Azota ola delictiva a colonias de Coyoacán
■ Registran un promedio de 34 denuncias por día; son más, pues las víctimas no acusan, aclaran residentes ■ Las autoridades, “ausentes”
La ola delictiva en la delegación Coyoacán se extiende y sentó sus reales en colonias y barrios del centro histórico, donde “no hay día en que no ocurra un ilícito”, afirmaron residentes, quienes, con mantas colocadas en fachadas de viviendas, exigen a las autoridades de la demarcación y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina detener la inseguridad que enfrentan.
Datos de la procuraduría capitalina revelan que el número de delitos de alto y bajo impacto en el primer bimestre de 2017 se incrementó en comparación al año pasado, al pasar de mil 867 a 2 mil 56 las averiguaciones previas y carpetas de investigaciones abiertas, lo que deja en promedio 34 denuncias diarias.
La cifra, a decir de los vecinos, podría ser mayor, porque la mayoría de las víctimas no presentan denuncias. “Llegas al Ministerio Público e intentan disuadirte o jamás ves los resultados”, relataron varios colonos al señalar que los delincuentes pasaron de los cristalazos, robos a transe- úntes o a casa habitación a los homicidios en la vía pública.
El más reciente ocurrió el fin de semana pasado en las calles Abasolo y Malintzin, a dos cuadras de la sede delegacional. Se trató del asesinato de una mujer, que se sumó al caso de otra joven herida con un cuchillo a plena luz del día durante un intento de asalto, así como al atraco a clientes de un restaurante en Miguel Ángel de Quevedo, en el que uno de los comensales persiguió en taxi a los delincuentes.
“No podemos hablar de puntos rojos o de algunas calles, lo grave es que puedes ser víctima de la delincuencia en cualquier sitio del centro histórico, donde las autoridades delegacionales han estado ausentes”, afirmaron integrantes de la Asociación Zona de Monumentos Históricos Villa Coyoacán.
Esta agrupación y siete organizaciones vecinales más enviaron una carta al jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, en la que exponen esta situación y solicitan su intervención con el fin de que se imponga una estrategia que frene lo que consideran un “alarmante incremento de casos delictivos”.
No es la primera vez que los vecinos alzan la voz para exigir mayor seguridad. El Jardín Hidalgo, frente a la sede delegacional, ha sido el escenario para las protestas de habitantes de otros puntos de la demarcación, como Los Pedregales y los Culhuacanes, en demanda de mayor vigilancia ante los cotidianos hechos delictivos.
En la avenida Santa Ana, frente a la unidad habitacional CTM 7, por ejemplo, un grupo de seis jóvenes que andan en bicicleta se han convertido en el “dolor de cabeza” de los pobladores.
“Tiro por viaje dan cristalazos, asaltan a los transeúntes y a los negocios. El otro día hasta los blanquillos se robaron de una tienda”, contó Raúl Lobato, quien organizó con vecinos un chat vía teléfonos celular para alertarse entre sí.
Los Pedregales, en Santo Domingo, sigue siendo el más conflictivo, pero nunca en toda la zona ha “habido como ahora tal grado de vulnerabilidad para la población”, expusieron los colonos de esa área.