MÉXICO SA
◗ Crecimiento de mal en peor Hacienda recorta, otra vez ◗ ¿“Sorpresas favorables”?
penas un par de semanas atrás el titular de Hacienda, José Antonio Meade, prometía “sorpresas favorables” para la economía mexicana, algo así como el “futuro promisorio” que a lo largo de sus cuatro años al frente de esa dependencia ofreció el “ministro del (d) año” –hoy aprendiz de canciller– Luis Videgaray. Pues bien, ya apareció la primera de ellas: la Secretaría de Hacienda anunció ayer que recortó su estimación de “crecimiento” de la economía mexicana en el presente año, con lo que rompe todo récord: en cinco años de administración peñanietista, el pronóstico de esta dependencia falló en cinco ocasiones (100 por ciento de incumplimiento, hasta ahora), y va decidida por la sexta de la temporada para redondear el sexenio de quienes “sí saben gobernar”. Así, en el mejor de los casos (siempre de acuerdo con el nuevo cálculo de la SHCP, contenido en los precriterios 2017, entregados ayer a la Cámara de Diputados), para el presente año los mexicanos no deberán esperar “crecimiento superior a 1.3-2.3 por ciento”, que son los rangos estimados, aunque todo apunta que el menor de ellos será el que triunfe al final de ejercicio. Entonces, “sorpresa”, lo que se llama “sorpresa” (Meade dixit), no es el más reciente recorte a la expectativa de “crecimiento” que ayer hizo público la Secretaría de Hacienda. Y no lo es porque a estas alturas del “México en movimiento” a nadie sorprende el deterioro económico del país. Recuérdese que en el arranque sexenal Peña Nieto se pavoneaba: “vienen, de eso estoy convencido, mejores tiempos para todos los mexicanos”, y casi cinco años después los mexicanos padecen las consecuencias de un gobierno (uno más) de discursos. Cinco pifias en cinco años. Si las estimaciones originales del gobierno peñanietista ( Criterios Generales de Política Económica) se hubieran cumplido, a estas alturas la tasa promedio anual de crecimiento económico rondaría 3.54 por ciento (a todas luces insuficiente dadas las urgencias nacionales), pero muchísimos discursos y promesas después, en los hechos a duras penas alcanza poco menos de la mitad de esa proporción, y descontando, sin olvidar que la promesa oficial fue que las “reformas” aportarían dos puntos adicionales, que brillan por su ausencia. Para 2013 originalmente el gobierno peñanietista prometió una tasa de crecimiento de 3.5 por ciento, porque las “reformas estructurales” no habían salido del horno; en 2014, ya con las susodichas palomeadas, la oferta fue 3.9 por ciento; en 2015 ofreció 3.7 y 3.6 en 2016, en ambos casos con las “reformas” ya en operación. Para el presente año el “compromiso” no pasó de 3 por ciento. Si tales estimaciones se hubieran cumplido el promedio anual sería, como se cita, de 3.54 por ciento, con todo y “reformas”. ¿Dónde quedaron los dos puntos adicionales? En el discurso, claro está. Esa fue la propuesta ideal, pero en los hechos el registro oficial fue de 1.1 por ciento en 2013 (tres veces menos de la meta original); 2.1 por ciento en 2014; 2.5 por ciento en 2015; 2.3 por ciento en 2016, y para 2017, hasta ahora, todo apunta a 1.3 por ciento, proporción en la que coinciden la mayoría de los organismos internacionales y nal el promedio anual fue de 0.34 por ciento. Con Carlos Salinas el mayor “avance” se registró en 1990, con 5.18 por ciento, con promedio anual en el sexenio de 3.9 por ciento. A Zedillo le fue peor: su mejor año, 1996, con una tasa de 6.78 por ciento, pero el promedio anual no pasó de 3.5 por ciento. El mejor resultado de Fox se registró en 2006, ya de salida, con una tasa de 4.78 por ciento, pero el promedio anual fue de 2.3 por ciento. Con Felipe Calderón el mejor registro fue en 2010, con una tasa de 5.5 por ciento, aunque los especialistas explicaron que se debió al “rebote” del desplome de 2009, cuando la economía se hundió 6.5 por ciento. ¿Resultado? Promedio anual de 1.9 por ciento. Hasta ahora, en el actual sexenio el “mejor” año fue 2015, con una tasa de 2.5 por ciento, y un promedio anual de 2 por ciento. En enero de 2017 el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) a duras penas “creció” 0.27 por ciento, y la expectativa para todo el año va de mal en peor. Eso sí, el secretario Meade adelanta que la perspectiva económica para 2018 “no tendrá ninguna sorpresa”. ¡Qué bueno!