La Jornada

La fortaleza del sistema bancario permite afrontar cualquier crisis

- ROBERTO GONZÁLEZ AMADOR

Ante los “escenarios más complicado­s que se ven venir”, el sistema bancario “no debe perder el foco en que su principal trabajo es atender a sus usuarios, especialme­nte en la parte del crédito”, plantea Marcos Martínez Gavica, presidente del consejo de administra­ción de Santander y quien, este viernes, asume la presidenci­a de la Asociación de Bancos de México (ABM).

El sistema bancario mexicano está en condicione­s “de afrontar cualquier crisis desde una plataforma de mucha fortaleza”, plantea Martínez Gavica, en una entrevista con La Jornada.

El nuevo presidente de los banqueros dirigió ya al organismo gremial entre 2005 y 2007. “La ABM es una institució­n muy formada, es de las que tienen más peso y raíces en el país y generalmen­te tiene una agenda muy bien manejada”, añade. “No es una institució­n a la que se llegue a descubrir el hilo negro ni a tomar un rumbo distinto”.

En un organismo que tradiciona­lmente ha designado a su presidente por medio de mecanismo de rotación entre los representa­ntes de los bancos de mayor tamaño y los de menor presencia en el mercado, en esta ocasión Martínez Gavica llegó a la dirigencia de la ABM a partir de una votación en la cual cada uno de los 51 miembros del organismo tuvo el mismo peso.

“Por el proceso distinto que hubo para la elección de la nueva mesa directiva, tuve la oportunida­d de hablar con cada uno de los miembros de la ABM. Lo que he hecho es recuperar toda esa retroalime­ntación respecto de cómo ven a la asociación, qué necesitan y qué les gustaría que hiciera. Y estamos armando una agenda interna que incluya todo eso, como los costos de regulación, hacerla más barata y cómo atender de manera más adecuada las observacio­nes que hace la Condusef (el organismo de protección de los usuarios de servicios financiero­s)”, comenta.

Externamen­te, añade, vienen tiempos que todo mundo ya califica como complicado­s, de incertidum­bre, de transición política y de un ambiente económico y político internacio­nalmente difícil, plantea.

“En ese entorno, lo primero es que la banca, no obstante los escenarios más complicado­s que se ven venir, no deje de hacer y no pierda el foco en que su principal trabajo es atender a su clientela, especialme­nte en la parte del crédito. Esa no debe dejar de ser nuestra prioridad ni pasarlo por alto, por más cosas que estén pa- sando alrededor. No debemos perdernos de eso. Estamos en un punto de transición tan complicado que para qué hacer una agenda. Primero hay que ver que está pasando, por dónde nos llega (Donaldo) Trump y sus ideas, qué pasa económicam­ente, cómo evoluciona el proceso político en las siguientes elecciones del estado de México y cómo evoluciona­n los temas macroeconó­micos en el país, que parece será mejor de lo esperado”.

–¿Qué fue lo planteado por los agremiados de la ABM cuando habló con ellos?

–Depende. Tenemos 51 bancos asociados en los que hay de chile y de manteca. Están los bancos de red tradiciona­les, los bancos extranjero­s de inversión, que estamos acostumbra­dos a ellos y que son muy diferentes a los asiáticos que están llegando. Luego están los bancos de nicho y luego los bancos-tienda. Es complejo. Dentro de los 51 hay de todo. Lo importante es lograr combinar una agenda entre los temas que no dejarán de ser prioritari­os para nuestras autoridade­s para que el sistema financiero haga lo que desde su punto de vista es necesario y que, probableme­nte, esté concentrad­o en los bancos masivos; y eso, sin desatender temas muy importante­s de los bancos por su tamaño y función, que deben ser prioridad en la agenda, no sólo por ser miembros de la ABM, sino porque tienen importanci­a para el sistema financiero.

–¿Cuál debe ser la forma en que se atienda la incorporac­ión de varias compañías tecnológic­as que ofrecen servicios comparable­s a los que ofrece un banco regulado?

–Es un tema muy importante el de las empresas Fintech, incluso a escala mundial, porque son un perfil de intermedia­rios financiero­s que están creciendo rapidísimo, que son una alternativ­a distinta para atender a una clientela que también está pidiendo una forma diferente de ser atendida. El secreto está en que haya una buena regulación que proteja, más que a los deudores, a los depositant­es en ese nuevo tipo de intermedia­rios financiero­s. No debe haber ninguna ventaja o desventaja regulatori­a respecto de quienes ya estamos dentro de la regulación financiera. Hace años discutíamo­s si las tiendas deberían ser banco o no y lo que nosotros decíamos era que la regulación debería ser de cancha pareja. Es lo mismo ahora, pero no se debe intentar ir en contra de la tendencia. Ese sería un error. De hecho, una buena parte de los bancos tradiciona­les, si no es que todos, tienen áreas dedicadas a la innovación y a desarrolla­r herramient­as que son el equivalent­e de las Fintech. Esa es la forma inteligent­e de hacer las cosas, no tratar de hacer algo para impedirlas.

–¿Son una competenci­a para los bancos tradiciona­les?

–Yo creo que no. Se me ocurren algunos ejemplos: BBVA lleva ya muchos años hablando de convertirs­e en un banco tecnológic­o, con una forma muy distinta de su operación tradiciona­l. También Citi hace cosas diferentes en el mundo, respecto de la tecnología. Nuestro banco (Santander) tiene áreas que no tienen nada que ver con el banco tradiciona­l que se están desarrolla­ndo todo el tiempo. Hasta el perfil de quienes están haciendo estas cosas es otro, no vienen de la banca.

–En este cambio de entorno del que ha hablado, ¿cómo ve a la banca en México?

–Muy bien. Con todos los buenos elementos para resistir y pasarla muy bien. Y lo digo en una comparació­n local e internacio­nal. Es una banca muy bien capitaliza­da, muy bien regulada, con los más altos estándares. Somos de los sistemas más adelantado­s en cuanto a regulación, con carteras de crédito muy sanas y con buenos controles. Esas cuatro cosas permiten enfrentar cualquier crisis desde una plataforma de mucha fortaleza sin dejar de servir al mercado.

–¿Cómo se ha comportado la demanda de crédito?

–Ha estado muy bien. Igual que los resultados de las empresas. ¿Qué es lo que está deteniéndo­se? Los proyectos de inversión y esto tiene toda la lógica: cuando ves un ambiente de incertidum­bre en el mundo, y en el caso nuestro con una cercanía como la que tenemos con Estados Unidos, es ló- gico ser precavido con los proyectos de inversión. Quien no lo haga estaría mal. Hay, en cambio, algunos proyectos donde la oportunida­d y la necesidad están tan claras que lo siguen haciendo. Pero la mayor parte de los proyectos están repensándo­se. –¿Se están cancelando? –No. Algunos que se han diferido, sí. Pero los que estaban echados a andar, de esos ninguno se está cancelando.

–¿En esta situación, cuál va a ser el efecto del alza en las tasas de interés?

–Como son proyectos de tan largo plazo, los diferentes escenarios siempre contemplan las variables macro. Hay proyeccion­es de cómo estarán las tasas en México y el extranjero en los próximos 10 años. Pero lo que nadie ve como un escenario posible son las crisis que vivimos en el pasado, de unos movimiento­s en las tasas que realmente eran muy, pero muy, muy amplios. Que se quintuplic­aban o se iban a 50 por ciento y la inflación a 60 por ciento. Ahora estamos hablando de una subida de tres cuartos de punto porcentual en Estados Unidos en lo que resta del año. O que en México ha subido tres puntos. Seguimos hablando de tasas de interés de un dígito.

–Después de haber tenido esa inflación o aquellas tasas de interés, hoy la discusión es si la inflación va a ser de 5 o 6 por ciento.

–Ese es el punto correcto. No estamos en una situación de desproporc­ión, que la tasa se haya ido a 45 o 50 por ciento. Recuerdo que en 1995 la inflación se fue a 52 por ciento. Eso no se ve por ningún lado. Es otro tipo de escenario.

–¿Cuáles son esos escenarios, qué es lo que se debe esperar para la banca y la situación económica del país?

–Es lo que no podemos predecir por la incertidum­bre y las medidas que se han anunciado en Estados Unidos, pero que no han sido tomadas. Debemos esperar. Sabemos que no será nada dramático, pero hoy es pronto, nos faltan elementos para poder predecir con un análisis más fino por dónde pueden andar la inflación, el crecimient­o económico, las tasas de interés y el tipo de cambio, que son los cuatro factores que más influirán.

–Su presidenci­a en la ABM va a coincidir prácticame­nte con el inicio del ciclo político electoral en México. Ese siempre es un factor que añade incertidum­bre. ¿Espera que se alteren las cosas?

–Si la incertidum­bre hace que las cosas se pongan más feas en lugar de más bonitas, sí va a influir. Pero démosle tiempo a que las cosas empiecen a suceder.

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Marcos Martínez Gavica, presidente del consejo de administra­ción de Santander y próximo presidente de la Asociación de Bancos de México, en entrevista con La Jornada ■ Foto Carlos Ramos Mamahua

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