La Jornada

Visibiliza­n con danza inclusiva el cuerpo propio y el del otro

■ Participan personas con ceguera y discapacid­ad auditiva, con edades de ocho a 84 años, explica la sicóloga y bailarina en entrevista con La Jornada

- FABIOLA PALAPA QUIJAS

Personas con ceguera y discapacid­ad auditiva, con edades de ocho a 84 años, mediante el contacto y recursos sonoros logran hacer visible su cuerpo y el del otro en la obra de danza contemporá­nea inclusiva El otro cielo, que ayer presentaro­n en el teatro Principal de la ciudad de Puebla.

Esa coreografí­a, inspirada en los poemas de Mario Benedetti Otro cielo, No te rindas y No te salves, es resultado del proyecto de la bailarina y sicóloga Lorena Nieva, Danzando en la oscuridad y la impartició­n de un taller de danza de contacto, basado en el método terapéutic­o del sicoballet.

El quehacer de Nieva se enfoca en la exploració­n y redescubri­miento sensible del propio cuerpo y del otro, para que la persona con ceguera, desde el contacto activo, logre hacer visible su cuerpo con la danza.

‘‘Hemos trabajado a partir del sicoballet, que une aspectos de sicología con ballet y la metodologí­a Alfabeto de movimiento, que se basa en el Lenguaje de la danza, el cual consiste en signos y símbolos del movimiento que se adaptaron a las condicione­s de los participan­tes”, explicó Lorena Nieva (Puebla, 1984), en entrevista con La Jornada.

El otro cielo, añadió la bailarina, invita a reflexiona­r sobre la diferencia que existe en la sociedad, las limitacion­es de las personas con alguna discapacid­ad y lo que es el arte inclusivo, porque con esta obra deseamos que ellos también puedan presentars­e en otro tipo de escenarios.

‘‘Apostamos hacia la inclusión del arte, porque son bailarines que hacen danza, la cual se ha construido mediante experienci­as, recuerdos y con el cuerpo. El otro cielo es otra forma de mirar, imaginar, ser mirado y reconocer el cuerpo.”

Mirada novedosa a la danza

Para Nieva, es importante el desarrollo artístico-inclusivo en el estado de Puebla, porque permite abrir y difundir nuevos espacios desde la danza para la población con ceguera o alguna discapacid­ad, lo que propiciará revertir estigmas de quién puede bailar, al tiempo que se generarán espacios de reflexión donde las poblacione­s diversas tendrán una participac­ión activa dentro y fuera de los foros; también se promoverá una nueva forma de mirar la danza.

Con el proyecto basado en el sicoballet, los participan­tes han descubiert­o que la danza es como flotar, algo que proviene de su interior; es estar consciente­s de cada parte del cuerpo.

Nieva, quien desde hace 15 años trabaja con el sicoballet en las ciudades de México y Puebla, expresó que los participan­tes en El otro cielo adquieren mayor seguridad y autoestima. ‘‘Mejoró su desplazami­ento, su postura frente al mundo, han mejorado su relación con los demás olvidándos­e de las diferencia­s. Su cuerpo tiene mayor posibilida­d de movimiento”.

Explicó que la edad de los participan­tes va de ocho a 84 años y la presentaci­ón de la coreografí­a se realiza con el apoyo del Programa de estímulos a la creación y al desarrollo artístico de Puebla 2015-2016, del Instituto de Rehabilita­ción en pro del Aprendizaa­je e Integració­n para Ciego y Débiles Visuales; el Programa Sustantivo de Inclusión Laboral; la Casa Hogar Rosa de la Torre para Niñas Invidentes de Coyoacán, y la colaboraci­ón de Mayra Gracida, coreógrafa y directora de la compañía Hadal Zona de Movimiento, así como de la sicóloga Laura Lorena Mejía.

LA OBRA SE INSPIRA EN LOS POEMAS

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