Miembros de la etnia tohono o’odham de EU levantan su voz contra el muro
“Este es nuestro territorio y lo queremos sin divisiones”, afirman
el libre tránsito de una etnia en su propio territorio, afirma este hombre que sirvió en las operaciones especiales del ejército estadunidense y, tras retirarse, se convirtió en activista de derechos humanos.
Asegura que llevará su causa hasta Naciones Unidas con el apoyo de otras tribus que forman el Congreso Nacional de Indios Americanos.
De su lado, el gobierno mexicano prometió apoyar a la tribu en una demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Mientras el pueblo se opone fervientemente al muro, algunos dirigentes del lado estadunidense parecen temerosos de perder las subvenciones del gobierno federal.
Verlon Jose, vicepresidente de la nación tohono, se hizo famoso cuando la prensa le preguntó si permitiría la construcción del muro en su territorio. “Sobre mi cadáver”, dijo categóricamente.
Pero según David García, ex miembro del consejo supremo tohono, Jose maneja un “doble discurso” y trató de impedir las protestas. Dijo que “enviaría un mensaje negativo a Washington y pondría en peligro las donaciones”, asegura.
En este punto del desierto conocido como Puerta San Miguel, emerge de la tierra una hilera de oxidados postes que marca la actual frontera entre ambos países. Esta línea fue delimitada en 1848 tras una guerra territorial perdida por México. Ambas partes decidieron sin embargo permitir el libre tránsito del grupo tohono o’odham, la “gente del desierto”.
La tribu, reconocida como nación autónoma en Estados Unidos, podía cruzar por nueve puertas distribuidas en los 120 kilómetros de frontera que abarca su territorio. Pero esas puertas se fueron cerrando y hoy solo les queda la de San Miguel.