El PRI se deslinda de funcionarios corruptos
Édgar Veytia, fiscal de Nayarit acusado de “no es ni ha sido militante”
El PRI se deslindó ayer de funcionarios acusados de cometer delitos graves. En principio, aseguró que el fiscal de Nayarit, Édgar Veytia, señalado por la justicia de Estados Unidos como narcotraficante, no es ni ha sido integrante de este partido.
Del caso del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, a quien la justicia mexicana busca a escala nacional e internacional para que responda por cargos de peculado, el PRI apuró a su comisión de justicia partidaria para proceder en función de lo que dictan los estatutos. Y, aunque no lo detalla, Duarte está incluido en la lista de expulsio- nes del tricolor interpuesta por un consejero.
La posición emitida por el PRI, mediante un comunicado, ocurre tres días después de revelarse la detención de Veytia, quien fue requerido por un juez de Nueva York por tráfico de drogas.
Además de precisar que no no está afiliado al tricolor, hace especial mención de que en febrero de 2013 el fiscal general, actualmente preso en Estados Unidos sin derecho a fianza fue ratificado en el cargo, con el voto de todos los grupos parlamentarios representados en el Congreso local.
No obstante, indica que ante la gravedad de las acusaciones (delitos contra la salud), este partido dará puntual seguimiento a los acontecimientos, con la exigencia de que cada quien asuma las consecuencias de sus actos.
“La sociedad nayarita y el pueblo de México exigen el esclarecimiento de estos hechos, para que con ello prevalezcan el estado de derecho y las garantías de que en nuestro país no hay nada ni nadie por encima de las instituciones” y de las leyes.
Por lo pronto, el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, acudió al inicio de la campaña de Manuel Cota Jiménez, candidato a la gubernatura de Nayarit (a partir del primer minuto del domingo 2 de abril), en la cual, hasta hace unos días, eran cautos en prometer un triunfo.
Igualmente a la medianoche, pero del domingo, darán el banderazo de la campaña en el estado de México y el lunes en Coahuila. En cuanto a Chihuahua, el PRI pidió a la comisión nacional de justicia partidaria analizar las imputaciones contra el ex mandatario y diversos ex funcionarios de su administración. “Y, en su caso, proceda en función de lo que establecen nuestros estatutos, con estricto apego a derecho y con plena autonomía institucional”.
De la misma forma que lo ha hecho con ex gobernadores de Veracruz, Tamaulipas y Quintana Roo, indicó que no debe haber nada ni nadie por encima de la ley y prometió dar puntual seguimiento a los expedienes en mención. s larguísimo el trayecto que nos separa de la crisis electoral de junio del 18. Al crecer AMLO atrae los ataques del segmento conservador (PRI-gobierno-PAN), aún el más poderoso. Ya hay y habrá ataques calumniosos, mentiras flagrantes, aparecerán inventos y campañas de miedo. Cualquier medio es bueno para tratar de debilitar al puntero. Pero entre observadores serios aparecen dos puntos que se han reiterado al paso de los años: la crítica al populismo y a la arbitrariedad de AMLO. El populismo es un término peyorativo y difuso. ¿Quieren un encuentro populista? Miren como el aparato federal se vuelca para inducir el voto en el estado de México. El uso irresponsable de recursos en la competencia electoral es populismo en estado salvaje. AMLO nunca ha hecho nada parecido. Obama, en su dura réplica a Peña cuando esté condeno a los “populismos”, dijo que si servir al pueblo, en particular a los humildes, es “populismo”, el término sería un elogio para un buen gobierno. Por lo que toca a la centralización de la toma de decisiones en Morena por AMLO, es un hecho real y un imperativo. A muchos nos preocupa la evolución de esta característica. Tomemos en cuenta el contexto de su liderazgo, la situación real en que se da. Simón Bolívar dijo: “nada es tan peligroso en una organización naciente como la debilidad del ejecutivo”. La fragmentación de las organizaciones progresistas ha impedido que estas alcancen el poder. La descalificación de AMLO tiene una alternativa de sentido común. ¿Por qué no comprobamos cómo se comportó AMLO en su gestión como gobernante? En su último año de gestión llegó a la cifra récord de 84 por ciento de aprobación de su gobierno (Mitofsky 2005). Podríamos ir más profundo, como lo hizo el Grupo Plenus de Alfonso Romo en 2011, su equipo realizó un magnífico cotejo de Peña como gobernador en el estado de México y AMLO en el DF. El estudio examina los aspectos fundamentales de los gobiernos, como uso del gasto público, manejo de la deuda, creación de condiciones favorables para el crecimiento económico y el empleo, así como políticas sociales adecuadas. En todos los puntos AMLO le gana a EPN por amplio margen. Para hacer una crítica válida a un posible candidato a la Presidencia tendríamos que hacer un análisis de su previa gestión en el gobierno, eso es lo que les ha faltado a los críticos de AMLO.