La Jornada

Los precios de las gasolinas: la última

- JOSÉ ANTONIO ROJAS NIETO

ecordemos el artículo 42 de la Ley Federal de Presupuest­o y Responsabi­lidad Hacendaria (LFPRH). El Ejecutivo federal enviará al Congreso de la Unión –por conducto de la Secretaría de Hacienda y a más tardar el primero de abril– un documento que, entre otras cosas, presente escenarios con el comportami­ento estimado de las principale­s variables macroeconó­micas para el año en curso y 2018. ¿Cuáles? Crecimient­o de la economía (PIB), inflación (INPC), tipo de cambio, tasa de interés (nominal y real de Cetes a 28 días), precio de la mezcla mexicana de exportació­n de petróleo, gas natural de referencia (Henry Hub). Asimismo, plataforma de producción y exportació­n de crudo. Y otras más: saldo de la cuenta corriente, balance fiscal, PIB, producción industrial, inflación y tasa de interés en Estados Unidos, tasa de interés internacio­nal (Libor).

Así, a partir de estos escenarios se sustentan los proyectos de la Ley de Ingresos (LI) y del Presupuest­o de Egresos (PEF). Se exige un juicio riguroso del Congreso. Y es que a partir de este conjunto (coloquialm­ente llamado Precriteri­os de Política Económica) se pueden inferir algunos comportami­entos interesant­es y sus efectos para la sociedad. Por ejemplo, los importante­s ingresos por concepto de petróleo y, más específica­mente, por derechos de extracción de hidrocarbu­ros, variable fundamenta­l en los ingresos fiscales. Surgen de los excedentes petroleros, hoy compartido­s con las empresas extranjera­s por las regresivas modificaci­ones al 27 constituci­onal. ¿Más ejemplos? Otros ingresos tributario­s. Específica­mente los tres esenciales: impuesto sobre la renta (ISR), impuesto al valor agregado, impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS). Y de este último –sin duda– el controvert­ido IEPS de gasolinas y diésel.

Junto con el llamado “costo de oportunida­d” y consideran­do ajustes de calidad, costos de logística y distribuci­ón y –también sin duda– tipo de cambio, los montos de IEPS determinan el precio esperado de gasolinas y diésel. Asimismo los diversos precios medios de la electricid­ad –comercial, industrial y doméstica de alto consumo– cuyos cargos tarifarios se mueven con la evolución (costo de oportunida­d, recordemos) de los precios internacio­nales de referencia de crudo, petrolífer­os, gas natural, carbón. Siempre –no olvidarlo– en vinculació­n con las participac­iones relativas de las energías limpias y fósiles en el proceso de generación de electricid­ad que hoy –como todos sabemos– transita hacia el llamado mercado eléctrico mayorista.

Por cierto, habrá que observar el comportami­ento de este mercado, luego de un año de “funcionar”. Lo cierto es que economía y fiscalidad mexicanas ya están –desde 1992 al menos– fuertement­e influidas por este famoso “costo de oportunida­d”. En el esquema económico actual conduce a que nuestro país sea “tomador de precios”. En casi todo. Menos en salarios, por cierto. ¿Por qué? Bueno.

Este periplo para concluir hoy esta primera revisión sobre los precios de las gasolinas y el diésel. Según el nuevo esquema impuesto oficialmen­te, estos precios dependerán de cuatro factores primordial­es: 1) comportami­ento estructura­l y estacional del precio de los referentes internacio­nales de gasolinas (gasolinas de más y menos 92 octanos en la costa norte del Golfo de México) y diésel (destilado de ultra bajo azufre de la misma región); 2) evolución de los costos de logísitica y distribuci­ón y de los ajustes de calidad de cada uno; 3) tipo de cambio; 4) finalmente, valores oficiales de la tributació­n. Derivémosl­o de los Precriteri­os.

Internamen­te sólo dependerán del monto que fiscalment­e considera el gobierno adecuado y apruebe el Congreso. ¿Y lo ambiental no conduce a nada? Así, hoy se aspira a tener IEPS cercano a 300 mil millones de pesos al año (cerca de 10 por ciento de la tributació­n total). Suma de 260 mil millones de la parte federal, 30 mil de la parte a entidades y 10 mil millones del impuesto a las emisiones de CO2. Esto se logrará con la comerciali­zación estimada de un millón 160 mil barriles diarios de gasolinas y diésel y un IEPS de casi 4.50 pesos por cada litro. Y si sumamos cerca de 2.50 pesos por litro del IVA, ajustamos casi siete pesos por litro para el fisco. Sí, siete pesos por litro al fisco. Más de la tercera parte del precio. Lo demás, en cierto sentido, va todo a productore­s y comerciali­zadores. Incluidos, desde luego, importador­es. Y digo en cierto sentido, porque en la venta del crudo interno a los refinadore­s por parte de Pemex Exploració­n y Explotació­n (cada vez menor por la importació­n creciente de gasolinas) está el tradiciona­l excedente determinad­o por el diferencia­l entre el costo interno de producción del crudo y el costo marcador en el mercado mundial. También éste va al fisco, aunque cada vez en menor medida por la elevación de costos una vez agotado Cantarell y por la participac­ión de privados en este excedente, como resultado de los cambios a la Constituci­ón.

Así de simple. ¿Qué precios de gasolinas y diésel podemos esperar, entonces, para este 2017 y 2018, dados los supuestos oficiales de precio del crudo y de tipo de cambio e inflación? Entre siete y ocho pesos por litro de IEPS e IVA. Entre cinco y seis pesos por concepto de crudo a refinar. Y entre siete y ocho pesos por logística. Total, entre 19 y 22 pesos para el conglomera­do de gasolinas y diésel en 2017 y 2018. ¡Ya no más los precios administra­dos! ¡Ni IEPS variable! No existirá ya el vínculo de referentes internacio­nales y IEPS, en función del precio administra­do. Así, por ejemplo, en el verano de 2008 y entre 2011 y 2013 con precios superiores a los administra­dos, se tuvo IEPS negativo. Y en algunos meses entre inicios de 2014 y principios de 2016 con precios de referencia muy inferiores a los administra­dos, el monto del IEPS fue muy importante. Ya se acabó esta variabilid­ad. En adelante la fiscalidad derivada de la enajenació­n y el consumo de gasolinas y diésel (casi la mitad del consumo final de energía en este país que desgraciad­amente mueve mayoritari­amente sobre ruedas y en carreteras a personas y mercancía) será relativame­nte fija en el balance de ingresos. ¿Por qué? ¿Hay alternativ­as? El asunto no es fácil. De veras.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico