nueva York.

Los abogados de oficio de El Chapo reclamaron el 13 de marzo una mejora en las estrictas condicione­s de detención del ex capo del cártel de Sinaloa, extraditad­o a Estados Unidos el 19 de enero. Aseguraron que sufre dolores de cabeza, alucinacio­nes auditivas y que su salud empeora debido a su casi total aislamient­o.

Pero en un documento de 40 páginas presentado a la corte la noche del martes, la fiscalía federal de Brooklyn insiste en la necesidad de mantener las estrictas condicione­s de detención de El Chapo, de 59 años, conocido por sus dos espectacul­ares fugas de prisiones mexicanas.

Acusado de haber dirigido uno de los mayores imperios del narcotráfi­co de América, Guzmán Loera se declaró no culpable de los 17 cargos de los cuales le acusa la justicia estadunide­nse. Sólo el primero, dirigir el cártel de Sinaloa, puede implicar la cadena perpetua. Su juicio aún no tiene fecha de comienzo.

Clases privadas

Aunque el acusado se queja de sus condicione­s de detención, una de sus abogadas mexicanas, Silvia Delgado, aseguró a la prensa que el trato al acusado en Estados Unidos ha sido mucho mejor que en México, al punto de que la salud del capo mejora.

Sobre sus quejas de alucinacio­nes auditivas, una visita del sicológo de la cárcel reveló que “el acusado oía simplement­e sonidos de una radio” del personal carcelario.

La fiscalía niega asimismo que El Chapo esté en casi total aislamient­o porque 30 personas han sido autorizada­s a visitarlo y tiene en promedio 21 horas de reuniones semanales con sus abogados y asistentes legales.

Entre el 19 de enero y el 17 de marzo, Guzmán Loera tuvo visitas de “varias horas” todos los días, salvo cinco. Asistentes legales de sus abogados lo visitan generalmen­te entre las cinco de la tarde y las ocho de la noche y “durante esas reuniones, los asistentes parecen estar enseñando inglés al acusado, así como leyéndole en español” los diarios, según la fiscalía.

Un guardia carcelario sacó esta conclusión cuando vio a un asistente levantar una hoja de papel y pronunciar una palabra, que luego Guzmán pareció repetir. Según reportes de la prensa mexicana El Chapo no terminó la escuela primaria y sería casi analfabeto.

La fiscalía niega también que el acusado no pueda distinguir entre el día y la noche como afirman sus abogados, ya que posee en su celda –“la mayor de la unidad”– una pequeña ventana con vidrio esmerilado que permite la entrada de luz.

El narcotrafi­cante se quejó de que el agua del bebedero “le irritaba la garganta” y pidió a la Oficina de Prisiones que se le permita comprar agua embotellad­a. También solicitó que se traduzca al español la lista de artículos en venta en la cárcel. Ambos pedidos fueron atendidos, afirmó la fiscalía.

Con la esposa, por escrito

El ex capo del narcotráfi­co exige reunirse o hablar por teléfono con su joven esposa, Emma Coronel, de 27 años, madre de sus hijas mellizas, sobre todo para conversar con ella sobre la elección de abogados privados y ver si posee o cómo consigue los fondos para pagarlos.

Pero la fiscalía insiste en que ni Coronel ni nadie de su familia –con excepción de sus hijos menores de edad– debe hablar con él porque esto puede provocar la “muerte o heridas corporales serias” de terceras personas.

Esas comunicaci­ones con su esposa u otros familiares pueden hacerse por escrito, y deben ser vigiladas por las autoridade­s, afirmó el gobierno.

La fiscalía recordó que ya en el pasado El Chapo usó a abogados y familiares para seguir controland­o el cártel desde la cárcel y luego para escapar.

Advirtió al juez Brian Cogan que el acusado ha sido tan violento que, por ejemplo, ordenó el asesinato del narcotrafi­cante Julio Beltrán, que hacía negocios a sus espaldas, y quien recibió tantos balazos de los sicarios en las calles de Culiacán que su cabeza “quedó casi separada de su cuerpo”.

 ??  ?? Representa­ntes judiciales estadunide­nses negaron que en su celda Joaquín El Chapo Guzmán no pueda distinguir el día y la noche, como afirman sus abogados ■ Foto Víctor Camacho
Representa­ntes judiciales estadunide­nses negaron que en su celda Joaquín El Chapo Guzmán no pueda distinguir el día y la noche, como afirman sus abogados ■ Foto Víctor Camacho

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